El agradable desayuno de un par de tortolos.

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Ese día era libre para todos los miembros del clan e invitados. Era una fecha que solo ocurría una vez cada 20 años, por lo que los ancianos de la secta se volvían flexibles y les permitían tener un poco de libertad, siempre y cuando no rompieran una regla de mayor envergadura como las peleas o el asesinato. Ya había pasado un tiempo desde lo ocurrido con Jin GuangYao. Lan Wangji y Wei Wuxian se habían casado, los juniors ya no eran tan juniors y Lan Xichen había entrado en reclusión, solo para salir gracias a la ayuda de cierto líder gruñón que posteriormente se convirtió en su pareja de cultivo. Estos últimos, estaban a tan solo a unos pocos meses de casarse bajo la bendición del Tio Qiren. En ese momento todo el mundo de la cultivación estaba expectante a esta inusual pero poderosa boda.

A pesar de la libertad ofrecida ese día, pocos Lan podían despertar fuera de su hora habitual, ya su reloj biológico se había acostumbrado a los tempranos horarios de Gusu. Fue por esta razón, que a las 5 de la mañana Lan Xichen abrió sus ojo estirándose en la cama mientras buscaba con su mano el calor de un cuerpo que.... Curiosamente ¿no estaba a su lado?. Estaba seguro que la noche anterior Jiang Cheng había accedido a dormir con él y estaba seguro que eran las 5 de la mañana... entonces...¿Dónde podía estar su prometido?.

Se levantó de la cama mirando a su alrededor esperando encontrar una pista cuando la puerta del Hanshi se abrió mostrando la figura de su amado prometido. Sin embargo, había algo extraño en él. Jiang Cheng portaba su hermoso cabello suelto cayendo grácilmente por uno de sus hombros y utilizaba una túnica suave la cual Xichen reconocía como una de las que usaba cuando estaban solo los dos. Lan Xichen había indicado varias veces cuanto gustaba de aquellas túnicas, ya que hacía que el atlético cuerpo del líder Jiang se marcara casi angelicalmente. Jiang cheng siempre había dicho que esas ropas le hacían ver débil y por eso nunca las usaba fuera de su habitación. Lo extraño es que justo había entrado por esa puerta, eso significa que había salido de la habitación y con esas túnicas. Lan Xichen se quedó mirándolo anonadado sin saber cómo reaccionar, hasta que el aroma de un desayuno recién hecho llegó a su nariz. Sus ojos pasaron del hermoso rostro del líder a la bandeja que ahora sostenía entre sus manos y era depositada suavemente en la mesa de la habitación. Jiang Cheng se sentó con cuidado en la mesa y esperó a que el mayor se sentara a su lado-

- ¿Wanyin? ¿Fuiste por el desayuno desde tan temprano? ¿Sabes que hoy podemos descansar cierto? -preguntó Lan Xichen un tanto confundido. 

- A-huan, sé que podemos descansar, pero también sé que por más de que lo intentes no podrás dormir, así que fui a la cocina y pedí que me permitieran hacer el desayuno de una vez. En el camino me encontré con tú hermano, supongo que tenía la misma idea con Xian-gege.

- ¿Xian-gege?

Esa última palabra había descolocado por completo al lider Xichen ¿desde cuando Jiang cheng llamaba a Wei Wuxian Xian-gege? ... Esto... definitivamente era muy raro. Iba a protestar cuando una cálida mano se posó en su mejilla. Unos ojos de infinito amor no se apartaban del confundido rostro de Lan Xichen y esa mano acariciaba con delicadeza la piel ajena, no era la primera vez que Jiang Cheng mostraba ese tipo de acciones hacia él, pero tampoco era frecuente y algo se sentía supremamente extraño en ese momento

-¿Wanyin, te sientes bíen? ¿Sucede algo? -Volvió a preguntar el lider Lan.

-¿Qué dices A-huan?, me siento perfectamente, solo que no puedo dejar de mirar al hermoso hombre con el que me voy a casar. Soy tan afortunado A-huan, quiero estar a tu lado para siempre, quiero ser quien te despierte en la mañana y te acune hasta el anochecer, prepararé todas tus comidas y juntos formaremos una hermosa y apacible familia. ¿No te parece bien? ¿No estás emocionado por la boda?

Lan Xichen no podía procesar todo lo que estaba ocurriendo en ese momento, esas palabras, esa mirada, ese cálido toque, incluso ese olor que sentía familiar pero distante lo tenían un poco descolocado, pero al mismo tiempo le gustaba, si, le gustaba mucho. Al parecer su deseo la noche anterior  se había vuelto realidad. La sola idea de poder tener un novio más amable y comprensivo hizo que una sonrisa se posara en sus labios y terminó por tomar las manos de su amado, besando los nudillos de las mismas antes de aceptar que el menor lo alimentara, lo llenara de elogios y palabras de amor. De seguro ese sería un muy buen día. 

Un amable, cordíal y sumiso.... ¿JIANG CHENG?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora