¡Porque tiene que pasarme esto a mí!
Llegamos tarde a la hora de comer. Todas nuestras amigas habían cojido un sitio para cenar y desayunar. Y como son tan majas no nos reservaron un sitio en su mesa asi que solo quedaban tres sitos en la mesa de los chicos. Bueno aunque sea estaba con Sonia asi que practicamente me da igual. Hasta que pensé un poco. Había tres sitios, uno para Nuria, otro para mí y el otro para... ¡Mierda! "¿A quién habíamos visto al salir del baño? Chico que también llegaba tarde y se quedó pasmado ante la situación. Diego. Solo podía ser él. Me tuve que sentar entre Sonia y él. El astuto imbecil que me había dejado el brazo medio morado y el que se alimenta de mi dolor y sufrimiento.
Empiezo a creer que esto es una maldición o el carma o un maldeojo de esos. ¿Porqué tiene que ser él? Siempre tiene que ser con él. No, No podía ser otro no, tenía que ser él. ¿Cuánto tiempo más tendré que aguantarlo? Sonia siempre me dice "Es él destino, afrontalo." y yo siempre respondo "Pues el destino se equivoca." ¿Yo con él? Sí. Y ahora me dirás que los cerdos vuelan.
A lo que iba. Me siento entre ellos dos y como de mala gana. Los chicos hablando de sus locuras y yo pasmada ante sus ideas absurdas. Ha veces me miraba. Pero no por interés. Sino por cotilleo.
Se acabó la cena. Todos nos levantamos y salimos al jardín. Era de noche. Jugamos a un juego a oscuras. Pero se paró por mi culpa. Otra vez. Soy una patosa. Siempre estropeo las cosas. Ibamos a jugar a el pilla pilla. Estabamos jugando y aunque no veía un pimiento seguía corriendo y seguía corriendo hasta que por arte de magia, Daniel aparece delante mío dandonos la ostia del siglo. Daniel llora. Se para el juego. Solo acuden a ayudarme Sonia y Alba. Daniel se ha hecho mucho daño en el pie. Si es que soy una patosa de cuidado. "¡Todos a dormir! Poneros el pijama y os dejamos media hora para charlar, después apagaremos la luz y no queremos oir ni un grito." Todos se dirijen a la habitación mientras yo voy a donde Daniel a pedirle perdón.
- Perdón Daniel... Es que todo estaba muy oscuro y...
- ¡Le podrías haber roto el tobillo! ¡Haber si miras por donde vas!- me contesta de mala manera Diego. Daniel es su primo, por eso estaba presente en ese momento.
- ¡Oh, por dios! Cuando me dejarás en paz. Estaba hablando con él no contigo. Sino te apetece escucharme, puedes irte.- le respondo.
- Pues mira, has acertado. No tengo ninguna gana de escucharte asi que ¿porqué no te piras tú?
- ¡Ya está bien vosotros dos! Es que no parais joder... Pediros perdón inmediatamente.
- Perdón... - murmuramos al unisono. Me dí la vuelta y me fuí ala baño a ponerme el pijama. Diego hizo lo mismo. Me tiré en la cama y me tapé. Cerré los ojos. Unos codazos me despiertan. Era Sonia preguntandome que había pasado. Como estoy muy cansada le he dicho que mañana se lo contaba. Diego viene. Abre la ventana. y se sube a la litera. Yo sin decir nada, me dá por cerrar la ventana. Él la vuelve a abrir yo a cerrar y asi sucesibamente. Al final me rendí.
- Buenas noches- murmuré.
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Contigo, y sin ti.
Teen FictionEsta es una historia real que, por extraño que parezca, es una fantasía o un sueño. Bonita y triste a la vez, horrorosa y preciosa a la misma vez, pero eso es lo que tengo que hacer un libro, con capítulos, textos, frases y oraciones, y el ingredien...