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<<¡Entiende que si no estás tu yo muero!>>

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0 días.

Y la besó, la besó con tanta suavidad que sus labios parecían terciopelo, su mano se encontraba en la cintura de la chica con mucha delicadeza y su otra mano la movía con lentitud y suavidad a lo largo del cabello de Melissa, tratándola como un frágil diamante precioso.

Melissa, saliendo de su pequeño shock no tardó en corresponder, puso su mano en la mejilla del pecoso y la otra en el cabello rizado de Dante.

Aunque ese momento había sido perfecto, tuvieron que separarse, necesitaban un pequeño respiro.

—Desde que te he conocido moviste mi mundo y corazón —sacó un colgante, el cual tenía tallada la letra "M"—, date la vuelta —ella obedeció y Dante puso el colgante, Melissa se puso frente a él otra vez—, un bello collar para una bella dama.

—Dante... es precioso...

—Tu eres preciosa —acarició la mejilla de ella—, Melissa...

—Dime.

—¿Quieres volver a intentarlo y que seamos pareja una vez más...?

Melissa sintió como su corazón bombeaba con fuerza, su cuerpo tembloroso y su garganta seca, pero su nerviosismo era de felicidad, había esperado este momento por muchísimo tiempo, había esperado la pregunta del millón para ella, el momento era perfecto, algo de nieve, felicidad, música, Dante, Dante era perfecto.

—Claro que si —dijo con emoción y a la vez tranquilidad en su voz.

Melissa sonrió con lágrimas en los ojos, Dante la abrazó y empujó contra su pecho.

—No llores, tu maquillaje se arruinará y te vez preciosa.

Melissa sollozó bajito, aún abrazando al chico, no podía creer que eso estuviera pasando, al fin todo iba como ella esperaba.

La felicidad inundó el corazón de Melissa, después de mucho tiempo se sintió verdaderamente feliz, allí, con sus amigos y con Dante.

El chico levantó la cabeza de ella y secó con sus pulgares las lágrimas que salían de sus ojos, para luego darle un pequeño beso en la frente.

—Te amo —dijo Melissa con la voz levemente quebrada.

—También yo.

Entraron a la fiesta y todos brindaron entre sí, cada uno abrió sus regalos y siguieron unas horas más con la fiesta, Dante de vez en cuando se ponía cariñoso y le daba algún que otro beso a Melissa, ella no se quejaba, le gustaba sentir que alguien la quería.

—Mel —Eden la llamó mientras T.J estaba a su lado—, ven, síguenos.

Melissa fue con ellas hasta un baño del lugar, donde entraron y cerraron la puerta, Eden bajó la tapa del retrete e hizo que Melissa se siente allí, las dos restantes se apoyaron en diferentes lugares.

—Nos cuentas todo.

—¿Que?

—¿Piensas que no te vimos ahí afuera? —preguntó Eden.

—Carajo —susurró—, bien... Dante me pidió ser su novia —murmuró.

Las dos restantes reprimieron un grito.

—Me regaló un colgante —lo mostró y las dos se acercaron—, y primero me besó y no necesitan más información —dijo avergonzada.

Las otras dos hicieron un puchero.

....

—Si, me quedaré con ellos hoy —Melissa le informó a su hermano mientras bostezaba.

Todos se habían ido y el cast mayor estaba por hacer lo mismo, el cast juvenil se quedaría otro día más en esa casa, luego volverían a su vida normal.

Eran las cuatro y media de la mañana y todos ya tenían mucho sueño.

—Bien —Robert le dio un pequeño abrazo a su hermana—, no hagan idioteces.

—Si niños, no hagan cosas estupidas —dijo David.

—Ni que fueran nuestros padres, shu shu —bromeó T.J.

Todos se fueron y luego cerraron la puerta, Melissa se tiró al piso somnolienta para luego sacarse los guantes, los demás también se acostaron en el suelo.

—Si no nos levantamos nos quedaremos dormidos aquí —dijo Blake.

La mayoría se levantó pero Melissa se quedó donde estaba.

—No puedo con mi vida —se quejó.

Dante se puso de cuclillas de espaldas a ella.

—Subete.

Melissa hizo caso y apoyó su cabeza en el hombro de Dante con los ojos cerrados.

—A dormir —dijo T.J caminando hasta su habitación.

—Adiós —dijo Blake.

—Buenas noches —agregó Melissa.

Dante caminó hasta la habitación que compartían y la bajó, ella caminó hasta el baño y se puso un pijama, que se basaba sólo en una remera gigante y unos shorts deportivos, sacó su maquillaje y se lavó los dientes, para luego acostarse, el imitó su acción y se acostó a un lado de ella.

....

Eran las dos de la tarde y todos estaban sentados en una mesa mirando a la nada misma, con su pijama y el cabello revuelto, tratando de volver en si y recalcular.

Melissa se sentía sumamente incómoda con lo que traía puesto, se sentía expuesta y rara, así que decidió ir a su habitación para cambiarse y ponerse algo que haga que se sienta mejor. Una vez hecho esto bajó y se encontró a la mayoría casi durmiendo.

—Ni se duerman que hay que limpiar todo esto —dijo yendo a buscar un parlantito para poner música.

Todos se quejaron pero empezaron con sus quehaceres.

....

—¿Lo has pasado bien? —preguntó Robert a su hermana, la cual secaba su pelo recién lavado.

—Si, por suerte fue divertido.

—Aún queda un tiempo aquí de grabaciones, así que podemos pasar algunos ratos acompañados aquí.

—Eso es bastante bueno —se estiró—, Leonorah está empezando a caerme bien.

Robert sonrió de oreja a oreja.

—No sabes lo feliz que me pone eso.

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dE nAda por eL dAliSsA.

ʟᴏsᴛ ʟᴏᴠᴇ | ᴅᴀɴᴛᴇ ᴀʟʙɪᴅᴏɴᴇ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora