🌷 💭 ˖ ࣪ ❛ BECAUSE EVEN AFTER ALL , I STILL LOVE YOU ❜
༶ ─╌ ˖ ࣪ ٬ 𝑨𝑳𝑾𝑨𝒀𝑺
𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 Draco Malfoy
se enamora perdidamente
de Ariette Lindberg y
ambos tienen que
lidiar con sus sentimientos
mientras intentan
sobrevivir en medio de
un...
Esa era una de las tardes más largas y aburridas que Ariette había vivido. Se la había pasado todo el día nerviosa y ansiosa, tanto así que llego al punto de comerse las uñas (un mal habito que odiaba). Ya había leído más de tres veces seguidas la carta que le había enviado Draco hace una semana.
En la carta su novio la invitaba a una cena en la mansión Malfoy esa misma noche y después ellos asistirían a la mundial de Quidditch que se llevaba a cabo más tarde. Draco le había insistido a su padre para que Ariette pudiera acompañarlos y él después de muchas súplicas aceptó.
La primera vez que Ari leyó la carta pensó en lo extraña e inusual que era esa invitación a cenar en la mansión, pero al mismo tiempo pensaba que era un lindo detalle de parte de los padres de Draco el tomarla en cuenta de esa manera. Así que hablo con sus padres sobre la carta y ellos extrañamente aceptaron, inusualmente desde que ellos se enteraron de su relación le habían dado demasiado espacio y habían dejado de acosarla de la forma en la que lo venían haciendo desde primer año. Aunque claro ella sospechaba de esa particular actitud.
Ariette sabía que ellos dos no confiaban en su relación con Draco y pensaban que era una ridículo romance infantil que no duraría mucho. Así que ella se propuso el demostrarles que no era así.
—¡Ariette ya casi son las siete!—. Dijo fríamente su madre desde la estancia.—¡Date prisa si es que no quieres llegar tarde!
—¡Si, claro Mamá!— respondió mientras inspeccionaba cada detalle de su atuendo.
Llevaba puesta una falda corta a cuadros con detalles rosas opacos y una blusa de manga larga color negro que a su vez tenía un cuello de tortuga bastante simple. Arriba se puso una chaqueta de mezclilla igualmente rosa opaco que hacía juego con la falda.y unos tenis negros con calcetas también oscuras. El cabello suelto caía sobre sus hombros dándole un aspecto lindo y acorde al de una chica de catorce años.
Se pasó la mano por la ropa para tenerla bien presentable y bajo de nuevo a la sala con sus padres que la esperaban.
—Bien... supongo que estás lista ¿verdad?— preguntó su padre después de dejar escapar un suspiro algo fastidiado. Ella asintió mientras se acomodaba el cuello de su blusa.
