<<A veces lo más atractivo a la vista puede ser lo más venenoso al detallarlo>>
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Dos días.
—Ya estamos caminando hace tres horas —se quejó Melissa.
—A penas llevamos media hora —dijo Cameron.
Melissa miró las vidrieras, encontrándose rápidamente con la mejor ropa que había visto en su vida, se basaba en una camisa blanca, una corbata, y un pantalón de vestir.
Ella se acercó y fue seguida por los demás.
—Es bellísimo —dijo.
—Al fin encuentras algo que te gusta—dijo Ethan.
Ellos habían quedado para ir a comprar lo que les hacía falta para la fiesta.
—Anda, ve —dijo Dante.
—Me da vergüenza.
—Está chiquita, hay que cuidarla —Cameron la abrazó por detrás.
—Nosotras te acompañamos —dijeron Eden y T.J.
Melissa sintió y entraron al local, al probarse el vestuario se sintió bonita después de mucho tiempo.
—Pueden pasar —dijo Melissa.
Las dos chicas entraron y la vieron.
—Wow —dijo T.J.
—Estás hermosa, Mel —apoyó Eden.
—Compratelo ya mismo.
Ella asintió y sin más lo compró y se sintió realmente feliz, ese vestuario la había hecho sentirse segura de ella misma. Al salir del local no encontraron a Dante.
—¿Y Dante?
—Se fue a la regalaría de allí —señaló Aidan.
Melissa se palideció.
—Me olvidé de todos los regalos —su palma chocó contra su frente.
Los demás se pusieron serios.
—También nosotros.
—Somos personas súper responsables —comenzaron a caminar hacia la regalaría nombrada.
—Hagamos una cosa, entren de a uno así no vemos que es lo que compramos —dijo Melissa.
