-Jason. Mi nombre es Jason.
<<Jason. Jason. Jason. Jason.>> Sólo repetía en su mente.
-Sallieri es el mío.
-Qué lindo, genial, único y hermoso. Me gusta. Tienes cara de Sallieri.
-Gracias. Nadie me había dicho eso.
-Me alegro de ser el primero.
Su mirada profunda y hermosa. Su sonrisa y su esencia, hacían que a Sallieri le dieran ganas de abrazarlo, de estar con él, saber que él la protegería. La idea hacía que, como dicen algunos, sintiera mariposas en el estómago. Tenía ese algo que le encantaba.
-¿Te gustaría ir a tomar algo?.-Preguntó Jason.
<<¡Dios! ¿Me está invitando a salir? ¿A mí? ¿A la que todo el mundo ignora y trata mal? ¡No me la creo! ¿Me ira a regañar mi Tía Shelly? Bueno, algo de rebeldía nunca cae mal.>>
-Me parece perfecto.-Respondió Sallieri con una gran sonrisa.
-Okey. Iremos a la Plaza del Sol, ahí hay una cafetería con postres deliciosos.
De repente, a Sallieri le recordó algo.
<<Plaza del Sol. Cuadro de The Beatles. Katherine...>>
-Está bien...
-¿Hay algún problema con esa Plaza? Sí quieres vamos a otra...
-¡No! Está bien esa... Me encanta esa Plaza.
-Muy bien. ¡Adelante!
Iban caminando por la calle que dirigía al lugar acordado, cuando Jason miró a Sallieri, y con un tono amable, le dijo:
-Oye, dame tu mochila, la llevaré por ti.
-¡Oh, no! Está bien, la puedo llevar yo. No te preocupes.
-Sallieri, insisto, déjame llevar tu mochila.
-Ya que insistes...-Dijo ella con un tono sarcástico. El sólo sonrió.
-Ahora que recuerdo, ¿Qué hacía una joven tan linda como tú, siendo perseguida por un hombre como aquel?
-Gracias por lo de "linda".
-Yo sólo digo la verdad.
La chica se sonrojó y sonrió. Agachó la cabeza y el, con su mano, le levantó la barbilla.
-Te ves aún mejor cuando te sonrojas. Rojiza.
-Hey... Ya basta con los cumplidos que me vas a dejar toda loca.
Él sonrió, y volvió a preguntar lo mismo.
-No, va enserio. ¿Por qué te seguía aquel tipejo?
-Algún día lo sabrás. Pero ese día no será hoy, no arruinemos la salida con historias tristes del pasado.
-Genial. Y, cuéntame de ti.
-Pues... Me llamo Sallieri, Sallieri Proust. Tengo 15 años, casi 16... Mi color favorito es el verde, porque siento que es un color que da vida, aunque, casi no lo uso, prefiero usar colores oscuros, me gustan más. Me encanta leer...
-¿Chica intelectual, eh? Me gusta. ¿Has leído Los Juegos Del Hambre?
-¡Hey! No porque lea significa que sea intelectual... Y sí, si he leído Los Juegos Del Hambre, son de mis libros favoritos.
-Los míos también. Y, ¿Qué clase de música escuchas?
-No lo sé... Emmm.... NIRVANA, The Beatles, Electrónica, Música clásica como Beethoven, Mozart, Oldies...
-Oye... Somos muy parecidos.
-¡Que genial!
-Y dime, ¿En qué parte naciste?
-Aquí. En Madrid. ¿Y tú?
-En eso ya fallamos... Yo soy de Barcelona. ¿Alguna vez has ido a Barcelona?
-No... Nunca he salido de aquí... Es uno de mis sueños, visitar toda Europa.
-Ya casi llegamos. ¿Qué te parece si guardamos la charla para cuando estemos sentados comiendo algo? Digo, así no nos quedamos sin conversación.
-Me parece bien.
Siguieron caminando hasta llegar a la cafetería, que por cierto, tenía un nombre un tanto, raro. Se llama "La Cafetería". Ilógico, ¿No? Una vez ahí, decidieron pedir crepas con Nutella y un cappuccino. Se sorprendieron al saber que ambos pidieron lo mismo. Se sonrieron el uno al otro y Sallieri pensó que por fin, había encontrado algo bueno, que por fin, desviaría el dolor a algún otro lugar desconocido. Que la haría sentir otras cosas, otras emociones.
Pero, no. La chica aún no podía pensar en el hecho de que lo quisiera, o siquiera le atrajera. <<Lo acabo de conocer. No niego que no sea lindo, atractivo, amable, tierno, tenemos los mismos gustos...
-Pero niña, ¿Qué coño dices?, ¿Y si es algún violador, narcotraficante, que sólo te quiere para secuestrarte y llevarte a algún sitio donde cincuenta mil hombres te violarán tanto que serás tan sólo un pedazo de carne que ni los perros van a querer?
-Sallieri, creo que has visto muchas películas y series criminales>>
Así se encontraba ella teniendo una batalla emocional con su subconsciente. Así era él. Sí Sallieri decía "Negro", Su subconsciente decía "Blanco". Siempre la contradecía. Era de miedo.
Mientras ella lidiaba contra aquel "Ser emocional", Jason la admiraba. Veía como se quedaba pensando. No la quería despertar de aquel sueño, de aquel pensamiento perdido.
Cuando por fin Sallieri volvió al mundo real, siguieron conversando de las diferentes cosas que querían ser de sus vidas, él decía: "Yo toco la guitarra, me gustaría algún día ser un gran músico, tener mi banda y dar giras por el mundo. Pero, dudo que eso vaya a pasar pues, no cuento con el apoyo de ningún familiar, no tengo amigos que toquen instrumentos. He pensado en ser solista, pero no es exactamente lo mismo. Y blah, blah, blah..."
Ella lo escuchaba con admiración, imaginándoselo como músico, mientras iba a sus conciertos a disfrutar de su música.
Cuando de repente, miró la hora en su móvil.
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Life Always Has Two Sides
Teen Fiction"Cada Quien Vive A Su Manera, A sí, Que Cada Quien Tiene Su Propia Muerte" Despiertas, nada es igual, tu cuarto se ve asqueroso, tus manos se ven sucias, tocas tu cabello y se siente grasoso. La forma en que ves las cosas cambia. Tu lugar, tu guarid...