Tercero

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Si Ka Suo se había enamorado de Li Luo solo por compartir correspondencia al conocerla en persona simplemente sabia que no tendría ojos para nadie más.

Ella era inteligente, valiente y todos sus compañeros la respetaban, y por las historias que esta le contaba, incluso cuando ella intentaba resaltar los logros de otros, Ka Suo solo podía pensar en lo increíble que era ella.

Las horas se le fueron volando y pronto debió de regresar a casa, con el corazón lleno de alegría y tal vez un poco pesado por no saber si podría volver a verla, Ka Suo no tenia como agradecerle a Shi por haberle brindado aquel día, solo esperaba que no la hubiera pasado tan mal con la princesa Yan Da.

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— Hablaré con mi padre, e intentaré convencerlo de que tú eres el mejor partido para mi, aunque, Ka Suo va a ser rey. — Le recordó ella, Shi estaba impresionado de haberla convencido, aunque la charla lo había hecho sangrar en varios sitios. — Cuando me imaginaba siendo reina, imaginaba como derrotaba a mis diez hermanos.

Ella lo había retado a una pelea, le dijo que si ella ganaba contaría todo, pero si él ganaba lo ayudaría a conseguir la libertad de Ka Suo. Él acepto, por alguna razón no pensó que ella pudiera ser tan malditamente buena, y aunque él salio vencedor, lo cierto es que comenzaba a ver borroso.

— Parte de mi plan es librarlo del peso de la corona — La observó, ella también estaba bastante maltratada pero no parecía notarlo, incluso cuando ante sus ojos la mejilla se le comenzaba a hinchar.

— Deberíamos volver — Shi respiro varias veces para recuperar parte de su energía y sostener el encantamiento de ilusión, ella a su vez creo un ligero glamour para cubrir sus golpes y demás.

— ¿Estas bien?— Le preguntó un tanto preocupado.

— Mis hermanos me han golpeado peor, estoy acostumbrada— Volvieron con paso rápido, en silencio y sosteniéndose uno del otro, se separaron dentro del palacio y ambos se fueron hasta sus habitaciones.

Shi apenas si fue capaz de llegar hasta su cama antes de caer agotado con un gemido y Yan Da espero hasta estar en sus habitaciones para quejarse en voz alta de dolor.

— ¿Por qué estas tan golpeada, hermanita?— Pregunto Guo Shan  dándole un susto de muerte, él se encontraba sentado en su cama viéndola con un deje de curiosidad y astucia.

— ¿Que haces aquí?— Preguntó ella sosteniéndose las costillas y caminando hasta donde estaba la bañera, agua caliente era lo que necesitaba.

— ¿Acazo alguien del clan se atrevió a atacarte? Le dire a padre...

— Oh callate, simplemente fue una apuesta— Le dijo, lo menos que quería era que su padre mandara al carajo la paz por unos cuantos moretones.

— ¿Y quien ganó?

— Yo, pero le hice creer que él — Yan Da sonrió con la risa estridente de su hermano.

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Con descanso y una cuantas hierbas curativas ambos príncipes estuvieron como nuevo al día siguiente, un poco de ilusión y los moretones fueron ocultos, Shi no se arrepentía del encuentro de ayer, no cuando su hermano regreso tan contento y fresco.

— Hermano. — Ka Suo lo miro, ambos se encontraban sentados bajo el árbol de cerezo, faltaba una semana para la boda de Yan Da y Ka Suo, los preparativos tenían a los sirvientes como locos trabajando, y los rumores decían que el vestido de novia de la princesa era simplemente exquisito.

— ¿Si, Shi?

— Si yo quisiera ser rey, ¿Me apoyarías?— Ka Suo observo con sorpresa a su hermano, jamas imagino que este quisiera ser rey, pero Ka Suo no podía imaginar a nadie que quisiera.

A Song of Ice and Fire [Yan Da x Ying Kong Shi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora