010 | Línea de fuego.

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Unknown place in Greece.

EL SUDOR RECORRÍA PARTE DE MI FRENTE junto a la suciedad, arena y pólvora, detonaciones sonaban una tras otra consecutivamente mientras mi mano derecha sujetaba con fuerza el fusil. Sin duda alguna, agradecía a Dios porque la zona estuviera evacuada aunque las pérdidas materiales serían muy elevadas.

— Intentaré acercarme, cúbreme — La voz de mi compañero resalto entre tantos disparos, asentí en su dirección y me preparé para salir.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete disparos.

Liam se escudó detrás de un puesto de frutas y verduras, el segundo disparo por mi parte logró abatir a uno de los tres tiradores, el cuarto rozó el hombro de uno de ellos y los restantes quedaron de advertencia. Mensaje que, me dio suficiente tiempo para movilizarme hasta el costado izquierdo de mi compañero.

— Dime que tienes un plan para que no nos dejen como queso filadelfia — El comentario salió a modo de defensa sarcástica por parte de Moore.

— Liam, el queso filadelfia no tiene agujeros.

La corta conversación finalizó por los gritos amenazadores de los hombres, unos que en particular tenían armamento militar; chalecos, rifles, municiones, uniforme, bombas molotov y bombas de humo, sin duda alguno estaban más que equipados.

       Y claramente, nosotros solo vestíamos con simples ropas de civil.

Siendo abatidos por nueva información sobre el paradero de mercancías y otros negocios de nuestros objetivos, Harrelson decidió que mandaría a dos personas del escuadrón para un reconocimiento general a las afueras de la ciudad de Atenas -está de más decir quiénes fueron los afortunados-. Se nos designó un Convoy para movilizarnos y, dejando en claro que sería solo y exclusivamente un reconocimiento no requerimos llevar chalecos ni munición en tanta cantidad.

Las cosas no salieron como se pensaban.  

En media vía el Convoy comenzó a fallar, dejándonos a la deriva y con un calor que excedía los 40 grados. Finalmente, equipamos una mochila con el agua necesaria, comunicadores satelitales y municiones para comenzar a caminar en dirección a la civilización mas cercana, acción que nos tomó alrededor de tres horas. Preguntamos a algunos mercaderes ambulantes pero no supieron decirnos dónde estábamos, o mas bien, ninguno de los dos logró entenderles la mitad de lo que dijeron.

Ahora, sin tener ni la más remota idea de nuestra ubicación comenzamos a explorar el pequeño pueblo, con mucha suerte reconoceríamos algo para avisarle a nuestro Sargento. No obstante, Liam fue el primero en darse cuenta de que nos venían siguiendo desde nuestra entrada, dos hombres a la izquierda y dos a la derecha.

Bastante desventaja contando que sólo éramos dos y con pocas balas.

Tenía la leve sospecha de que nuestra llegada había sido esperada estos días, tratamos de perderlos tomando caminos y callejones aleatorios pero, lograron emboscarnos con facilidad al estar en terreno desconocido.

— Καταραμένοι εισβολείς, τελείωσαν — Extrañas palabras salieron de uno de los sobrevivientes, no tardarían mucho tiempo en llegar la caballería a apoyarlos. — Θα γαμήσω τις μητέρες τους σαν σκύλες στη ζέστη.

— No sé que mierda dijo pero, estoy seguro que se metió con mi madre.

— Por primera vez apoyo a tu intuición.

Indignado, colocó una de sus manos libres en el pecho — ¿Cómo que por primera ves, ridícula?

— Ridícula tu abuela Liam, ¿sabes qué pasó la última vez que le hicimos caso a tu intuición? — Pregunté algo molesta — Exacto, matamos a un lindo y pobre conejo.

Una diosa reencarnada | Saint Seiya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora