Mateo se despertó al escuchar el timbre, mientras se desperezaba volvieron a tocar.
— ¡Ya voy! — dijo malhumorado, no le hacía gracia que le hubiesen despertado.
Una vez abrió la puerta encontró a Ollie.
— Buenas —. Dijo mientras entraba y cerraba la puerta de la casa, y luego mirando a Mateo — ya podrías haberme abierto antes, me estaba congelando ahí fuera.
— No hay nadie más, mis padres están trabajando, ¿Que quieres? — comentó mientras se sentaban en el sofá — además, ¿quien te manda a ti a ponerte manga corta en otoño y encima sin una chaqueta?
— ¿No puedo pasarme a saludar a un amigo un sábado por la mañana? Y no me apetecía ponerme una chaqueta.
— Pues depende ¿Que hora es? — comentó omitiendo el último comentario de Ollie, no pensaba discutir con él de ropa y menos tan temprano
— Hora de despertarse.
Mateo miró la hora de su teléfono
— ¿Estas bien?
— Si, ¿por?
— Si estas bien, por qué narices te despiertas un sábado a las 9:00.
— Me ofendes, me he despertado hace mucho, pero te he dejado dormir un poco más
— Bueno, ¿quieres café o algo de comida?
— Sabes que no me gusta el café, pero estoy interesado en la comida.
— Perfecto —. Comentó Mateo mientras se dirigía a la cocina para hacer el café.
Ollie le siguió y se puso a revisar lo que tenía para comer.
— ¿No tienes nada más?
— Pues... Creo que no.
— Pues bébete el café y nos vamos a una cafetería a desayunar en condiciones.
— Me visto y nos vamos, ¡invitas tú! — gritó mientras subía para cambiarse.
Ollie no protesto, comprendió que le tocaba invitar por haberlo despertado, hicieron un pacto para este tipo de casos hece un tiempo, si uno despertaba al otro se le invitaba a desayunar — rara vez a comer — para compensar el haber despertado al otro.Oliver condujo hasta una cafetería cercana, él se pidió unos donuts de chocolate mientras que Mateo se pidió cruasanes con chocolate.
— Bueno, ¿Que querías? Que eres muy rata y sabes que yo normalmente no me despierto temprano.
— Pues veras, primero: pensaba que ya estabas despierto, la verdad y segundo: vamos a ir a casa de mi primo para que os conozcáis y eso.
— Con que es para eso, así yo no tengo excusa, bien pensado—. Dijo Mateo más para el mismo que para Ollie, mientras esté asientía con la cabeza — ¿A que hora has quedado con ellos?
— Pues para comer.
— No se si puedo, se lo tengo que pre...
— Ya se lo he preguntado yo, te dejan.
— Pues listo
Se pusieron ha hablar de distintos temas hasta que Mateo se tuvo que ir para adecentarse un poco.Unas horas más tarde, Ollie volvió a tocar el timbre, por suerte no hacía tanto frío como por la mañana.
— Bueno vamos — . Dijo una vez Mateo había salido de casa, Mateo se despidió de sus padres y se fueron.
— ¿A cuanto está la casa de tu primo?
— Está cerca.
Unos minutos más tarde ya había llegado.
— Hola tía.
— Hola cariño — dijo abrazando a Ollie —, este es tu amigo, soy Abril la tía de Ollie.
— Hola soy Mateo, un placer.
— Que caballeroso, me cae bien.
— ¿Como no te va a caer bien?- pregunta Oliver lanzandole una mirada cómplice a Mateo, que este recibió bajando la mirada-, bueno ¿Que hay de comer?
— De verdad Ollie, me estresas, anda vete con tu primo, te está esperando en el jardín, entretenlo mientras yo preparo la comida que es un puro torbellino.
— Voy, pero entonces ¿Quien le enseña la casa?
— Yo todavía existo, o es que no te acuerdas ya de tu tío
— ¡Tío! — gritó mientras se abalanzaba sobre él, cuando se separaron Oliver se dirigió a Mateo — Mateo el es Santiago mi tío, tío el es Mateo mi amigo.
— Puedes llamarme Santi — dijo tendiéndole le mano.
— Puedes llamarme Mat — dijo estrechando le la mano
— Voy a ver a Nico.
— Y yo ha enseñarle la casa
La casa era más amplia de lo que parecía por fuera, el jardín y el comedor tenían dos sofas y tres sillones alrededor de una mesa, al salón había que sumarle un televisor. La cocina tenía una isla. En la parte superior estaban las habitaciones, habían 5, con baño individual cada una.
Mateo se preguntaba cómo podían mantener la casa.
Una vez Santi le hubo enseñado la casa, Mateo salió con Oliver para jugar con Nico.
— Hola — saludó tímidamente Nico.
— Hola — lo saludo alegremente Mat —¿A que quieres jugar?
— ¡Al pilla-pilla!🧦🧦🧦
Casi una semana después, Mateo se encontraba en ese mismo jardín, mirando como los niños se divertían y comían pizza, casi no había hablado con Oliver, aunque había entablado conversación con distintos niños.
Después de un tiempo, Ollie se acercó a él con un trozo de tarta.
— Los mounstruitos han devorado la pizza, pero aqui viene el chocolate —, al decir eso movió los brazos exageradamente, por los platos se cayeron al suelo —.Y ahora vuelvo.
Dio media vuelta y se dirigió de nuevo a la mesa donde estaban los aperitivos. Cuando volvió, tenía una mueca en la cara.
— Lo siento, Mat, también han deborado la tarta.
Mateo se rio, era una risa más nerviosa que divertida.
— Tranquilo — replicó, y diciendo esto más para marcharse que para otra cosa — si me dejas irme ya subiré nuestro trato a 25 minutos.
— ¿En la próxima fiesta real?
— En la próxima fiesta real.
Oliver sonrió, dio un saltito poco disimulado y se encaminó dentro de la fiesta, despidiendose de Mateo con la mano.
— Me voy a arrepentir de esto — susurro Mat para si, mientra se dirigía hacia los tíos de Ollie para despedirse de ellos.
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La Desconocida De Los Calcetines De Colores.
Teen FictionCuando Mateo Hummel, un chico con ansiedad social, conoce a Catrina, parece que ha descubierto todos los secretos que el universo le escondía. Sin embargo, un secreto que Catrina no compartió con Mateo la noche en la que se conocieron, estaba a punt...