A los pies de King [#2]

EXTRA III: PETROV

Eloah Petrov
19 años

Nunca vi unos ojos tan brillantes hasta aquella noche en que se celebró mi fiesta de cumpleaños. Las mafias aliadas a la Bratva se reunieron en un mismo lugar, a mi inmadura edad culpé a mi padre por no haberme presentado jamás a la segunda hija del Capo.

Mi amante se llamaba Olga, y no estuvo de acuerdo en muchas cosas cuando vio que mis ojos se detenían en esa joven, sombra de su hermana mayor y tres hermanos, pero luz para cualquiera que buscara un poco en su rostro.

―Underboss, no quiero comenzar a enumerar la larga lista de razones por las que debería alejarse de ella ―me advierte. Hay celos en sus ojos, pero su trabajo no va a dejarla como candidata para ser mi esposa.

No sabía que quería una mujer para mí hasta que vi a una de las siete hijas del Capo.

―Eloah ―, entre mi objetivo y yo se interpone una delgada y alta mujer de largo cabello negro y ojos carbonizados.

―Valeska ―pronuncio con suavidad. Se apresura hacia mí sobre sus altos tacones, no me importa que no sonría como se dice que las damas deben hacer para atraer hombres, ella es libre y testaruda, y está enamorada de su mejor amiga, aunque se supone que no estoy enterado.

―Se está cociendo algo aquí, no me gusta nada ―susurra, sus ojos lucen preocupados. Me ajusta el corbatín con sus delgados dedos.

―¿Qué quieres decir con eso? ―Busco a mis padres con la mirada, están riendo y charlando con el Capo y sus dos esposas. Localizo a mi otra hermana mayor (la que le sigue en edad a Valeska), pero no luce muy preocupada, con su vientre de embarazada parece estar de malas todo el tiempo.

―Quiero decir que debes irte lo más pronto posible ―, toma mis hombros de manera protectora a pesar de que, a mi edad, soy mucho más alto que ella. Odia que mida más de dos metros, pero no lo dice o actuaría como...― ¿Dónde está Nadya?

―Dios, esa criatura me va a volver loca ―jadea. Me movilizo para buscarla, es nuestra hermana menor, la cuarta en la línea familiar, solo tiene quince años.

Entro en el baño, Olga me ayuda revisando los cubículos, registramos bajo las mesas, entre la gente. Puedo sentir la poderosa mirada de mi padre sobre mí y casi soy capaz de oír su voz recordándome que el futuro Boss no puede jugar ni enseñar su lado más inocente, siempre la cara más cruel.

Valeska cree que no tengo un ladro cruel, está convencida de que ella absorbió todo lo que yo debía heredar para ser Boss. He llegado a la misma conclusión que ella.

Salgo de la fiesta con cierto malestar en el estómago, tengo un muy mal presentimiento, no creo en esas ridiculeces, pero mis hermanas... en especial Nadya. Registro los alrededores, saco un cigarrillo buscando liberar unas pocas preocupaciones, sin embargo, eso no detiene mi búsqueda. Lo que sí lo hace es el sonido de decenas de disparos que enfrían mi cuerpo.