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—¡Pero si yo mato a mi yo del pasado, también muero yo! —habló con algo de desesperación el azabache.

—¡No! ¡Creas otra línea te tiempo en la cual tu estas muerto! ¡En tu linea temporal estás vivo! Tan solo crearías un universo en el que mueres —se defendió la de ojos verdosos.

—Chicas, chicas, las dos son bonitas —bromeó Blake.

—Tu cállate —hablaron Melissa y Aidan al mismo tiempo.

Blake colocó una mano en su pecho y abrió la boca, haciendo un acto como si se hubiera ofendido.

—Igualmente, no mataremos a Cinco de 1963 —dijo Steve.

—¿Que? —dijeron al unísono e incrédulos los de peli negro.

—Dan miedo —susurró Emmy.

—Si —apoyó Justin.

—Pero en todo caso, creo que Aidan tiene la opción más válida —dijo Cameron.

Aidan ladeó la cabeza y sonrió con superioridad, Melissa frunció su ceño.

—Es imposible, no puedes desaparecer así de la nada —se defendió.

—Concuerdo con Mel, es decir, creo que harías otro universo —habló Dante

—Que raro.... —susurró Robert, a lo cual, Melissa le dio un codazo—, eres bipolar, ayer andabas así muy cariñosa y pedías consuelo por......

—Una palabra más y te corto la lengua con una cuchara —dijo Melissa.

—Entendí la referencia —dijo Ethan.

—En fin, ningún Cinco morirá, pero, Cinco de 1963 viajará en el tiempo y caerá como su edad normal —habló Gerard.

—Entonces no existirías —habló Melissa hacia Aidan—, entonces desaparecerías.

—No, porque es otra línea temporal —dijo Aidan.

Cameron se hechó a reír ante la expresión de Melissa, las carcajadas aumentaron al darse cuenta todos.

—Mejor me callo —habló Melissa.

—Dejen de pelear o crearan una guerra nuclear, o por lo menos encuentren una manera democrática de ponerse de acuerdo —habló Ellen.

—No estamos peleando —hablaron entre dientes los dos.

—Que miedo —dijo David.

Lo que quedó de la reunión terminó siendo leve, daban los últimos detalles de los guiones y horarios, haciendo algunos ajustes para que todo quede perfecto para empezar a grabar.

Al terminar su reunión, Melissa decidió salir a la calle sola, hace mucho no estaba totalmente sola y necesitaba un poco de soledad para despejar su mente. Mayormente, a las personas no les gustaba la soledad, pero a Melissa le encantaba, amaba estar sola, amaba poder pensar con tranquilidad, amaba estar sola por el simple hecho de que nadie podía molestarla. Eran ella y su mente, aunque aveces, eso no era muy bueno que digamos.

Caminó con suavidad hasta una banca y allí se sentó, apoyó sus manos en su piernas y suspiró, sintió frío en su nariz por la respiración y sintió como algo muy leve se apoyaba en ella, dirigió su mirada y se encontró un copo de nieve.

La navidad se acercaba, y como era de esperarse, algo de nieve empezaba a caer. Ella sonrió, la nieve le parecía algo estupendo.

Sintió como alguien se sentaba a su lado e interrumpía su tranquila soledad, ella giró su cabeza y se encontró con el rostro de Dante.

Un aire muy rápido de melancolía inundó su corazón, sintió como este era apretado por la culpa y el rencor.

Analizó a Dante, vio sus espinillas que decoraban su rostro junto a sus pecas, como sus rizos caían levemente por el frente de su rostro y vio los ojos que la enamoraron desde el principio.

Ninguno dijo nada, los dos se acercaron levemente y Melissa apoyó su cabeza en el hombro de Dante.

Ninguno dijo nada, y Dante pasó su brazo por atrás de Melissa, abrazandola.

Ninguno dijo nada, los dos disfrutaron la presencia y el calor del otro.

—Dante —llamó Melissa.

—Dime —habló el chico, con una voz grave y suave al mismo tiempo, haciendo que Melissa tenga un escalofrío.

—¿Aún me amas? —susurró.

Dante suspiró, Melissa giró su cabeza la cual aún estaba apoyada y lo vio a los ojos, el chico bajó la mirada y cerró los ojos unos segundos, luego los abrió y miró a Melissa.

—No lo sé —habló.

Los dos estaban muy cerca, podían sentir la respiración del otro y como sus corazones iban rápidamente, Melissa notó como Dante tragó duramente.

—Haces que muera —habló Dante, y rápidamente, atacó los labios de la azabache.

Mierda, mierda, mierda.

Dante sacó su brazo y puso su mano en la mejilla de Melissa, allí, la chica también puso una mano en la mejilla del chico.

Segundos después se separaron, se miraron a los ojos y luego los cerraron.

Por alguna extraña razón, una tristeza gigante invadió los corazones de ambos, Melissa puso una mano en el pecho de Dante y dejó que una lágrima traicionera abandonara su ojo.

Melissa se resignó, abrazó a Dante con todas sus fuerzas y se aferró a él, el chico correspondió.

En ese momento no les importó que estuvieran en publico, no les importó que haya gente allí, no les importó el frío, no les importó nada, solo estaban ellos.

—Te amo —susurró Melissa.

—También yo —dijo Dante con la voz quebrada.

Rompieron el abrazo, y se miraron a los ojos.

—¿Que haremos? —dijo Melissa.

—Espera a Navidad —respondió Dante.

Quince días.....

Nota: AMENME POR ESTO, A-MEN-ME

Okno, en fin, desde ahora será la cuenta atrás de esos quince días.

La historia terminará con 25 caps, i know, corto, pero prometo que van a sufrir..... Digo ¿Que? *c va rápido*

LAS AMO BAI

ʟᴏsᴛ ʟᴏᴠᴇ | ᴅᴀɴᴛᴇ ᴀʟʙɪᴅᴏɴᴇ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora