-¿Crowley?.- Apenas y atinó en decir Aziraphale a un lugar completamente vacío en la habitación, el demonio pelirrojo se esfumó de alguna manera y el aún estaba en una especie de trance, sin saber que era lo que había pasado.
-¡Ese maldito traidor!- Chilló al instante el demonio de cabellos blancos y sucios que no conocía muy bien.- ¿En dónde se metió esa serpiente mi Lord?.-
Al otro si lo reconocía, Lord Beelzebub, de cabellos negros y moscas alrededor, el superior directo de Crowley, recordó que se quejaba mucho de él.- ¿Acaso importa?, El cometido se logró, nuestro trabajo aquí terminó.- Aquellas palabras calaron en el pecho del ángel, todo había sido un plan de ellos y el nunca estuvo enterado, y Crowley, por Dios, Crowley decidió cargar con toda la responsabilidad para que él estuviera bien.
Sus piernas no soportaron su peso, el peso de la tristeza que le cayó encima, de rodillas viendo el piso, sollozaba sin comprender el porque no le dijo nada, pudieron haber encontrado otra solución juntos.
Sin darse cuenta, el demonio alto se esfumó, no sabía que pasaba a su alrededor hasta que lo tomaron de las muñecas obligando al ángel a ponerse de pie. Era el señor de las moscas, apartó su llorosa mirada de él.- ¿Qué es lo que quiere ahora?... ¿No le fue suficiente obligarlo a hacer... esto?.- Preguntó con la voz entrecortada.
-Tranquilízzate principado, no te haré daño.- Fue entonces cuando apartó sus manos de él.- Y deja de llorar, tenemos que hablar.-
-Solo déjeme solo...- Pidió el peliblanco sin muchos ánimos, eran demasiadas emociones de golpe.
Con las manos en los bolsillos tratando de ser paciente y darle unos minutos para que aceptara escucharlo, miró el departamento, luego habló.- ¿Y si te dijera que tienes posibilidad de recuperarlo?.-
-Miente...- Aziraphale quitó lentamente las manos de su rostro al fin decidido a ver al príncipe del infierno, Beelzebub se mostró un poco incomodo ante la acusación apartando su mirada del ángel.- No confío en usted, ¿Por qué lo haría? ¡Usted causo esto!.-
-Porque lo conozco casi tanto como tú, ¡No fui yo!.- Cruzaron miradas, básicamente ambos eran los únicos mas cercanos al pelirrojo, de alguna u otra manera.- Aunque suene raro para ti... solo trato de ayudarle.-
Aziraphale suspiró.- Supongamos que le creo, ¿Por qué lo haría?.-
El demonio pelinegro miro por la ventana, ¿Por qué lo hacia?.- Creo que... lo considero un amigo...- Hizo una mueca de fastidio antes de ver de nuevo al ángel, quien a su vez lo miraba con confusión.- No soy tan malo como otros, hacemos excepciones, sabes de que hablo. ¿Satisfecho?.- Aceptó con vergüenza.
El principado pareció comprender y no insistió más con eso, asintió ligeramente con la cabeza.- Entonces... Crowley...- No sabia como preguntar que había pasado con él, era como si hubiese... desaparecido.
-Será mejor que te sientes...- El demonio le explicó todo, desde las ultimas condiciones del hechizo hasta donde él se había involucrado.
Aclaró todas sus dudas, el hecho de que la creadora del hechizo, Lilith, nunca fuera encontrada, que el demonio serpiente supiera que el primero en cumplir con la condición moriría al poco tiempo, callarlo y callar a Anathema; la única salida que el príncipe encontró para ellos y el como había tomado la decisión por si solo.
Aziraphale se llevó las manos a la cara sintiéndose en gran parte culpable, había sido el quien de los dos abrió el libro de los Device, quien los metió en ese lio, por eso el que Crowley ya no estuviera a su lado era su culpa.- Dice entonces que no murió...- Cuestionar sobre ese simple hecho le era doloroso.
-No.- Beelzebub no le miraba, se había recargado en una pared con la mirada gacha.- Lo único coherente de ese hechizo es que si se deja de amar se rompe, algo imposible para simples humanos en aquellas épocas, por eso siempre fue efectivo.- El ángel de cabellos blancos suspiró ligeramente aliviado.- Pero...-
-¿Siempre hay un pero para ustedes los demonios, no?.- Preguntó con un ligero rastro de sarcasmo en su voz, algo que el señor de las moscas notó pero no lo señaló.
-Por alguna razón no pude conseguir la mezcla para terminar con ese sentimiento...- En realidad lo intentó pero siempre fue una poción difícil de realizar y no admitiría eso.- Así que lo hice olvidarlo, el sentimiento y sus memorias, todo lo relacionado contigo.-
El peliblanco miró a su enemigo frente a él sin creerlo, un escalofrío lo recorrió por completo, era miedo.- Está solo...- Después de miles de años en que habían estado juntos, ahora el demonio estaba por su cuenta.
-Escucha principado.- Llamó su atención nuevamente.- Encuéntralo y si tienes suerte volverá a ser quien en verdad es. No puedo ayudarlos más.- Se encogió de hombros y se encaminó a la salida, ya se había retardado demasiado; solo mencionó una cosa más antes de desaparecer.- Si se algo te lo diré.-
Era todo, no podía hacer nada más por ahora, no sabia a quien más preguntarle, nadie en todo el mundo, cielo o infierno sabría nada de Crowley. Mientras que él, él se había quedado solo también, extrañándole, y aun con algo de fe, esperando por su regreso, pero eso no pasaría, si el príncipe del infierno dijo la verdad y había perdido todos sus recuerdos era algo casi imposible
El tiempo pasó, no llevaba ya la cuenta de los días desde entonces, entendía porque se había ido, porque había echo todo aquello, también entendía porque no había vuelto jamás y porque no lo haría, ese fue el precio que tenia que pagar por mantenerlo a el vivo, a los dos. Pero eso no impedía que cada día desde entonces se sintiera peor que el anterior. ¿A dónde se había ido? lo extrañaba tanto, lo extrañaba a él.
-Ya han pasado diez años, ¿No lo haz buscado?.- Preguntó Anathema en una de sus últimas visitas a la librería del ángel.
Aziraphale sonrió con tristeza sin decir nada.
Pero aquella sonrisa era más que suficiente para la ocultista para saber que nunca tuvo una pista por donde comenzar a buscarlo, o tal vez ya había perdido la esperanza de encontrarlo.
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Entre el Cielo y el Infierno
FanfictionLos accidentes no pasan ¿O sí? Se supone que todo ha sido planeado por Dios, con un propósito que se debe cumplir. Si es así, ¿Por qué un demonio se ha enamorado de un ángel?, ¿Es posible que la magia afecte a seres celestiales?, ¿Cómo llegó ese lib...