Ya es por la mañana. Por fin me voy de este maldito convento de monjas. Intentaba conseguir diversión y lo único que he conseguido es un montón de moratones en el brazo derecho y en mls piernas por sus patadas, aparte de las tontas discusiones que él crea constantemente. ¿Cómo esplicar estos dos días? Una auténtica mierda, he malgastado dos días de mi vida en un maldito viaje que no me a servido para absolutamente nada aparte de odiar más a Diego. ¿Por qué tiene que ser tan... no sé... tan... él? No le veo nada que no tengan otros chicos. Aparte de egoísmo, ser un caprichoso y testarudo.
Hoy es... Jueves. Me quedan dos días para terminar los campamentos y cuatro para mi cumpleaños. Sip. Dentro de cuatro días cumplo trece. Será mejor seguir la historia antes de que deprima más.
Es por la mañana y estoy recongiendo mis cosas para irme ya a mi casa. No me lo he pasado tan bien como esperaba, pero me alegro solo de pensar que me queda hoy y mañana para terminar esto. Lo estoy deseando. Tuve problemas con el maldito saco de dormir, el profesor llamado Javier me ayudó a enroscarlo y meterlo en su mini bolsa. Como costaba bastante, sin que nadie le pidiera ayuda, Diego, se unió para ayudarnos. Ahora esta bien metido. (Eso sonó mal).
Desayuné al lado de Diego (otra vez) y de vez en cuando nos mirabamos de reojo, pero nada en especial.
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Ya estamos de viaje hacía la escuela otra vez (allí se hacian las actividades y demás). Un camino corto pero aburrido. Muuyyyy aburriiidooo. Aburridíísimo. Sonia me habla mientras avanzabamos, pero practicamente no escuchaba absolutamente nada. NADA. Estaba pensando en como sería mi querido verano en Algatocín. Ahora que digo eso, nunca me gusto su nombre. Al-ga-to-cín. Es raro de narices, pero me encanta el pueblo en sí. Encima el año pasado no fuí, asi que me perdí muchas cosas, supongo. Ya contaré en otro momento.
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¡PORFINNNN! Ya llegamos. Dejamos las mochilas cada una en su clase y salimos a la calle. Íbamos a jugar a bote-bote. Ya os expliqué el juego. Como siempre me la quedaba yo asi que empezé a contar. 1... 2... 3... Mientras pensaba en lo poco que me apetecía contar hasta 30 y lo pesado que se me hacía jugar una y otra vez a este aburrido, pero divertido juego.
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¡BIENNN! ¡A CASAAA POR FINN! Un día y lo que queda de tarde, tan solo falta eso para no volver a madrugar. Por fin podre dormir en paz descansar. Por la tarde no hice practicamente nada. Tan solo unos pocos deveres para adelantar algo ya que no tenía nada que hacer. Tan solo eso, y luego ver alguna película ya que me encanta el cine. ¡Por dios lo AMOOO!
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POR FIN. Ya está. hoy es el último día en los campamentos. Hoy tenemos fiesta de la espuma asi que había que traer bañador o un bikini. Yo me puse un bikini morado (mi color favorito) con unos shorts de agua con unas rejillas en sus laterales. En una mochililla llevaba unas gafas (para que no me entre espuma en los ojos), una toalla (para secarme), unas chanclas (para no ir desclaza en la fiesta) y los shorts que he dicho antes. El bikini lo llevaba puesto y encima de ello, llevaba unos pantalones cortos y una camiseta.
Ya estoy de camino hacía la escuela. Entré dentro. Y estaban todos allí. Yo, (como siempre) llegaba siempre tarde asi que siempre era la última, lógicamente. ¿Qué es lo que hicimos aquel día? Mejor os lo resumo, aunque no fue gran cosa.
Entré ilusionada. Los demás también lo estaban, todos entábamos ansiosos por que esto terminara ya. Todos los años es práctiamente lo mismo. Propusimos jugar a bote-bote (otra vez) y por mi pura suerte yo no me la quedé, eta vez fue Daniel. Jugamos dos o tres veces mientras los tres profesores preparaban la merendola. Después entramos todos y empezamos a comer como nunca lo habíamos hecho. Nos pusimos morados de bizcocho, zumo, gallestas, dulces, chucherías... Había de todo para todos. Yo por lo menos acabé con la panza más que llena.
Una hora después nos dirigimos a cambiarnos para la fiesta. Me puse todo lo que me tenía que poner y fuí acompañada de Sonia hasta el lugar donde se suponía que era la fiesta. Había un cañon grande para echar las espuma y un señor a su lado para controlarlo. Empezó a salir la espuma. Yo estaba medio ciega por culpa de las burbujas. Mientras, iba echando espuma en la cara a todo el que pillara.
Se terminó la fiesta. Faltaban veinte minutos para terminar las colonias. Aunque, no todo era tan fácil. Había un pequeño, gran problema para mí. No había un cambiador ni nada por el estilo para cambiarnos, y como verán no me arreglo nada con una toalla. Pero de todos modos tuve que hacerlo. Exacto, lo hice. Me cambié en la calle delante de chicos de mi edad y de un año menos con una toalla semi desnuda en bikini. ¿Qué les parece? Yo no se que decir al respecto pero bueno, lo hecho hecho está.
Después, nos entregaron una foto a cada uno y firmamos todos en la del otro. Todavía tengo la foto en mi habitación de recuerdo. Mi último año en las colonias. No fue para tanto, pero fueron bastantes buenos recuerdos. Finalmente, terminaron, ahora faltan dos días para el 14. Mi cumpleaños.
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Contigo, y sin ti.
Teen FictionEsta es una historia real que, por extraño que parezca, es una fantasía o un sueño. Bonita y triste a la vez, horrorosa y preciosa a la misma vez, pero eso es lo que tengo que hacer un libro, con capítulos, textos, frases y oraciones, y el ingredien...