La paz, aparentemente no quiere perseverar en el planeta tierra. Esta vez el equilibrio del universo se ve afectado cuando el "Mas allá" y el universo de los mortales se mezcla.
Un plan maquiavelico resulta iniciar un amorío entre dos saiyans que c...
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—¡Vegeta! ¡Suéltame! —insistí en una fuerte bofetada, sin querer arañando su mejilla— y-yo, lo siento.
Me acerco a verificar la herida.
Pero él se aprovechó de mi generosidad, de nuevo unió mis labios con los suyos.
En casos como este, es cuando me arrepiento de seguirle la corriente a las chicas. Todo este tiempo estuvimos practicando cosas "femeninas".
Hace apenas dos días aprendí a orinar correctamente y perdí el hábito de querer hacerlo de pie en público.
Fue difícil, debí tomar primero la oferta de Bills sobre dominar nuevamente mi poder.
Tsk, fui un tonto, dejé en segundo plano mi entrenamiento por aprender estupideces.
—¡SUÉLTALA!.
Mis ojos se abren de par en par, veo a Vegeta caer de forma abrupta por un puño que lo eleva en los aires.
Broly está aquí.
Y está demasiado enfadado.
Esto no es bueno.
—¡Miserable escoria! —lo reprende gritando a todo pulmón— ¡¿Cómo te atreves a ponerme un dedo encima insecto?!.
Desde luego sabía que no se echaría atrás. Vegeta es demasiado necio como para no seguir una pelea.
Espero que al menos Broly me escuche, nada bueno sucedió la última vez que desató todo su poder y ya estamos saturados de problemas.
—Vegeta, Broly —les suplico con la mirada que se detengan— fue suficiente chicos, continuemos...
—¡Vuelve a tocarla y estás muerto!.
La angustia me envuelve y la ansiedad hace que de repente me tiemblen las manos.
No sé que hacer y una batalla se está disputando frente a mis narices.
Broly lanza golpes en dirección a Vegeta, que consigue esquivar con dificultad. Aprovecha que está algo rezagado en cuanto a velocidad y arremete contra el mas robusto.
Logra golpearlo con fuerza en la cara, Broly se lo devuelve con mas impacto.
Ambos están tan enojados, que no están dando ni la mitad de su potencial. No tienen la mente fresca como para un combate, simplemente arrojan golpes a lo loco dejándose llevar por su rivalidad.
Busco un espacio, me interpongo entre los dos e intento poner presión para que se separen.
Odio este cuerpo tan pequeño, quedo insignificante en su lucha y la cosa solo empeora.
Ambos tratan de darse un puñetazo mutuo.
Casi me dejan sin mandíbula en el proceso.
Me sujeto las mejillas con dolor y caigo en el suelo desplomada, como un mosquito al que asesinan en el aire. Los puñetazos que acabo de recibir duelen demasiado.
