Siguiendo los pasos de un Dios Dragón

Inconsciente

Al igual que el día anterior Aiden es despertado por su hermano el cual escupe las mismas palabras ya parece ser un habito.

Aiden se coloca una muda de ropa que encuentra sobre una silla que se hallaba en su habitación y el no había notado hasta ahora, pero tras hacer algo de memoria recuerda haber siempre tomado la ropa de la silla la cual aparecía todos los días para que el se vistiese.

Aiden solo podría atribuirle esto a su madre la cual siempre a cuidado de el con amor y ternura, sonriendo por esos pensamientos Aiden se dirige hacia el patio de la mansión donde Arthur lo esperaba para empezar con lo que el llama entrenamiento.

Después de varias horas en las cuales Aiden recorrió los alrededores de la mansión con el saco al hombro, Aiden bebe la poción de recuperación de fatiga que le entrega su hermana y continua con la golpiza proporcionada por Arthur hacia el.

El mismo paisaje del día anterior se volvió a repetir después de que Aiden ingiriera la segunda poción que llevo su hermana provocándole más dolor del que ya había sentido anterior mente.

Aiden despierta nuevamente por su hermana la cual no tarda en bombardearlo con preguntas para saber si hubo alguna variación en los efectos de las pociones.

Aiden después de mirar su estado y comprobar que los efectos siguen siendo los mismo procede a comunicárselo a su hermana la cual se muestra algo sombría y se retira sin pronunciar palabra alguna dejándolo a su suerte donde yacía tirado.

Arthur solo se retira sin mirar a Aiden el cual parecía haber perdido la conciencia nuevamente.

Al abrir los ojos la misma escena se repetía ante el, un bote, un océano y él luchando por sobrevir en ese mar de tormenta repitiendo el mismo final que en las veces anteriores Aiden despierta en su habitación mirando a su madre la cual parece dormida sobre el regazo de la cama.

-Madre-

-Madre-

Después de unas cuantas llamadas la madre de Aiden despierta con un rostro que parece muy agotado, las noches cuidando a su hijo parecen estar pasándole factura a su cuerpo.

Aiden observándola fijamente siente como algo es presionado en su pecho, un dolor diferente al sentido anteriormente hace que se sujete el pecho con una dificultad para respirar y sus ojos empiezan a humedecerse.

Lo que provoca que la madre se levante rápidamente para socorrer a su hijo el cual se tranquiliza por el abrazo cálido de su madre.

-Madre perdón por preocuparte y ser tan débil-

Aiden suelta estas palabras mientras lagrimas recorren sus mejillas y llegan hasta su barbilla.

-No tienes por que sentirte así hijo mío-

-Tu aun eres un niño-

-No deberías estar pasando por ese infierno que tu padre llama entrenamiento-

-Tienes hambre cariño-

Al oír esas palabras Aiden intenta decir que no para que su madre pueda descansar pero un gruñido proveniente de su estomago se adelanta a sus palabras.

Sin dejar que su hijo contestase a su pregunta la madre se levanta y sale de la habitación rumbo a la cocina dejando ha Aiden el cual solo observa la puerta cerrada mientras aprieta sus manos por lo incompetente que se siente.

Después de unos minutos en los cuales Aiden solo se podía lamentar lo débil que era un golpe fuerte detrás de la puerta lo saca de sus pensamientos.

Intentándose poner de pie Aiden siente como su cuerpo aun sigue con las repercusiones de los efectos de la pociones pero ignorando todo decide activar la segunda habilidad que había adquirido y no había utilizado hasta hora.