Capítulo 8

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Hoseok se encontraba temblando en su jaula, hacía demasiado frío esa noche y su habitación estaba oscura. Otra vez el deseo de crear esas luces cálidas que lo consolaran estaba en su corazón, pero se negaba, no podía usar su magia fuera del escenario... él se daría cuenta y lo castigaría.

No quería llorar más, después de tantos años... diez años de llorar y sufrir, no quería más lágrimas pero le era imposible contenerse, simplemente su vida era demasiado dolorosa. Había aprendido tantas cosas, pero sobre todo odiaba su magia, él no quería odiarla... pero sabía que su magia era la razón por la que estaba temblando de frío en esa jaula y en completa soledad.

La luz se encendió asustandolo y entonces él, con esfuerzo, se arrodillo en su jaula, esperando a que ése hombre viniera frente a él. El terror lo llenó, preguntándose si habría fallado en algo en su presentación de ese día, intentó pensar en ello, pero estaba seguro de haberlo hecho bien.

Sintió sus labios temblar y los presionó, la última vez que ese hombre lo había visto temblar lo había castigado cruelmente.

─ Las atracciones no sienten, ¿Entonces por qué tiemblas? ¿Crees que eres algo más que una atracción?

No pudo negar, solamente dejarse castigar mientras se contenía...

Finalmente el hombre entró en la carpa y se paró frente a él, Hoseok levantó la mirada y entonces vió a dos chicos, uno se miraba mayor que el otro... Su corazón se hizo pequeño en su pecho recordando cuando él había sido llevado a ese circo.

El hombre tomó el rostro del que parecía ser el mas joven, un chico rubio con mejillas adorablemente redondas y unos ojos hermosos... El otro chico se removió al ver cómo trataban al mas joven.

─ ¿Qué vez? ─ Le preguntó el hombre, sacudiendo un poco el rostro del chico.

Hoseok cerró sus ojos con fuerza, no lo soportaba y si lloraba sería castigado.

─ Un chico desnudo y lastimado─ respondió y Hoseok se sobresaltó cuando escuchó el golpe seco.

─ ¡No lo toques! ─ Gritó el otro y pronto éste también fue golpeado.

Hoseok no podía más que preguntarse por qué los traían a él, habiendo otros miles de seres mágicos en aquel gran salón en el interior de la gran carpa principal, ¿Por qué tenía que ser él?

─ ¿Qué eres? ─ Escuchó la voz de aquel hombre más cerca, abrió sus ojos observandolo y su mente respondió sin permiso.

Soy una atracción...

Bajó su cabeza escuchando las risas de aquel hombre.

─ ¿Ves? Eso no habla porque no es una persona. ─ Le dijo al rubio que estaba sentado con una mano en el rostro y sobando su mejilla. ─ Es una simple atracción.

El chico se levantó y corrió hasta la jaula y metiendo su mano entre los barrotes la extendió para que Hoseok la tomara.

─ Soy Jimin ─ le dijo animado. ─ Tú no eres una atracción, eres un chico, ¿cuál es tu nombre?

Hoseok observó la delgada mano frente a él con temor y cerró de nuevo sus ojos cuando vio al hombre tomar a Jimin por la cintura y lanzarlo sin cuidado al piso.

El hombre comenzó a golpear a ese chico y entonces el otro chico se soltó.

─ ¡No! ¡Jin! ¡No te metas! ─ Le gritó el rubio, pero Jin ya se había colgado de la espalda del hombre de ojos azules.

Éste entonces tomó a Jin y lo lanzó hacia los barrotes, provocando que este se golpeara justo frente a Hoseok. Hoseok cerró los ojos escuchando cómo los nuevos eran castigados.

Cirque du Soleil | JungHope | Libro 1 ☆ (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora