VII - Descubrimientos.

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La puerta de mi habitación se abrió de golpe, y Manuela entró echa una completa furia.

- Lo voy a matar, juro que lo voy a matar..- susurraba entre dientes mientras caminaba de un lado a otro.

- Manu, calmate ¿qué sucede? ¿a quién quieres matar? - pregunté con cautela.

- Es que es un idiota, pero juro que esta no se la voy a dejar pasar, cuando vuelva lo voy a matar.- seguía diciendo y yo seguía sin entender que sucedia.

- A ver, Manuela, calmate y dime que suece, me estás desesperando.- la tome por los hombros para que se detuviera.

- Daniel... Daniel escapó con Keiko.- dijo por fin.

- ¿Y eso es malo porque? - pregunté confundida.

- Por que no se llevó sus medicamentos, si algo le pasa por hacerse el temerario lo voy a matar.- se volvió a alterar.

- Manuela, el ya es mayor y sabe lo que hace, aparte está con Keiko no creo que ella deje que le pase nada malo..- reí ante la exageración de mi novia.

- Es que tu no entiendes...

- Claro que lo entiendo, Manuela dejalo sentirse vivo, está con su novia, ya calmate y deja de exagerar, entiendo que estés preocupada por el pero tienes que entender que puede tomar sus decisones y debes aceptarlo.- dije seria.

- No, no puedo, tengo que ir a buscarlo..-se dio vuelta para salir del cuarto.

- Manuela Gandia, tu no vas a ir a ningún lado.- dije cruzada de brazos.

- ¿Ah sí? ¿Y quién me lo va a impedir? - dijo desafiante aún con la mano en la perilla de la puerta.

- Yo... - la escuché reir.

- ¿Cómo si se puede saber? - me estaba desafiando. Caminé despacio hacia ella que seguia de espaldas.

- Tengo metodos muy efectivos para hacer que te quedes..- susurré en su oído una vez estuve detrás de ella.

Narrador omnisciente

Hasta ese día Regina no era consciente del poder que tenía sobre la española, que al oír esas palabras salír de la boca de su novia sintió su cuerpo estremeserse y su garganta secarse al instante. Regina había despertado algo en Manuela y en ella misma que hasta ahora era desconocido para ambas, algo que el futuro no sabrían si maldecir o agradecer.

La mano de Manuela seguía aferrada con fuerza a la perilla de la puerta, y el agarre incrementaba a medida que sentía la respiración de Regina chocar con su nuca.

- Date vuelta.- ordenó Regina con una voz que Manuela no reconoció en ella, sin embargo obedeció y se giro lentamente. - Muy bien.- susurró Regina, con una sonrisa ladeada.

Regina se acercó lentamente hasta rozar sus labios con los de su novia sin llegar a besarla en realidad, solo un toque. Manuela cerró los ojos y la tención en ella aumentó, pero no se movió.

- Besame.- volvió a ordenar y Manuela gustosa obedeció uniendo sus labios en un beso agonicamente lento, sabía que no debía apresurarse, las reglas estaban explicitas para ambas.

La tención en el cuarto era palpable, ambas sabían lo que pasaría pero los miedos y las inseguridades desaparecieron por arte de magia en cuanto sus labios se unieron. Las manos de Regina subieron lentamente por los brazos de su novia hasta sus hombros y luego al cuello de su camisa blanca, Manuela soltaba suspiros al sentir las manos de Regina pero seguía sin moverse.

- ¿Quieres que siga? - preguntó Regina posicionando sus manos en el primer boton de la camisa de su novia.

- No te detengas.- contestó con voz firme, al obtner la respuesta que esperaba Regina volvió a besar a Manuela y sus manos comenzaron a desabotonar la camisa de su novia lentamente, se detuvo al llegar a la cintura de la española pues la camisa de la española estaba fajada dentro de su falda, Regina se separo lentamente del beso y observó con admiración y deseo el torso de la española que era cubierto nada más por un sostén blanco que hizo a Regina morderse el labio para contener un jadeo.

- ¿Te gusta lo que ves? -preguntó Manuela mirando directamente a los ojos de la morena.

- Me encanta..- contestó, Manuela sonrió sabía que era su turno.

Lentamente y sin perder el contacto visual llevó sus manos a la camisa de la morena comenzando a desabotonar uno por uno los botones, sin embargo no se detuvo al llegar a la cintura de la morena, Manuela quitó la camisa de Regina y la deslizó despacio por sus hombros hasta quitarla por completo. Bajó su vista y no pudo contener un jadeo al observar a su novia semi desnuda por primera vez, acercó sus labios a su cuello y comenzó a dejar besos humedos a lo largo de este, logrando que Regina ladeara la cabeza para darle más espacio a la española, Regina llevó sus manos al cuello de la española para atraerla aún más sin embargo la española se separó tomandola de las muñecas para detenerla.

- Aún no.- susurró, guió a la morena hasta el sofá y la recostó ahí.

Sin perder el tiempo se colocó a horcadillas sobre la morena recargando su peso en sus piernas, tomo las manos de la morena y las subió por encima de su cabeza, volvió a besar el cuello de Regina y fue bajando lentamente hasta su clavicula, el pecho de Regina subía y bajaba erraticamente debido a su respiración, estaba quedando atontada por los besos que su novia se estaba encargando de repartir ahora en su torso, cuando llegó a sus perfectamente formados pechos beso por encima del sujetador y dejo una mordida por encima de cada uno, logrando arrancar un gemido de los labios de Regina, sonrió al ecucharla y continuó bajando sus besos ahora en su abdomen, beso, mordió y lamio cada centimetro de este dejando a su novia casi retorciendose debajo de ella. Cuando llegó al elastico de su falda, volvió a subir y beso los labios de Regina bajando sus manos para desabrochar la falda de la morena. Una vez la falda dejó de estorbar, se volvió a separar de Regina un momento.

- Confía en mi.- pidió en voz baja, la morena asintió y Manuela bajo su mano lentamente acariciando el abdomen de Regina que se tenso al sentir las caricias de su novia, la mano de Manuela siguió bajando hasta llegar a la entrepierna de la morena. - Estás temblando.- se dió cuenta, sonrió y la besó ahogando así los gemidos que su novia soltaba conforme su mano hacía y deshacia ahí abajo.

Regina sentía su corazón palpitar dolorosamente rapido, sus pulmones tratando de agarrar aire como fuera y su garganta soltar gemidos cada vez más fuertes e incontrolables mientras su cuerpo sudaba y temblaba a merced de la española. Jamás se imagino que alguien la pudiera hacer sentir tantas cosas a la vez, sentía que podría morir en cualquier momento, pero joder... quería morir una y mil veces si eso le garantizaba seguir sintiendo aquello que Manuela estaba provocando en ella, pero nada se comparaba a lo que sintió un par de segundos después, su cuerpo se tensó, cerró los ojos con fuerza y de su garganta salió un gemido profundo mientras su cuerpo convulcionaba a causa del orgasmo. El primer ogasmo de su vida, y no podría haber sido más maravilloso.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches! he vuelto de entre los muertos jsjs, lamento la ausencia, han sido dos semanas muy cargadas de todo y inspiración es lo que menos tuve, pero aquí les traigo otro capitulo cargado de emociones y un poco de picante, espero les guste mucho, este capitulo se lo dedico a mi querida Valentina o mi "Unnie" como me gusta decirle. okay, sin más no olviden comentar y votar si les gustó el capitulo, we love you <3

Twin DesireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora