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EL ENDULZANTE SONIDO PARA SUS TÍMPANOS, QUE ERAN RESGUARDADOS por algodón, aumentaba la adrenalina que comenzaba a correr por sus venas, apretando el gatillo con su dedo índice sonrió al ver el pequeño agujero en el tablero a una distancia considerable
Cómo todo un Moore, su puntería era casi perfecta, pero sin llegar al mismo nivel que su compañera, Eleonor, esa niña escurridiza que solía esconderse debajo de los escritorios en el Cuartel General de la Armada cuando hacia una de sus tantas travesuras para llamar la atención; y aunque sonara estúpido siempre lo hacía.
Si se ponía a dar cabeza, Liam le llevaba unos cuatro o cinco años aproximadamente, y aún así lo dominaba a diestra y siniestra, como si de un perro entrenado se tratara. Irónico ¿No? Para los ojos de los demás era así, pero aquellos afortunados que conocían a profundidad sus historias, sus vivencias, sus pasados, lo comprenderían y sabrían la razón de su comportamiento.
Ambos estaban tan conectados, que con una simple mirada entendían lo que diría el otro, conocían los movimientos del otro y hasta sus propios pensamientos; Pero toda habilidad tiene un precio alto que pagar. Se negó a dejarla a la deriva así que se enlistó en la Milicia, después de todo en él caía la responsabilidad del bienestar de la pequeña Ellie. Y aunque se encargó de cubrir aspectos como defensa, balística y combate ella era y seguiría siendo un imán para los problemas.
Sacándolo de sus pensamientos, el intenso pitido de su radio empezó a ser fastidioso, sabía quién era, pero se rehusaba a contestar de nuevo. Había sido bastante claro y con los argumentos y "explicación" de su compañera poco le había creído, lo más probable es que fueran efectos secundarios de su menstruación.
Al fin y al cabo jamás entendería los cambios de humor, y muy posiblemente eran los ciclos de sangre que la afectaban.
— ¡Liam! — Llamó su atención Thomas, mejor conocido como el experto en explosivos de la división. — ¿Sabes dónde está Ellie? El Sargento no tarda en llegar con Luccas y los armamentos para los soldados, y la quiere para revisar la lista de medicamentos y utensilios quirúrgicos que han mandado desde el Cuartel.
Rascando su nuca y enfundado su arma de servicio, respondió — Está en el pueblo y te recomiendo que no la molestes por unos días, Harrelson entenderá si no la ve por aquí.
— ¿A qué te refieres?
— Anda en sus "días" y si no quieres ser un daño colateral de su furia te sugiero que mantengas una distancia de unos 300 metros como mínimo.
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En frente de mis 1.58 se imponía una enorme puerta que daba aires impetuosos, un respeto inminente. El transcurso del viaje improvisado había sido ameno pese a que mis secuestradores hablaran entre ellos y no entendiera del todo el contexto de su "conversación a boca cerrada", fue divertido ver las expresiones avergonzadas de Mü, el tono victorioso de Aioria y los constantes lamentos de Aioros por la estupidez del segundo.
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Una diosa reencarnada | Saint Seiya.
Fanfiction𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐈𝐎𝐒𝐀 𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐃𝐀 | ¿Qué harías si un día llegan personas diciéndote que eres la reencarnación de Athena y ellos son tus guardianes? Verdaderamente, Eleonor necesitaba la respuesta a esa pregunta. | Cover By: @ -MyTimxx...