Capítulo 7

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Hoseok se mantuvo fuerte sin siquiera entender cómo, soportando los abusos y golpes, hasta que cumplió los dieciocho años.

─ ¡Agh! ¡Estoy cansado de tí! ─ Gritó el hombre de ojos azules que llevaba años luchando para poder quebrar a Hoseok. ─ Aprende de una vez que sólo eres una maldita atracción, tu n'est rien,

─ Je suis une personne... ─ Respondió en un hilo de voz, jadeando. Su cuerpo dolía por los golpes que había recibido y sus mejillas estaban sonrojadas por los abusos y el enojo.

─ ¡Callate! ─ Le gritó el hombre de ojos azules.

Caminó de un lado a otro observando el cuerpo atado de Hoseok, había crecido aún en esas condiciones, y era un joven muy hermoso, tenían cuidado de no lastimar su rostro porque pronto planeaban hacerlo dar espectáculos. Pero mientras el chico no se rindiera, mientras él siguiera rebelde no podrían hacer nada. Aun si ya tenía la edad para empezar a "trabajar" en el circo, no podían hacer que diera un espectáculo de luces.

Entonces un pensamiento atravesó la mente de aquel hombre de ojos azules.

─ Ya no eres un niño. ─ Le dijo acercándose de nuevo a Hoseok y acariciando con una mano su mejilla provocando que éste lo mirara con confusión y asombro.

Las lágrimas de Hoseok comenzaron a caer sin poder controlarlas al entender los pensamientos de ese hombre.

Entonces la mano del hombre bajó deslizándose por su abdomen. Hoseok jadeó sorprendiendose, a pesar de los abusos ese hombre jamás lo había tocado.

Comenzó a jadear descontroladamente mientras presionaba su ojos.

─ Basta... ─ Rogó sintiéndose demasiado avergonzado.

Intentó controlar su cuerpo pero aquello simplemente hacía que todo se volviera más doloroso. Sus lágrimas cayeron de forma descontrolada por estar viviendo aquello por primera vez en las manos de aquel maldito hombre. Lo odiaba.

─ ¿Quieres más? ─ Susurró aquel hombre en su oído.

─ Maldito... ─ Dijo Hoseok, su voz como un susurro.

─ ¡Me tienes harto! ¡Esta vez no te perdonaré! ─ Le dijo su rostro encendido en furia.

Hoseok lo miró a los ojos y entonces aquel hombre se acercó pegando su cuerpo al suyo, besó sus labios de forma brusca. Hoseok tenía sus ojos abiertos en shock, ese hombre jamás lo había besado.

Aquellos besos eran profundos y lo dejaban sin aliento, intentó quitarse pero era muy débil después de tanto tiempo siendo maltratado.

─ Veremos si después de ésto sigues siendo igual de rebelde ─ Le dijo al oído

Hoseok gimió de dolor y mientras el hombre soltaba las cuerdas. Lo empujó al suelo sin importarle si se golpeaba y luego lo tomó por las caderas.

El menor intentó arrastrarse pero el hombre de ojos azules lo sostuvo con tan fuerza que sus dedos se hundieron el piel de Hoseok.

─ ¡Basta! ─ Gritó Hoseok.

─ ¡No hables! ¡No hables! ¡No hables! ─ Le gritó el hombre completamente enfurecido y entonces se colocó bien sobre Hoseok. ─ De ahora en adelante cada vez que hables éste será tu castigo.

Luego lo penetró de un sólo golpe, al no lograr entrar hasta el fondo retrocedió y volvió a embestir fuertemente hasta que sus pieles estuvieron unidas. Hoseok gritó sintiendo como se desgarraba su interior.

El hombre comenzó a moverse violentamente sin importarle herirlo, Hoseok no era una persona y él le iba a enseñar.

─ Por favor... ─ Rogó Hoseok cayendo al piso sin poder sostenerse, pero el hombre solamente se aferró más fuerte a sus caderas y continuó hasta dañarlo por completo.

Hoseok quería hablar, quería pedir que se detuviera pero entendió que si hablaba todo sería peor... por tanto tiempo luchó por mantener su voz pero no soportaba más, algo en su interior se quebró en ese momento y su voz se perdió... él no volvería a hablar.

Gimió con dolor cuando aquel hombre lo dejó por fin y luego lo levantó atándolo de nuevo, su cuerpo solo siendo sostenido por las cuerdas en sus muñecas. Podía sentir la sangre deslizándose por su piel.

─ Eso es. ─ Dijo el de ojos azules al ver la expresión de Hoseok y las lágrimas de dolor. ─ ¿Ves que es más fácil cuando obedeces? ¿Qué eres? ─ Preguntó.

Hoseok dejó caer su cabeza llorando.

Soy una atracción...

Pensó y él hombre que leía su mente aplaudió, entonces el de los ojos azules comenzó a reír mientras celebraba. Hoseok lloraba sin consuelo al aceptar su destino, nadie vendría por él, nadie podía defenderlo... él nunca podría escapar de ese lugar.

Los siguientes días fue castigado sólo para "dejar en claro" el mensaje y cuál sería su destino si llegara a cambiar de opinión. Hoseok se repitió a sí mismo en su mente que él no era una persona que era una atracción, lo pensó más de mil veces cada vez que ese hombre lo violaba sin consideración, lo pensó tantas veces que finalmente quedó grabado en su ser.

Entonces por fín estuvo listo para hacer magia, Hoseok lloró el día que lo llevaron a la fuerza al escenario y el hombre de ojos azules le pidió hacer luces.

El cerró sus ojos y con todas sus fuerza intentó hacer estrellas, lo logró, pero el hombre quería más y ahí fue cuando los castigos regresaron. Cada vez que Hoseok no lograba hacer el show cómo el hombre de ojos azules deseaba éste se enfurecía y lo violaba en aquel salón. Fue tanto el maltrato que decidió dejar a Hoseok permanentemente separado de todos en su propia carpa, donde hacía más frío.

El espectáculo de luces tenía que ser el mejor.

─ Jeunesse, énergie et force. ─ Le dijo el de ojos azules al menor mientras lo sostenía después de haber sido castigado. ─ ¡Tienes todo para hacer magia! ¡¿Por qué mierda no puedes hacer lo que te digo?! — Le gritó mientras Hoseok temblaba en sus brazos, incapaz de hablar, él no podía hablar, nunca iba a volver a hablar.

─ ¡Hazlo! ─ Le gritó y entonces Hoseok cerrando sus ojos con fuerza, enfocó su mente y todo lo que tenía de energía hasta que finalmente al abrir sus ojos un enorme sol estaba frente a ellos.

─ ¿Ves? ─ Le dijo el hombre soltando su tembloroso cuerpo y dejándolo de pie como pudiera.

Se apartó aplaudiendo ante aquel gran sol que su atracción había creado, ese sería el broche de oro de sus presentaciones.

Hoseok no resistió más cayendo al piso y su magia disolviéndose en el aire.

─ ¿Acaso te dije que te detuvieras? ─ Le preguntó el hombre de ojos azules mientras él volvía a llorar. Se acercó a Hoseok tomando de nuevo su cuerpo.

Él le enseñaría que Hoseok no podía decidir cuándo detenerse...

Hoseok soportó ese maltrato dos años más hasta que cumplió veinte años y finalmente estuvo listo para "trabajar" en Cirque du Soleil... y aún después de eso, si se equivocaba en el escenario su castigo era tan cruel que sólo pensarlo lo hacía temblar...

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Cirque du Soleil | JungHope | Libro 1 ☆ (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora