Has detenido el tiempo

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Capítulo #7

{Narra Camille}

Podría jurar haber oído la voz de Tyler diciendo me que me fuera a casa, pero eso era imposible, lo busque en la habitación solo para asegurarme, y había una sombra muy ligera en la puerta de la cocina que se desvaneció antes de que pudiera verle realmente bien así que lo tome como un efecto de la luz, di un pequeño brinco en mi asiento por un leve corrientazo que me invadió el cuerpo entero, iniciando en mi mano, la mano de Ashton envolvía la mía, y sin darme cuenta me había levantado y me llevaba fuera de la cocina, fuera de esta había un pasillo ancho y corto, luego pasamos por la espaciosa sala de estar con muebles negros y un enorme televisor en la pared, había unos cuadros por aquí y por allá que no pude distinguir qué imagen tenían y el color de la mayoría de las paredes eran blancas, excepto en la que estaba el televisor, esta era de color turquesa, salimos de su sala de estar a la calle, y aun de la mano, caminamos en silencio mientras observaba el paisaje lleno de árboles que empezaban a cambiar el color de sus hojas a amarillo y naranja por el inicio del otoño y casas algo separadas y muy enormes con jardines bien cuidados con muchos tipos de plantas que no reconocí, pero tampoco era que me estuviera esforzando por hacerlo, los pájaros volvían a sus nidos, aun había unos cuantos revoloteando y canturreando, era muy pacifico y hermoso, el cielo estaba despejado y algo oscuro, con nubes que muy sutiles pero que resaltaban en el cielo que se obscurecía, parecía cabello blanco esparcido en cielo, todo era muy bello, olía a otoño, y la verdad no sé si ese olor exista realmente y tampoco sé cómo explicarlo, solo sé que olía así.

-Es hermoso- susurré, mas para mí misma.

-Lo es- respondió Ashton a mi lado, el chico aun tenía su mano en la mía, y se sentía reconfortante estar cerca de él, sentía que él emanaba una enorme aura de paz que me engullía, caminamos otro tramo en silencio escuche una voz a lo lejos, pero no era de nadie que conociera, al menos no la reconocía y Ashton no pareció oírla y si lo hizo no le prestó atención.

Debería ir a casa, Jev debe de estar enormemente preocupado, pensé con un leve tirón de culpa sacudiendo mi estomago, sacudí mi cabeza y decidí ignorar los intentos de mi conciencia para que volviera a calmar a Jev, recordé sus palabras como si me las estuviera susurrando de nuevo.

Quizás yo no quiera ir a buscarte nunca más Camille, quizás quiero que te pierdas en el maldito bosque el resto de tu vida, quizás quiero que nos dejes en paz de una buena vez, pero no importa lo que quiero porque la princesa quiere matarnos de un ataque al corazón porque necesitaba aire. Deberías desaparecer de nuestras vidas Camille. Mi teléfono empezó a vibrar en el bolsillo trasero de mi jeans sacándome bruscamente de mis pensamientos, lo saque con mi mano libre y en la pantalla se leía el nombre de Tyler, seguramente Jev le había hablado para que me convenciera de volver, colgué la llamada y apague el celular, sin sentir el más mínimo sentimiento de culpa por nada y seguí caminando con total despreocupación.

La verdad, no quería pensar en Jev, ni en nada, solo quería caminar y que los arboles absorbieran mis pensamientos, pero me encontré a mi misma pensando en ello una y otra vez, y deje de luchar conmigo misma, deje que mi mente me torturara sin resistencia.

La pura realidad era, si Jev no quería buscarme, y no quiere saber más nada de mí, no tuvo que traerme aquí en contra de mi voluntad en primer lugar. Pensé y quise que Jev lo escuchara, me sentí enormemente defraudada y infinitamente lastimada, yo sé que no soy fácil de trata, joder, Dios sabe que lo sé muy bien, pero nunca creí que le molestara, siempre creí que desde que mi mamá murió ellos me habían tomado como su hija, y no por obligación o por lastima, sino porque me amaban como a una hija de verdad, pero ya veo que no es así. Los recuerdos de mi infancia luego de que mi madre murió empezaron a invadir mi mente como imágenes que aparecían y desaparecían, dando paso a otra que sustituía su lugar solo por unos segundos. La primera semana Jev y Nora me llevaron a comer helado casi todos los días intentando que dejara de preguntar por mi madre, luego recordé que a los siete me dijeron que mi madre había muerto, y recuerdo como Jev me abrazo muy fuerte y me consoló hasta que me dormí, eso paso cinco días seguidos, no podía dormir sin Jev a mi lado, una vez Jev tuvo que salir en ese periodo de aceptación en el que estaba sumida y Nora intento dormir conmigo, pero no pude dormir, y ella tampoco, no dormí mientas Jev estuvo fuera, recordé la primera vez que monte en mi primera bicicleta, y recuerdo a Jev con una enorme y orgullosa sonrisa unas semanas después al verme andar sola sin ruedas de entrenamiento, recuerdo la vez que me caí de un columpio y él estuvo allí antes de que si quiera tocara el suelo, recuerdo las muchas noches sin dormir mientras veíamos películas en blanco y negro con muchísimas palomitas de maíz, recuerdo la vez en que le oí hablar a mi mente por primera vez y creí que eso era normal, recordé la vez que le dije padre y sus ojos se llenaron de alegría, recuerdo la vez que tuve mi primera menstruación y fue él quien estuvo ahí , recordé cada momento de mi vida en que Jev estuvo ahí para mi, un nudo se formo en mi garganta mientras las imágenes-recuerdos me abordaban, cada vez más rápido, sentía una puñalada en mi corazón que se hundía cada vez más, me tense, y apreté la mano de Ashton, este volteo a verme, entre confundido y angustiado, las lágrimas empezaron a quemar detrás de mis ojos, Ashton se movió hasta quedar frente a mí, tomo mi otra mano. - ¿Hey, Camille, que tienes?- Pregunto, pero el nudo en mi garganta obstruía mi voz, así que no respondí. -¿Estás bien?- Intento de nuevo, y primero asentí, y luego lo pensé mejor, y negué, luego sonreí a medias, porque eso que acaba de hacer me pareció realmente infantil, las lágrimas que quemaban detrás de mis ojos se escurrieron y me odie por llorar en frente de Ashton como una niña pequeña, caminamos un poco hacia una banca que no había notado, él no se sentó, es se acuchilló en frente de mi, y puso un mechón de cabello detrás de mi oreja, me miraba con ternura, seco el rastro de mis lágrimas con sus pulgares, soltando solo por un momento mis manos, y luego las tomo de nuevo. -¿Quieres hablar conmigo?- Pregunto en un susurro cariñoso que me hizo sentir cómoda y confiada a medias, sus ojos verdes, quizá avellana, quizá ámbar, que eran lo suficientemente enormes como para ver los tres colores mezclándose en sus ojos, yo volví a negar, y luego lo pensé, y me quería desahogar con alguien y Tyler no estaba, y de nuevo me sentí ridícula, pero a él no le importo lo indecisa que me encontraba, busque en lo profundo de mi ser mi voz y dije:

Darkness and Light [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora