Me desperté muy temprano en la mañana y me alisté para ir a clases, Michael y yo esperábamos a Gabriel a que estuviera listo; en ese momento me sentí inquieto, quería preguntarle a Michael sobre el bosque, pero no lo hice. Decidí esperar hasta que se diera el momento indicado.
Llegamos a clase, esta vez me tocó estar con Gabriel y Michael en la misma aula y muy cerca de mi asiento, eso me aliviaba de alguna forma. Cuando terminaron las clases todos recogieron sus cosas y se fueron rápidamente, pero yo decidí hacerlo mucho más calmado, a lo que tanto Michael como Gabriel se dispusieron a esperarme.
Mientras yo recogía mis libros y nos reíamos aun recordando lo que había pasado ayer; un chico de otra clase asomó su cabeza
- ¿se puede? -preguntó, como si tuviera que pedir permiso para entrar al aula
- si, claro -respondimos los tres en coro.
Él se acercó, tenía cabello rojo y jeans desteñidos con diez o quince personas más a sus espaldas.
- me llamo Mark -dijo extendiendo su mano, -nosotros somos los representantes de los clubes del instituto -dijo señalando a las personas que estaban atrás de él.
- sí -dije después un rato, - ya me visitaron ayer -
Todos se voltearon a ver el uno al otro.
- sí, lo sabemos -respondió Mark rascándose la cabeza, - verás, es que... -
- es obligatorio unirse a un club - interrumpió Michael.
Me quedé pensando un momento,
- está bien - dije suspirando
Mark y todos los que estaban con él sonrieron y codearon bobamente como si yo fuese una chica muy bonita y ellos estuvieran cortejándome.
Primero pasó Mark presentándose de nuevo, pero esta vez como el representante del club de fotografía, luego otro chico dijo que era representante del club de dibujo y así simultáneamente. Entre los clubes estaban el de arte, piano, cine, danza... Entre otras.
Cuando terminaron esperaron mi reacción; querían que yo escogiera entre sus aburridas opciones.
- lo pensaré -dije finalmente, aunque yo sabía que no quería unirme a ninguno. Tomé mis cosas y salí del salón junto a mis compañeros de cuarto.
- no quieres ninguno ¿cierto? -preguntó Gabriel leyéndome los pensamientos, yo me limité a hacerle una cara de desagrado y él entendió mi mensaje.
De camino al dormitorio, subiendo las interminables gradas nos encontramos con Brad.
-¡Hey! -me dijo agitado, ignorando que estaba con mis compañeros de cuarto
- el director te está buscando -dijo con seriedad en el rostro.
-¿a mí?-pregunté desconcertado, -¿para qué me quería el director a mí?-.
- no lo sé -dijo Brad, -pero parece que está muy molesto-
Me quedé en blanco y mis compañeros se voltearon a ver asustados.
-escapa-dijo Gabriel sin vacilar
- ¡estás loco! -dijo Michael alterado, - si escapa le va a ir peor-
Gabriel se puso inquieto,- ¿te acuerdas lo que le hizo a...-
-¡¡¡cállate!!! -dijo Michael tapándole la boca. -¡solo ve! - dijo mirándome a los ojos
Le hice caso sin preguntar nada y me dirigí hacia la dirección muy asustado.
Llegué a la puerta de la dirección me quedé de pie ahí un rato para no entrar alterado y decidí tocar la puerta. Nadie respondió a mi llamado así que me dispuse a entrar.
Era un pasillo obscuro y angosto y al final se veía la luz, seguí caminando y llegué al verdadero cuarto que era más grande de lo que imaginé. El director estaba ahí en su escritorio, esperando mi llegada y no dijo nada, así que yo tampoco. Me limité a observar la habitación, estaba pintada de color gris, lleno de libros y en una pared habían recortes de periódicos, también tenía cuadros de Hitler por todos lados y símbolos nazis como el hakenkreuz.
"éste está loco" pensé, luego giré a verlo de nuevo, quien no había dejado de mirarme desde que entré.
Se levantó después de un rato con sus brazos detrás y camino de un lado al otro y giró hacia mí.
-¿te ha gustado el instituto? -preguntó con sus ojos clavados en mí.
Como no era lo que esperaba que me dijera, me quedé callado y respiré profundo.
-¡vaya!-dijo él, -pensé que ya habías superado el incidente- dijo riéndose
Me reí un poco fingido, - sí, me gustó - dije por fin
- me alegro- dijo mientras se servía un poco de coñac y tomaba un poco.
-¿sabes? -dijo agitando la bebida, - el coñac es un tipo de brandy que se elabora a partir del vino de uva blanca de las cepas cultivadas en los alrededores de la ciudad de Cognac. Tomó otro trago y siguió, - existe una confusión muy tonta entre brandy y coñac, el brandy es un tipo de bebida, mientras que coñac es un tipo de brandy... Son similares pero no iguales -dijo riéndose, luego tomó otro trago y se acercó y mí.
-¿sabes que los hace tontos? -preguntó abriendo sus ojos
- no lo sé -respondí mientras tragaba en seco, sabiendo lo que me esperaba
- ¡que a pesar de que se los han dicho siguen cometiendo el mismo error!- se rio frenéticamente; tragó de nuevo y cerró la botella, -¿por qué las personas no obedecen sabiendo que es por su propio bien? - se río de nuevo más sutilmente.
No respondí, sabía que se refería a mí y eso se convertiría en algo aún peor.
Él se acercó a mí y me tocó un hombro, - tú sabes que quiero lo mejor para ti -me dijo, luego dio una vuelta y se arrecostó en el escritorio.
Respiró hondo y sacó un libro de una de las gavetas del escritorio y empezó a leer:
.Regla 1: No ir al bosque.
.Regla 2: No irrumpir en los dormitorios del sexo opuesto.
.Regla 3: No actuar con vandalismo.
Se quedó callado por unos minutos
- tres reglas.. -dijo tratando de mantener la compostura, pero no soportó por mucho más tiempo -¡¡¡sólo son tres reglas!!!-dijo muy alterado, luego volvió a abrir el coñac y bebió cuatro tragos sin una pausa.
- bueno -dijo ya más tranquilo después de un rato, como si el coñac fuera su remedio instantáneo, - fue mi culpa -replicó agachando la cabeza, - yo no te dije nada, y solo por eso te perdonaré -
En ese momento me sentí asustado, ¡claro que asustado! pero también aliviado de alguna forma.
-¡pero! -dijo el director matándome el alivio que yo tenía, -tendrás que hacer trabajo comunitario por seis meses -
Me quedé sorprendido, pero luego le agradecí y acepté la asignación
- bueno, al menos no me expulsaron - pensé mientras salía de ese obscuro pasillo...
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Bosque clandestino
Художественная проза¿Vivir con un secreto puede ser más amortiguador? Esta historia está basada en la vida de Peter Hook un joven de 17 años quien tuvo que mudarse a Alemania a un instituto algo curioso para Peter, ya que estaba en un enorme bosque al cuál era prohibid...