Me debes dos.

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Louis consiguió dos perfectos diez en sus tareas y una felicitación por parte de la profesora de literatura, pues había mejorado un poco.
Después del almuerzo no había visto de nuevo a Harry, y aunque solo lo fuera visto hace unas horas, podía extrañar lo enfadoso que era un poco, solo un poco, o eso pensaba Louis.

Tomo un respiro del aire fresco del exterior y se dirigió a su auto, el aire estaba húmedo y una brisa salpicaba en su rostro, el invierno aún estaba en la ciudad y no pensaba irse rápido.
Entro al automóvil y encendió el motor rápidamente, para después encender el aire caliente, sintiendo sus mejillas calentarse y sus pies derretirse.

-Dios- balbució Louis cuando ya estaba entrando en calor, se colocó el cinturón de seguridad y empezó su camino a casa, con la nariz fría, siempre se preguntaba porque nunca se calentaba esta.

Llego a su casa después de largos minutos en el tráfico, y apago el calentador, espero unos momentos y salió al aire frio del exterior, pestaño unos segundos hasta ver que Harry estaba sentado en la puerta del frente, su corazón se encogió cuando miro sus labios moverse, porque titilaban sus dientes.

-Harry- hablo el castaño cuando ya estaba al frente del rizado.

-Pensé que moriría congelado- dijo con simpatía y se levantó abrazándose a sí mismo.

-No debiste estar aquí afuera- metió la llave a la cerradura y abrió la puerta- entra, rápido.

-Gracias- entro y sacudió su cuerpo para entrar en calor un poco.

-No debiste, Harry- encendió las luces y fue hasta la chimenea, colocando leña y encendiéndola, el clima prometía una nevada en poco tiempo.

-Lo siento por preocuparte- sacudió su ropa y se sentó en el sillón, aun temblando.

-es que estas estúpido, te vas a enfermar- Louis comenzaba a preocuparse mucho por Harry y no le agradaba mucho. Le tendió una manta alrededor de él y le toco la frente- demonios, estas comenzando a tener fiebre.

-No tienes que preocuparte por mi- soltó una pequeña risa y después se detuvo, le empezaba a doler la cabeza un poco.

-No estoy preocupado- sacudió la cabeza- pero iré a hacerte un té para bajarte la temperatura un poco- fue a la cocina escuchando de nuevo una risa algo baja.

Miro a Harry por encima de la barra, puso el agua a hervir junto a algunas bolsitas de té medicinales, que su madre le daba cuando era pequeño cuando tenía temperatura.
Tomo una toalla pequeña y la empapo de agua fresca.

-Debo ayudarte con tu tarea- movió su cabeza un poco con dirección a su mochila, pero después cerro los ojos al sentir un dolor ensordecedor en su cabeza, su temperatura se había elevado el doble.

Louis suspiro y coloco la toalla en su frente, y suavemente lo movió hasta recostarlo en el sillón, saco sus zapatos y acomodo bien la cobija cubriendo todo su cuerpo.

-Tu, tranquilo- el castaño le regalo una sonrisa pequeña y el rizado le devolvió una más grande.

-Gracias, Lou- y entonces el ojiazul pudo ver esos ojos verdes en otro recuerdo, cuando era más pequeño estaba seguro que conoció a un niño con rizos y lágrimas en las mejillas.

-De nada, Harry- miro a otro lado un poco confundido, y desvaneció el pensamiento de a ver conocido a Harry hace mucho.

-Espera aquí, iré por el té –menciono Louis mientras cubría bien hasta los hombros a Harry, se dio la vuelta y camino rápido hacia la cocina.


El té ya estaba listo, Louis lo vertió en una taza y agrego un poco de azúcar.

-Hola- se escuchó la voz femenina en la sala, Louis pronto tomo el té y asomo el rostro por la puerta de la cocina, donde puso visualizar a su hermana saludando a Harry.

 -Hola- le respondió Harry con su voz ronca, aun mas roca por la fiebre que estaba comenzando a invadirlo.

-aquí tienes- entro el castaño sosteniendo la taza, esperando a que el rizado se sentara para poder beber el té.

-Hola, hermanito, ¿Quién es él?- dijo su hermana levantando ambas cejas, y sonriendo con picardía.

-Harry, mi tutor de la escuela- la miro furioso-  vete de aquí, por favor, Alex.

-Algo gruñoncito- sonriso y se despidió moviendo su mano enfrente de Harry y de Louis, subió las escaleras y desapareció de la vista de ambos chicos.

Harry sorbió el té un poco e hizo una mueca, se había quemado sus labios, pero ahora estaba sonriendo, riéndose de sí mismo.
Louis lo admiraba discretamente, había encendido la televisión para romper el silencio que abrumaba la sala, pero en vez de mirar hacia la televisión, fijaba sus ojos en la persona a un lado de él, envuelto en cobijas, con los cabellos algo mojados por la fiebre, o tal vez era su temperatura, sus ojos algo caídos pero aun sosteniendo aquella sonrisa, con sus labios color rosa, que bebían de la taza torpemente intentando no quemarse de nuevo, sus manos envolvían toda la taza, eran muy grandes, o más bien, más grandes que las de Louis.

-Gracias, creo que me estoy sintiendo mejor, Lou.

-Eso, está bien.

-Creo que debería de volver a mi casa, no creo que Niall venga- se deshizo de las cómodas cobijas que estaban envueltas en el.

-Está bien.

-Muchas gracias, te debo una- lo miro con una sonrisa de lado y busco monedas en su pantalón.

-¿Iras en autobús?- pregunto Louis.

La noche aun esperaba una gran lluvia en pocos momentos, y el autobús tardaría en llegar por el horrible clima, o peor aún, podría ni siquiera llegar y Harry debería resignarse a caminar hasta su casa, y quien sabe cuán lejos estaba de la de Louis, él no sabía si estaba a unas calles,  o en otra zona más lejana.

-Si, aun ahorro para un auto- encontró algunas monedas y se dirigió a Louis- te veo mañana, si es que no me enfermo y muero- rio.

-No lo digas ni de broma- negó con su cabeza el castaño y se levantó para acompañarlo a la puerta.

Harry siguió los pasos del más bajo hasta la puerta, Louis la abrió para él y el viento frio azoto en sus rostros, sus dientes no tardaron en titilar y buscando calor, el rizado se abrazó a si mismo.

-Adiós- se despidió Louis cuando su compañero ya estaba a unos pasos alejado de él y su casa.

-Adiós, Lou- dijo el la voz del chico que se estaba ganando la amistad de Louis.

Cerró la puerta y suspiro,  ¿Que estaba sucediendo con Louis?  ¿Por qué se preocupó tanto con Harry?

-Está muy frio aquí afuera, vamos yo te llevare.

-¿seguro?

-Vamos Harry, así me deberás dos.

Harry giro los ojos y se fue aceptando la oferta del mayor.

ITS 11:11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora