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Seis días.
¿Alguna vez sintieron eso? Fuera de tu habitación, en el día, le sonríes al mundo, haciendo feliz a algunas personas con tu mueca, una mueca falsa, al llegar la noche, cierras la puerta de tu habitación atrás de ti y la primera lágrima se asoma. Te desmoronas tras ella, te dejas caer en tu cama, mordiendo tu labio y sintiendo un gusto metálico, con algunos pensamientos que deseas que se esfumen como cenizasn el viento, tan solo quieres dejar de sentir eso. Algunos preguntan ¿Por qué no dices cómo te sientes?, y respondes "Porque me preguntaran ¿Por qué? Y no tengo una respuesta exacta, tan solo me siento de la mierda, con ganas de estar acostada, sin salir de allí, así que prefiero decir que estoy bien para no dar una explicación certera".
Mientras te desvistes para ponerte tu pijama, algunas lágrimas mojan tu rostro, los malos pensamientos arrasan y un sollozo sale de tus labios, dejas tu ropa tirada y te haces una coleta mal hecha, desarmas tu cama y tomas tu osito de peluche, te acomodas entre las sábanas y frazadas y abrazas tu peluche, tratando de reprimir tu llanto, tratando de reprimirte a ti, sigues llorando y te quedas dormida. Luego te levantas y haces como si nada hubiera pasado. Es el ciclo de la mayoría de los adolescentes que existen. Reprimiendo su grito.
Y si te pasa algo en concreto, es mucho peor. Tu día fue una mierda y te sientes muy mal, en la cena haces el esfuerzo para no llorar, hasta que llegas a tu cuarto y allí sueltas todo. Sintiéndote insuficiente por ser lo que eres, no puedes dejar de pensar en lo que pasó hoy, te da náuseas y ansiedad, no puedes dejar de pellizcarte o morder tu labio, y esa sensación de vomitar no te deja dormir, reprimes un grito de agonía, reprimes tus sentimientos y los guardas en una caja, esa caja explotará, y lo sabes. Haz algo, porque si esa caja explota, tu también lo harás.
Melissa sentía eso, y estaba cansada, cansada de no tener la vida que desea, cansada de parecer algo en una pantalla de Instagram y que atrás su pantalla esté mojada de sus lágrimas, estaba cansada de suprimirse, estaba cansada de sentir mierda en su corazón. Pero ella entendió algo.
En una de sus tantas noches en las que lloraba, sintió que si lloraba, no ganaría nada, aunque esa sea una forma de desahogarse, no cambiaría nada soltando agua por los ojos, se sentó en su cama y secó sus lágrimas, y esa noche de nieve, a las tres de la mañana, se propuso algo, buscar otra salida, levantar su cabeza y afrontar el problema, y más que todo, disfrutar y no encadenarse en un pozo de depresión infinita.
Ojalá fuera tan fácil, pero era lo correcto.
Se terminó de desvestir y entró a la ducha, la jornada de actuación de hoy había sido agotadora, se puso dentro de la bañera y dejó que la espuma tape todo su cuerpo, hechó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos, dejando que la canción "idontwannabeyouanymore" penetrará sus oídos.
If "I love you" was a promise
Would you break it, if you're honest?
Su corazón se estrujó al escuchar eso. Dante debió pensar eso,"Si "Te amo" fuera una promesa, ¿la romperías si fueras honesto?" Una mierda, el "te amo" de Melissa era de verdad, solo estaba demasiado mal para ser coherente en ese momento. Un suspiro de dolor salió de sus labios.
Only you know the way that I break
Y Melissa sabía que su forma de romper era dolorosa, dolía muchísimo.
Porque ella se lastimaba a sí misma, y no solo físicamente. "Solo tú sabes la forma en la que rompo" ¿Era para ella o para el?
Un pequeño sonido de dolor salió de los labios de Melissa y tragó con fuerza.
¡Vamos! ¡Se suponía que era una mujer nueva! ¡Indestructible!
Dante era el único que podía destruirla. Porque sentía un incoherente amor hacia el, caía rendida a sus pies como una pluma siendo empujada por el viento, su debilidad era el, y odiaba eso, se suponía que no había debilidades en Melissa.
Optó por salir del agua y vestirse allí, se le hacía más cómodo vestirse en el baño.
Y menos mal que hizo eso porque se encontró a Dante fuera de su habitación.
—¿Que...? —fue interrumpida por el agarre de Dante que opuso en su brazo, la miró y vio la lastimada mirada de Melissa.
—¿Por que? —dijo Dante pasando con suavidad los dedos sobre las pequeñas heridas de Melissa.
—No es importante, Dante.
—¿Que no lo es? ¡Claro que lo es! Melissa por favor ya no se que hacer para ayudarte, haz un esfuerzo por mi.
Las palabras clavaron en el corazón de Melissa.
—Primero Robert y ahora tu —dijo con la voz quebrada—, ¡Todos creen que lo hago porque quiero! ¡No! ¡No lo hago porque me guste! ¡Lo hago sin querer! ¡Sin intenciones! ¿¡Enserio piensan que me gusta!? ¡Sorpresa! ¡No! —dijo con lágrimas en sus ojos— ¡Claro que me esfuerzo en no hacerlo! ¡Pero no puedo! ¡Simplemente no!
Dante tragó con fuerza.
—Lo siento.
—Deja de pedir perdón, no hace nada —caminó por su habitación y buscó algo entre su mochila, sacó dos pulseras rojas, las que tenían ya hace tiempo—, las tuve todo este tiempo, cuando me siento mal solo las saco y las miro, han hecho más de lo que piensas —dijo sentándose en la cama junto a Dante
Dante tomó una de las pulseras y extendió su mano.
—Ponmela, como la primera vez que lo hiciste.
Melissa miró los ojos de Dante, esto no podía ser real, se pellizcó pero sintió que Dante la paraba.
—Deja de hacerlo —dijo el rizado—, es real.
Melissa con manos temblorosas enganchó con cuidado el broche de la pulsera roja.
—Tan solo faltan seis días y aún no entiendo —dijo Melissa.
—¿Llevas la cuenta?
—Claro que lo hago, nunca dejé de pensar en ello este tiempo.
El se quedó en silencio.
—¿Recuerdas nuestro primer beso?
Dante salió de allí en silencio sin antes dejar un pequeño beso en la mejilla de la pelinegra, dejándola sentada en la cama, con una pulsera en su regazo y con más confusión que antes.
