-Capítulo 11-

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Estos días han sido agotadores, es fin de semana y la mayoría de los estudiantes se han ido a casa para estar con sus familias. En cambio las personas como yo preferimos estar aquí y deprimirnos con nuestra estúpida soledad. Suspiro, mientras me dejó caer en la pequeña y acogedora cama, no soy fan de dejar tareas para el último minuto así que de decidí hacerlas hoy, no eran muchas en realidad, de esa forma no tengo que estar preocupada de esas tonterías mañana en la noche.

Un ruido interrumpe mis pensamientos, es mi móvil avisando que ha llegado un nuevo mensaje.

Te ves tan linda cansada.
Jaden, a las 5:32pm.

Sonreí como tonta al leer ese mensaje, las cosas que el podía hacer en mí, no eran para nada normales.

Y tú, eres un gran idiota.
Enviado a las 5:34pm.

También soy muy atractivo, no te olvides de aquello, cariño.
Jaden, a las 5:34pm.

Odiaba admitirlo, pero tenía razón. Había olvidado que era escuchar a Jaden alimentar su gran ego.

Creo que no puedo hablar ahora, mejor me escribes cuando dejes de pensar solo en tí.
Enviado a las 5:35pm.

Deje el aparato encima de mi pecho dejando la conversación hasta ahí, solo me límite a ver el techo con blanco, eran tan deprimente verlo, tenía pensado decorarlo un poco para que se viera menos triste, pero eso llevaría mucho trabajo y no tengo tanto por así decirlo.

Mi móvil volvió a sonar, otro mensaje había llegado.

Lo prometo preciosa, ahora necesito que salgas y me esperes en el aparcamiento en 15minutos.
Jaden, a las 5:36pm.

Jaden y yo no habíamos cruzados palabras desde el día en qué me llevo al lago, una que otra mirada por parte mía, y guiños por parte del chico. Ahora me preguntaba para dónde me llevaría ahora, ya que siempre que me subo al auto del incógnito, a él se le ocurre la maravillosa idea de llevarme a lugares extraños, pero a la vez hermosos.

Le agradecí a todos los dioses porque pensé que saldría hoy, pero al final me arrepentí y me quedé en la habitación. Solo debía llevar un abrigo por el infernal frío que me esperaba afuera.

5:51pm.

Salí de mi habitación con pasos lentos, la verdad es que esto de cierto modo se había vuelto costumbre entre el chico y yo, no era algo que me disgustara, bueno, a veces si. Sin embargo, me disgustaba era cuando la persona fría y distante se apodera de Jaden, simplemente arruina todo el momento. Haciendo que mi inquietud y ansiedad salgan a la luz también.

El frío golpeó mi cara de forma suave, provocando que mi cabello castaño se ponga detrás de mi cabeza en una forma violenta. El aparcamiento estaba absolutamente solo, el único coche a la vista era el de Jaden. Este estaba afuera del auto, tenía puesto unos pantalones negro, una camisa gris y una chaqueta de cuero negro. Su mirada estaba perdida en su móvil.

Carraspeé mi garganta para que el chico notara mi presencia. Sus ojos azules me observan detenidamente, puedo ver cómo se forma una sonrisa en sus labios.

—Pensé que me dejarías plantado—confiesa.

—No soy tan cruel—reí y el me imitó—Ahora, ¿Me dirás para dónde iremos?

El chico menea la cabeza varias veces, ruedo los ojos mientras me siento en el asiento del copiloto.

—Sabes que nunca te diré, siempre será una sorpresa el lugar a donde te lleve—bufé y el chico arrancó el motor.

Diferente mente iguales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora