capítulo 4

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Todo era frío aquella mañana las nevadas se estaban acercando y con ello la única oportunidad de escape que tendría. Ya estaba todo preparado, solo un elemento más y al fin alcanzaría tan preciado tesoro de la libertad. Tenía que llegar a la cocina de algún modo y que nadie me viera para poder huir. Solo que existía algo que complicaba mi escape un baile para los alumnos en la mayoría de los casos rechazaba ir pero ahora me obligaban o de lo contrario me encerrarían por el resto de ese día.

Tras arreglarme un poco y meter mi cuerpo en un vestido que no me agradaba, me encaminaba al salón ya estaba mi mochila en la torre junto con la ropa y cosas que tenía escondidas desde siempre entre ellos un collar que era de tela con una piedra negra por joya principal. Pensaba en ello mientras caminaba hasta que me choque con alguien
-disculpa, no veía por donde caminaba-
Al levantar la vista no podía siquiera creer a quien estaba viendo era el chico que no podía abandonar mis pensamientos, Jacob estaba en el castillo y de forma contundente se notaba que había entrado de manera furtiva ya que vestía jeans, playera casual y una chaqueta de mezclilla, todo en él me inspiraba una gran atracción y más importante aún mi clave para escapar estaba frente a mí.
-Jacob, ¿Qué haces aquí?, si te encuentran nos matan a los dos- miro por todos lados, pero no veo a nadie, y por ello no me percato que Jacob se está moviendo en mi dirección hasta que lo tengo abrazándome por la cintura, sus ojos me hipnotizan, pero solo un momento hasta que,
- ¿tienes alguna idea de lo duro que ha sido estar lejos de ti? -
Esto me ha tomado por completa sorpresa que está ocurriendo esas palabras hicieron que todo mi cuerpo se estremezca. Pero mi mente no puede dejarme vivir el momento aún, me hace recordar la razón por el que me encuentro en el pasillo hacia el salón,

Viendo hacía esos ojos hipnóticos tengo que hablar ahora o no lo podré hacer después, - no me importa la forma en la que entraste, tienes que salir a la torre a donde me perseguiste y esperarme, luego me iré contigo a donde sea, ¿ok? -
Solo pude ver como se le dibujaba una gran sonrisa en su bello rostro levantándome del suelo y abrazándole aún más fuerte hasta que cuando quedaron nuestros rostros a pocos centímetros, él corto el espacio que nos separaba besándome de manera dulce, y a mí eso fue como alcanzar un paraíso real, ahora yo contestaba su beso hasta que me separe abruptamente de él al escuchar un ruido o más bien a alguien acercarse.
Al voltear mi vista a el chico que recién había besado, se encontraba con los brazos abiertos y una mirada de cachorro en el rostro, - ¿qué? -
-se acabó el beso-
-eres tierno he infantil, pareces un cachorro sin duda-
-solo lo soy contigo-
Esto no me lo esperaba y estaba a punto de jalarlo para tirarlo por la ventana cuando se me acercó y susurrando me dijo - te veo en la torre entonces, estaré esperando- tras decir eso fue a la ventana por la que supuse había entrado y salto, corrí para ver si no se había muerto o algo, fue mucha mi sorpresa cuando lo vi dándome una sonrisa desde el suelo completamente a salvo para luego irse corriendo, cuando esto paso me toque mis labios donde los suyos habían estado hace pocos minutos, ese había sido mi primer beso y me supo a gloria.
¡¡No era el momento de pensar en ello tenía que ir a la cocina, estaba de suerte no había nadie, las estanterías siempre estaban llenas de cosas hasta que encontré el cajón que buscaba, dentro había cuchillos de varias magnitudes, hasta que - ¡¡NO TOQUES NINGUNO!! - era la voz de mi cabeza así que esperaba poder tener una "conversación" con esta vocecita.
-Hola, y ahora Dime ¿por qué no agarro ninguno? -
-hola, perdón por gritar, pero no debes agarrar esos, son de plata pura y te dolerá mucho si los tocas-
-bien digamos que te creo, donde consigo algo más que sea afilado-
-eso déjamelo a mí, pero en otros asuntos, debemos apurarnos Dominic me espera-
-bien chica, aguarda ni siquiera sé quién eres-
-mi nombre es krinon, me conocerás pronto, así que tienes que salir de aquí hoy, hablamos después-
Dude un poco de esa voz, perdón Krinon no sabía mucho de ello, pero en una estantería estaba un cuchillo envuelto en cuero lo tome y escondí en el escote de mi vestido que ahora me daba cuenta de que era un poco pronunciado y así me había visto Jacob por ello intentaba no desviar tanto la mirada, sentí que toda mi cara ardía estaba roja de la vergüenza quien era ese chico para hacer que tenga estas reacciones ahora me tocaba la parte difícil del escape, entrar al baile y salir rápido para escapar.
Era mi momento de vivir, así que frente a las puertas del salón tome todo mi coraje, para convertir mi rostro en el de una pequeña princesa sonriente y educada, cosa que no lo era, empuje las descomunales puertas y entre en ese nido burocrático de personas que esperaba nunca volver a ver.

Huellas hacia el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora