A los pies de King [#2]

EXTRA II: PRIMER BESO

ADVERTENCIA: LEER DESPUÉS DEL CAPÍTULO 21 DE ALPDK

Artemisa
15 años

―Aquí soldado 07, ¿todos en posición? ―pregunto a través del walkie-talkie, suena un suave chirrido antes que la voz de Emma se escuche en tono bajito.

―Afirmativo, comience con el operativo, soldado ―, sonrío y guardo el aparato en el bolsillo de mi pantalón, volteo y miro a la larga fila de soldados que están a mi espalda, hago un gesto para que avancen.

Comienzan a correr sigilosamente hacia el pasillo, detengo al grupo cuando ya cruzó la mitad de todos ellos, espero la señal de Emma, se inclina al lado del muro y me hace señas con la mano, así que dejo ir al resto.

Los chicos se apresuran en llegar del otro lado, ella me hace un gesto para que me detenga y contengo la respiración, me asomo al lado de la pared para ver el pasillo, hay un soldado haciendo guardia.

La miro, parece atenta al soldado, y de pronto, mueve la mano rápidamente. Echo a correr con todo lo que me dan las piernas, ella me atrapa cuando logro ocultarme detrás de esa pared y el enorme grupo que somos, comienza a movilizarse.

Nos paramos cerca de la salida, Jackie está sentada en el escritorio del vigilante nocturno.

―Le di un café con un calmante, no despertará ni con un terremoto ―asegura y se baja del escritorio, se ajusta la falda del vestido y el cabello rubio que lleva liso.

―Genial ―susurro, y caminamos todos hacia la salida donde solo nosotras tres nos asomamos, los vigilantes tienen un turno, me escabullí en la oficina de un superior para entrar por su computadora al sistema, según los registros, en un minuto deberían cambiar, eso significa que tenemos exactamente treinta segundos para montarnos en los coches que nos esperan a una cuadra de aquí.

Analizo a los tres guardas que rondan, son soldados jóvenes, y se hacen señas para ir al costado de la academia de la GMFE.

―¡Ya! ―susurro y echo a correr, escucho los pasos de mis amigas, los del grupo de soltados y mi propia respiración mientras huimos, anoto la contraseña de seguridad para abrir la puerta, vi cómo un soldado lo ponía al salir, y se me quedó grabado en la cabeza.

El grupo entero echa a correr fuera, con las chicas salimos de las últimas y cerramos la puerta antes de ir calle abajo buscando la enorme furgoneta negra donde los chicos comenzaron a subir y subir, apretujándose como sardinas en una lata. Al no haber espacio en los asientos abro el maletero y me meto dentro, Emma me sigue y Jackie la ayuda a meterse.

―¡Ay, no me agarres las pompis! ―se echa a reír, sentándose a mi lado.

―Si nadie te las agarra pues lo hago yo ―susurra Jackie, se mete con nosotras y cerrando la puerta del maletero libera un enorme suspiro. Se gira y apoya los codos en el respaldo del último asiento, mirando por encima de las cabezas de todos los chicos que se quejan de lo apretados que van―. ¡Ya mi rey, nos vamos! ―le anuncia al conductor.

―Me siento incómoda con el pelo así, ya hasta me veo como mi mamá ―se queja Emma de su peinado estilo afro.

―Te ves preciosa ―le aseguro.

―Lo dices porque llevas un pantalón que te deja el trasero más redondo que el del sargento Thompson ―me sisea y me cubro la boca con terror mientras Jackie se parte de la risa.

―No le mires el trasero a Thompson, qué asco ―hago una mueca, ellas me ponen cara de que soy idiota.

El camino es de casi una hora, en ese tiempo aprovecho de hacerle un peinado a Jackie, rodeándole la frente con una trenza. Le queda genial. La temática de la fiesta es de los 70's, por lo que llevo un pantalón acampanado, un sujetador de hilo y una camisa abierta y sin mangas que permite tener una visión de mi torso, además, un collar largo cuelga de mi cuello con el signo de paz rozando mi abdomen al final del canal entre mis senos.