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San dejó salir un largo suspiro para luego apoyar su cabeza en su escritorio.
Una libreta yacía debajo de su cabeza, y frente a él, el computador iluminaba tenuemente su piel.

Para ponerlos en contexto, San aún no tomaba completamente bien la idea de que el nombre de Mingi abandonara tan bruscamente su piel.

Realmente lo odiaba.

Pero no es por lo que creen, su enojo a su vez se convertía en tristeza pura.
San es una persona bastante insegura, y aunque asegure constantemente que esta "trabajando en eso", no puede ocultar el hecho de que cada tanto sus inseguridades lo cubren hasta el punto de abrumarlo completamente.
La frustración lo invadió logrando que quisiera llorar y golpear algo.

Levantó lentamente su cabeza y centró sus ojos en la libreta, la cual tenía nombres al azar escritos en ésta; algunos tachados y otros aún intactos.

— ¿San? — Su nombre fue pronunciado suavemente, casi como un susurro.
Mingi se acercó al pelinegro, el cual al verlo sollozó bajito y se levantó rápidamente para ir a los brazos de su novio.  — Sannie no llores, ¿que pasa?

Choi solo atinó a balbucear unas cosas sin sentido en medio de los sollozos. Jadeando levemente en busca de aire, se calmó y miró a los ojos de su pareja.

— P-perdón. — Susurró posando sus delgadas manos en el rostro del menor, acariciando éste con la yema de sus dedos. — Juro q-que busqué... fui a varios lugares.

Mingi desvió su mirada hacia el escritorio, donde la libreta con nombres yacía. Siendo ésta alumbrada por la escasa luz que su laptop aportaba. — San...

— Los doctores no sabían que decirme. — Los latidos de Song se aceleraron; ya sabía de que hablaba su novio. — f-fui a muchos y yo... yo solo quería...

El pelinegro apresó su labio inferior entre sus dientes, intentando calmar los hipidos que no le permitían hablar bien.
Mingi llevó sus dedos al rostro del mayor, limpiando las lágrimas que éste no tenía idea que había soltado.

— Amor, no hace falta hacer eso. — Habló suavemente, dirigiendo sus manos a los cabellos contrarios e intentando calmar a éste con algunas suaves caricias.
Los ojitos de Choi se cerraron por unos segundos, disfrutando el toque contrario. — Sé de que hablas San, a mí también me desapareció.

El reloj de la muñeca de Mingi abandonó la misma al instante, dejando expuesta su blanca y lisa piel.
Cualquier palabra que amenazaba con salir de la boca del pelinegro, se esfumó. Ahora miraba en silencio la muñeca del contrario.

— Ya lo sabías... — Susurró tomando la extremidad entre sus manos, acariciando la suave piel con sus pulgares. — ¿por... por qué no me dijiste?

Las palabras de San salían casi sin fuerza. Sus ojos aún tenían lágrimas y su naríz moqueaba.
Mingi suspiró y abrazó el cuerpo contrario, proporcionando caricias en su espalda.

— No quería... — Inhaló. — No quería ponerte peor San.

Las manos del mayor se posaron en el pecho de su novio, empujando su cuerpo con poca fuerza. — Eres un idiota. — Apretó sus puños. — ¿Tienes idea lo mucho que busqué?

Sus ojos se aguaron nuevamente. Song intentó sostener al pelinegro, pero este lo aparto y comenzó a golpear débilmente su pecho.

— He ido a médicos, Mingi. ¿Tu tienes idea de lo que es eso? — La respiración del bajo comenzaba a ser irregular nuevamente. — S-si me hubieses dicho... Yo... Habían o-otras soluciones Mingi. P-pasó una s-semana y... — Atrapó su lengua entre sus dientes, presionando ésta mientras intentaba calmar sus hipidos, los cuales impedían su habla cada vez más. — Mierda, ¿sabes cuánto lloré? tu realmente si lo sabes, tu sabes cada cosa de mí y aún así me ocultaste esto, ¡esto!.

Las manos de Mingi comenzaron a temblar, mordió el costado de su lengua con sus muelas y respiró hondo. — Y-yo. — Aclaró su garganta. — San cálmate por favor. Creía que no iba a preocuparte más, ¿si? yo también fui a lugares San, pero tu sabes bien quien o qué maneja esto.

Choi sorbió sus moquitos y limpiando sus lágrimas, abrazó a su novio. — Perdón... ¿Que hacemos? e-es solo un nombre tal vez n-no...

Las palabras abandonaron su boca cuando observó con detenimiento la muñeca contraria. No se veía tan claramente, pero otro nombre comenzaba a aparecer en ésta.
Sus yemas presionaron fuertemente sobre la piel de su novio, sacándole un quejido y logrando que su atención se centre en la extremidad.

— Qué es... ¿Que dice? — Mingi acercó sus ojos exageradamente a su antebrazo, intentando leer lo que decía en éste. — Hong... Joong... ¿Hongjoong?

 ¿Hongjoong?

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a/n:

hi hello !

realmente no sé cuando voy a poder subir esto pq estoy teniendo problemas con el internet pero si ya lo ven, ojalá les haya gustado. n.n

si ven errores porfa avisenme.

𝒔𝒐𝒖𝒍𝒎𝒂𝒕𝒆𝒔 ;;  𝒋𝒘𝒚 & 𝒄𝒔𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora