Se encontraban a milímetros y Mario desearía que el tiempo se detuviera para poder apreciar cada facción del rostro de Armando. Tenerlo cerca, era lo que quería en ese momento
Armando estaba confundido, ¿Porque Mario lo miraba así? Con ¿ternura?
Al darse cuenta de la posición en la que estaban, carraspeó y decidió hablar
–Oiga, Mario
El castaño no quería apartarse de él. ¿Y si...?
Antes de pensar cualquier otra cosa, las puertas que llevaban a la sala de juntas se abrieron de la nada, asustándolos y provocando que ambos cayeran del sillón
–¡Ay! ¡B-betty!
La susodicha se quedó en la entrada con sorpresa en sus ojos al encontrarlos así, pero la olvido cuando bajó la vista y vio la foto de la modelo
Armando se dio cuenta de la fotografía y la tomó rápidamente, levantándose del suelo seguido por Mario
–¡Hombre, Calderon! ¡Qué le he dicho mil veces que no me deje estas cosas por aquí!– simuló el regaño
–C-claro, que pena con usted Doctor Mendoza, no va a volver a pasar– guardo la foto en la chaqueta siguiéndole el juego
–Bien– se frotó las manos nervioso –¿Qué pasó Betty?
Beatriz reaccionó y algo molesta ante la foto, habló –Doctor, ya llegó Inesita. Está en la sala de Juntas
Observando a Mario carraspeó y aplaudió intentando aligerar el ambiente –Bien. Vamos
–S-si. Vamos, vamos– Mario aún se encontraba algo perdido por lo que acababa de pasar
¿Enserio estaba dispuesto a besarlo? ¿De verdad iba a hacerlo? Pero estaba seguro que Armando lo iba a alejar y rechazar. Y ahí si, chao amistad, chao Armando.
Betty se fue con molestia a la oficina por los catálogos y la calculadora. Armando se quedó mirando a los ojos a Mario, pero no dijo nada y sin más entro primero a la sala de juntas
"Por poco y arruinas todo, Calderón" se dijo a sí mismo para luego entrar
Luego de saludar a Inesita y al ver que Betty se demoraba, Inés decidió empezar advirtiendo a los dos hombres
–Bueno, lo que yo sí les pido es que no cambien los materiales que pidió don Hugo– ambos miraron a la mujer –Claro, yo se que son costosos. Pero recuerden que, en la colección pasada, no los cambiaron. Y la colección funcionó, ¿no es cierto?– suspiro como una sonrisa ante la atención de los hombres
Armando y Mario se miraron como un par de niños siendo reprendidos ante las palabras de Inesita, algo sorprendidos y apenados
–Inesita, no se preocupe. Nosotros no vamos a cambiar los materiales, se lo prometo puede estar tranquila– suspiro y observo más a detalle a Inés –Pero quisiera hacerle una pregunta, la veo como fatigada, como cansada. ¿Le pasa algo Inesita?
–No don Armando, es puro cansancio, físico cansancio– respondió con tranquilidad
–Pero Inesita, usted ya tiene derecho a su pensión– la mujer lo miró extrañada –Usted ha trabajado muchísimo tiempo con nosotros y ya es hora de que disfrute, pues de todos estos años de trabajo en su casa, descansando tranquila, nos va a hacer falta pero...– levantó las manos sin darle importancia a lo último, el bienestar de Inesita era lo más importante
–Claro, y de paso Hugo se nos muere– sonrío Mario ante la idea
Luego de que Inesita les explicara las razones por las cuales jamás abandonaría su trabajo, Mario y Armando la escucharon atentos con una sonrisa en sus rostros ante las palabras de la mujer
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Simplemente amigos |ArMario|
FanfictionTodos conocían la inseparable amistad de Armando Mendoza y Mario Calderón. Porque eso era ¿no? Solo una amistad, una simple amistad; Al menos el hijo de los Mendoza siempre lo considero así. Pero... ¿También era así para su amigo, su socio, su com...