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Las noches de insomnio que sufría Lisa, se habían vuelto en una linda razón para amanecer.

No hay nada más que desee ahora, no había porque temer si lo que estaba viviendo era solo un sueño.

Y no solamente ellas estaban felices, Kook, Bam, Jennie, JiSoo y ahora Wendy con JaeHyun, lo estaban, además que ver como aquella pareja crecía cada día, era de admirar.

Parecía que habían nacido para estar juntas.

Y en su segundo aniversario, era un buen día para recordarlo.

Estuvieron días e incluso semanas planeando que hacer para tan esperado día, sin embargo, después del primero, se quedaron sin ideas y sentían que habían hecho tantas cosas para un "corto" tiempo, por lo que decidieron pasar todo su día en sus cuatro paredes viendo películas.

Bueno, intentando verlas.

Solo hablaban como si nunca volvieran hacerlo, se besaban como si en algún momento dejaría de ser un gusto y el brillo de sus ojos demostraban una galaxia donde el centro de ella, era el reflejo de la otra.

Aunque esto fue interrumpido cuando toda la manada tocó la puerta y entraron como si fuese su casa.

— ¿Por qué están pijama? Lisa, ¿Tan vaga eres? — Preguntó Kook y las chicas hicieron una mueca.

— ¿A caso tú eres mi pareja? — Respondió Lisa, causando risa en algunas personas.

—Vinimos para verlas y decirles que hicimos algo por ustedes ya que no sabían que hacer, solo que las cosas se me salieron de las manos y todos querían venir. — Bam parecía ser el papá de un grupo de niños incontrolables y esa escena no estaba lejos de serlo realmente.

Roseanne sonrió.

—Le agradecemos mucho, no pensamos que nos dirían eso de esta forma. — Su cara expresó algo de confusión. —Pero supongo que no podemos hacer nada más que ir, ¿Cierto? —

—Estás en todo lo correcto, Rosie. — JaeHyun guiñó un ojo mientras se lo decía.

—Así que, arréglense y vayan a la cafetería, las esperaremos. — Dijo JiSoo antes de que salieran y dejaron a las dos chicas en un trance lleno de preguntas.

— ¿Por qué? — La rubia rio y depositó un pequeño beso en los labios de la tailandesa. —Gracias, pero no responde mi pregunta. —

—No pretendía responderte. — Las mejillas de Lalisa se tornaron rojas y así fue como duraron unos incontables minutos sin hacer nada más que llenarse de besos.

Una vez que estuvieron listas, esperaron que alguno de ellos les dijera donde es que las esperarían en caso de que todos se fueran juntos, pero no hubo respuesta alguna.

Aun así, fueron a la cafetería.

En el camino no dijeron nada, solo tenían sus manos entrelazadas y dedicándose una que otra mirada.

Cuando llegaron a la cafetería, no tenía nada nuevo, pero a Lisa, le llego los recuerdos de cuando empezó a frecuentar a ese lugar con solo la intención de escuchar su voz y sonrió.

—Al final Kook tenía razón. — Roseanne miró con confusión a la tailandesa. —Soy más feliz que todos ellos juntos. —

La rubia, aún confundida, siguió los pasos de Lisa, quien la llevaba a la banca de siempre, tomó su rostro e hizo que sus ojos se mantuvieran con los suyos.

—Estás haciendo que me ponga más nerviosa de lo normal. — Ambas rieron.

Lisa sentía que si hablaba, le ganarían las ganas de llorar por la felicidad que se acumulaba en todo su ser, pero lo hizo.

—Ni en millón de vidas seré capaz de entender cómo es que empecé a quererte con solo escuchar tu voz, ni cómo es que terminé de esta manera contigo, pero aun cuando mis noches se volvían pesadas por no poder estar a tu lado, sentía que de alguna forma, con solo saber que te vería al día siguiente, todo estaría bien. — Lisa sonrió y miró al cielo. —Cada anochecer, sentía que me unía más a ti y espero que eso siga siendo así. —

A lo lejos, todos sus cercanos estaban sonriendo.

Bam tomó un pequeño control y apretó el único botón que tenía, haciendo que un pequeño arco de luces apareciera sobre las dos, además, comenzó una canción.

Ambas habían quedado sorprendidas por ello, entendiendo al instante por qué habían insistido tanto para que fueran.

—Bueno, me quedó claro que somos mejores que Bam y Kook. — Lisa rio ante el comentario Rosé, cuando volvió a la normalidad, la miró nuevamente con cariño. —Lalisa, nunca te lo he dicho, pero lamento si te preocupé en ese momento que no vine, aunque ya sabes por qué, nunca me disculpe, por eso me encargué de recompensar esos días y en ese día, no esperaba que me abrazaras con tanta fuerza. —

Bajó su mirada y solo apreció como sus manos aún se mantenían juntas.

—Supe que estar lejos había sido una tortura para ambas y desde un principio te lo dejé claro, pero... — Roseanne se detuvo para buscar algo en su bolso, sacando de esta un pequeño anillo que hacía juego con el suyo y la colocó en el meñique de la pelinegra. —Aun si estamos así de cerca, quiero que recuerdes que sin importar lo que el futuro tiene preparado para ambas, estaré contigo. —

Ninguna sabía cómo es que aún había palabras que lograban expresar en un pequeño porcentaje lo que sus corazones sentían por la otra, pero no lo cuestionaban, ni siquiera se daban cuenta de ello después de haberlas dicho.

Y tampoco sabían cómo aguantaban las ganas de llorar y abrazarse por toda la eternidad.

Pero esa noche...

Habían brillado más que nunca y lo había hecho juntas.

A veces, no, muchas veces pienso cómo estabas en esa noche

Temía que descubrieses lo que siento, así que cerré la ventana en vano

De repente recordé y sonreí

El sonido de las campanas en mis oídos

¿Acaso fue la luz de la luna brillando sobre nosotros?¿nos estaba mirando e intentando decir algo?


Un sonido que nunca antes había oído, la inolvidable melodía de la luz de la luna

¿Lo recuerdas?

Cómo cantó para nosotros, cómo nos dio su bendición

De todas las estrellas, esa noche fue la más grande y brillante.

























❁ Imagination - ChaeLisa ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora