Bienvenida al infierno

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Capítulo #1

Quince años atrás.

{Narra Katy}

El cielo estaba despejado, era una noche bellísima, el cielo estaba repleto de estrellas, no hacía frío, era una noche cálida, brisas frescas soplaban de vez en cuando, reinaba la tranquilidad, el sonido de las olas, la vista era hermosa, todo estaba en paz.

Demasiada paz.

Camille ya estaba dormida, se había dormido en mi regazo hacia un rato, y yo la observaba dormir, la detallaba, su rostro redondito, sus grandes ojos cerrados, y sus enormes y gruesas pestañas negras, su piel suave.

«Te extrañare muchísimo, mi niña hermosa.»

Pensé, mirando hacia el horizonte, pensado en lo que pronto seria mi vida, me quede así por un rato, admirando la inmensidad del cielo, y la constancia en que las olas iban y venían, mojándome los pies cuando venían.

— ¿Mami? — Volví la mirada hacia Camille, sus ojos color plata me veían, y sonreía hacia mí.

— ¿Si? — Le sonreí de vuelta y nos miramos por un momento.

Nos quedamos en silencio por un momento, y luego Camille rompió con el silencio— ¿Por qué me tengo que ir con el Tío Jev y la Tía Nora?— Pregunto en un susurro.

— Porque me iré de viaje pronto mi estrella, y tú no puedes venir conmigo. — Dije, aunque no era toda la verdad, pero sí era todo lo que Camille necesitaba saber, y básicamente sí me iba de viaje, y ella definitivamente, no podía venir conmigo.

— Mm, está bien mami, pero tienes que volver pronto. — Dijo, de manera muy tierna haciendo aparecer una pesadez que se instaló en mi estomago al pensar en que no cumpliría eso. 

Le di un beso en la frente, evitando responder a su pregunta. — Te amo — susurré y Camille me rodeo el cuello con sus delgados brazos.

—Yo también te amo mami— me dijo de vuelta, en un susurro somnoliento y lento.

Sentí una presencia muy cerca.

«Ya es hora Kat»

Escuché el susurro directo a mi mente, y asentí disimuladamente, lo suficiente para que Camille no se diera cuenta.

—Ya es tarde mi estrella, tienes que ir a dormir. — Le susurré, Camille se levanto y luego me levante yo, mire ligeramente por sobre mi hombro y pude ver la sombra oscura que me espera, en silencio.

Entramos a casa, subimos y Camille se dio un baño, la espere en silencio, sentada en una esquina de su cama, mientras observaba su rosa habitación, sus muñecas esparcidas por el suelo, su vestido de princesa, su tiara y su cetro, y sus pequeños zapatitos de ballet. Camille salió del baño ya con su pijama de conejitos, y con su cepillo en la mano, me tendió el objeto y se paro frente a mí, sonriendo con ojos cansados, pero sonriendo. Le desenrede su cabello negro azabache, su largo y hermoso cabello y luego le fui secando el cabello con una toalla hasta que su cabello no estaba mojado, me levante y Camille levanto la colcha de su cama y se sentó, yo me acerque y le di un beso de buenas noches.

—Buenas noches mi estrella. Descansa. — Dije y Camille bostezó, asintió y se volteo, ya con sus enormes ojos cerrados. Me quite mi collar de ópalo y lo deje en su cajita, donde guardaba su diario.

Baje las escaleras, y antes de salir escribí una nota, y la deje sobre el mesón de la cocina.

«Mi estrella me tuve que ir antes, tus tíos llegaran a las 9:30.

Te amo. Mamá »

Salí de la casa y la noche había oscurecido, en el cielo ya no había ni una sola estrella en el cielo, y hacia un frío que me heló los huesos, pero no era frío físico, sentí una mano helada posarse en mi hombro y cerré los ojos, y cuando los abrí, ya no había playa, ya no había cielo, ahora, sólo había sombras, no había nada, solo fantasmas en pena, lamentándose por sus vidas, por sus errores, y por todo lo que pudieron haber hecho y no hicieron.

Y ahora, yo sería parte de ellos.

Pero, a diferencia de ellos, yo aun estoy viva.

—Bienvenida Kat— Dijo la sombra a mi lado, casi sonriendo, casi con gusto de saber que después de tanto negarme y después de tantos años, me tenia ahí, justo donde quería. Había un increíblemente insoportable olor a azufre y a piel chamuscada. Suspire resignada. —Este es tu nuevo infierno—



Darkness and Light [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora