nos tenemos que separar

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Esa tarde,toda la mafia estaba en su mansión,cada uno en lo suyo

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Esa tarde,toda la mafia estaba en su mansión,cada uno en lo suyo. Algunos jugaban a la Play,otros miraban la partida que estaba siendo llevada a cabo o estaban es sus habitaciones,pero eso no dejaba 100% tranquilo a Armando.

Alguien le faltaba para estar toda la casa llena,pero por alguna razón no era capaz de recordar quién era y cada vez más nervioso se ponía,aunque intentaba disimularlo para no alterar a los otros.

El faltante era el chino,pero tenía sus motivos para estar ausente. En principal y único motivo era que estaba en comisaría,tenía a Conway y a Greco con él y muchos papeles en la mesa al frente suyo,tenía sangre corriendo por su nariz y boca,además de que las preguntas llegaban como balas,pero se encontraba tan golpeado que hasta le costaba poder pensar en lo que Conway decía.

C:por última vez Kalahari...¿Para quién trabajas?

Y:pala-pala Almando,en el talle'

G:con qué andas de gracioso eh...A ver si te quitó el payaso a golpes

Greco se le acercó y a puño cerrado golpeó a chino,aunque solo dos golpes fueron suficientes para dejarlo en el suelo,llorando de dolor y pensando que su muerte llegaría pronto.

"Y moriré sin habértelo dicho"

Era todo lo que Kalahari podía pensar,esa frase estaba en su mente y tenía un destinatario. Su jefe y amigo Armando grúas.

Aquel tipo castaño que se comportaba como el padre de todos en la mafia,había logrado cosas que otros hombres no,lo habían enamorado.

Aquella paz que maneja ese hombre,la dulzura en su voz,la seguridad que te genera tenerlo cerca y el como los cuida a todos fueron las simples cosas que lograron entrar en el corazón de aquel chico que tenía como frase favorita "malicon".

Intentó levantarse,pero fue en vano,no contaba con la suficiente fuerza,solo quería dormir y...dormir.

C:vamos nenaza ¿Que no te puedes levantar?

Yun solo hizo un ruido demostrando aquel dolor que sentía al intentarlo y sólo logró darse la vuelta y arrastrarse hasta la posición de Conway,para que el mismo,si es que tenía al menos un cuarto de alma,le ayudase a posicionarse en la silla otra vez.

Su mano terminó cerca de los zapatos de aquel tipo,que sin pensarlo un segundo se la pisó,sacándole al pobre chico un ahogado grito de dolor y más lágrimas por aquellos rasgados ojos.

C:ayúdalo a subirse a la silla y tienes una oportunidad más para cantar ¿Me oyes?

Yun asintió desde los brazos de Greco,quién lo dejó en la silla y limpió de su uniforme la sangre ajena.

Pasó su mano por su nariz y esta se llenó al instante de aquel liquido carmesí que salía gracias a todos los golpes.
La sangre le daba asco y miedo. Aunque él era un mafioso peligroso,aún tenía sus cositas.

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