Las personas aglomeraban parte de la sala principal y prácticamente todo el patio, ya que había una amplia piscina, la cual, también estaba repleta de parejas.Los cuatro entramos directamente al patio, donde habían unas cuantas mesas llenas de grupos de la universidad. Encontramos una mesa libre y nos sentamos en las sillas que estaban alrededor de esta. Solo conversamos sobre algunas cosas que habían pasado en la semana, reíamos de los chistes malos de Liam, o del humor negro de Verónica y Jaden.
—Bueno, Maia y yo nos despedimos—dijo Vero animada, levantándose de la silla y haciéndome señas para que hiciera lo mismo.
—¿Razón?—cuestionó Jaden con el ceño fruncido.
¿Acaso no quería que me divirtiera? Porque sí, tuvimos una pequeña discusión en su auto por ese tema. Sinceramente a último minuto reconsidere mis argumentos y le dije que probablemente no me iba a divertir allí dentro por el simple hecho de que no estoy acostumbrada a salir de fiesta, mucho menos ahora, sabiendo el "peligro" que corro al estar afuera de mi habitación. Después de todo el me dijo que disfrutara, y eso es lo que voy hacer.
Antes de que Verónica hablara, yo interviene.
—Vamos a disfrutar de la fiesta—lo miré fijamente a los ojos, desafiante.— Eso es lo que quería decir Verónica.
Ambos chicos asintieron, pero pude notar que Jaden gruño después de lo que dije, y no me importaba, no me importaba sus actitudes bipolares.
Vero y yo nos adentramos a la casa, llegando a la pista de baile.
La música retumbaba en todo el espacio, solo me deje llevar por el ritmo mientras que chocaba con una que otra persona.
De un momento a otro perdí de vista a mi amiga, seguramente había ido al baño o fue a la cocina por algo de beber. Yo por otro lado, estaba bailando con un completo desconocido, pero no me incomodaba, en realidad, era muy atractivo. El chico tenía sus manos en mi cintura, tomando el control absoluto de mis movimientos.
—Que lindo baile—me halagó el chico en mi oído, éste estaba detrás de mí.
Me gire sobre mi propio eje y le di una pequeña sonrisa.
—Gracias.
El chico paró de bailar y me tomó de la mano, inmediatamente fruncí el ceño, confundida.
—Vamos a un lugar más privado—me informó coqueto, y no, no era pregunta, era una maldita orden. Me solté de su agarre y ahora él era el confundido.
—Lo siento, tengo novio...—mentí.
El chico soltó una risa amarga, sin una pizca de gracia.
—Cariño, quiero estar contigo, no con tu "novio"—levanto los dedos de forma sarcástica.
¿Qué debía decirle? No quería ser grosera, pero tampoco quería irme con él a quien sabe donde. En las películas, este es el momento en que alguien me salva de esta situación tan incómoda. Y no me equivoqué.
Alguien tomó mi cintura con fuerza, apegandome a su grande y bien formada anatomía. Levanté la mirada y me encontré con esos ojos que tanto me hipnotizan, esos azules que me dejan sin aliento.—¿Pasa algo malo, cariño?—me preguntó Jaden con una sonrisa de lado, permitiendome ver su hoyuelo.
Le sonreí de vuelta—No amor, no pasa nada—mi mirada se dirigió al chico de ojos cafés, éste estaba intimidado por la persona que estaba a mi lado.—Solo estábamos charlando, ¿Verdad?
—Si—dijo él con nerviosismo, arrancando sus pasos en dirección a la salida, gran gallina. No pude evitar soltar unas cuantas carcajadas, ver cómo Jaden espantaba e intimidaba a los otros chicos sin duda alguna era divertido.
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Diferente mente iguales.
Teen FictionMe esforcé por entender, lo miré a los ojos fijamente y lo descubrí. Miedo.... Ahí fue donde entendí, que hasta la persona que no lo demuestre, puede tener un infierno interior.