— ¡En serio Mateo, tenemos que ir a esa fiesta, va a ser la mejor de la historia! — eso dices siempre que me invitas a una fiesta, piensa Mateo —. ¡Te digo yo que si no vas te arrepentirás el resto de tu vida! — eso me llevas diciendo desde que en preescolar me invitaba a el parque de bolas, contraataca la mente de Mateo —. ¡Venga! ¿Por qué no contestas? ¡Di algo!
—Oliver, ¿no crees que estás exagerando un poco teniendo en cuenta que es la fiesta de cumpleaños de un primo tuyo de cuatro años que ni conozco?
—Y teniendo en cuenta como es tu vida, ¿no crees que la fiesta de un niño de cuatro años es ideal para abrirte al mundo, Mat?
— Tengo que colgar, Ollie.
— No, espera, no he acabado; no digo que tu vida de pena, es simplemente abu...
Mateo colgó el teléfono sin darle tiempo a responder.
Acababa de decidir que iba a bajar a la cocina a cenar, ya tendría tiempo de decirle que no a Ollie la próxima vez que inevitablemente llamara.
Le dio tiempo a entrar en la cocina antes de que tocaran el timbre.— Voy yo —. Contestó Zoe, la madre de Mateo.
— Buenas, señora H.
— Hola, Oliver.
Mateo no se lo podía creer.
— ¿Has venido a hablar con Mateo?
— En realidad, señora H, he venido a hablar con
ustedes.El padre de Mateo salió con curiosidad a la cocina.
— ¿Con nosotros? — miró a Oliver y a Mateo con con ironía en el rostro — ¿Vais a salrid el armario? Llevo tanto esperando esto...
Ollie soltó una risa estruendosa.
— Todavía no, señor H. Tiene que entender que para estas cosas tiene que darnos tiempo.
Ahora se reía el señor Hummel.
— En realidad, he venido a pediros permiso de parte de Mat para salir este jueves a la fiesta de cumpleaños de mi primito; no tiene muchos amigos, y le hacía mucha ilusión que Mat viniera.
Mateo miró a Ollie con una cara de incredulidad que hizo que su madre soltara una risita disimulada, antes de responder:
—Claro que puede ir, cielo, no tienes que preguntarnoslo.
— El caso es que él no quiere ir — Ollie tenía tanta prisa por contestar que casi se traba.
El señor Hummel se volvió hacia Mateo, cabreado.— Mateo, tienes que ir, ¿sabes lo bonito que es que un niño pequeño te tenga cariño?— mientras escuchaba, Oliver asentía de forma exagerada — te hará sentir bien.
— Pero papá, ni siquiera lo conoz...
— ¡Gracias, señores H! — replicó Ollie, y luego, dirigiéndose hacia Mat — pasaré a recogerte a las seis menos cuarto.
Inmediatamente después de terminar la frase, se precipitó corriendo hacia la puerta, no sin antes tropezarse con un sillón.
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La Desconocida De Los Calcetines De Colores.
Teen FictionCuando Mateo Hummel, un chico con ansiedad social, conoce a Catrina, parece que ha descubierto todos los secretos que el universo le escondía. Sin embargo, un secreto que Catrina no compartió con Mateo la noche en la que se conocieron, estaba a punt...