2. No todo lo que brilla es oro

536 85 13
                                    

Crowley despertó con un verdadero dolor de cabeza, como si aquello se tratara de una resaca. En su cama de sabanas negras con la luz del medio día entrando por la única ventana de la habitación, se sentó con su cabeza dando vueltas, confundido se preguntó ¿Qué había pasado la noche anterior? Recordaba haber dejado a su angelical amigo en la librería después de la cena con los humanos en Tadfield, y después de eso...

Sofocación, pensamientos imposibles y deseos impulsivos. Se había retenido a si mismo de entrar a la librería de Aziraphale y cometer más de una locura. Era un demonio, pero jamás se había comportado de esa manera, al menos no con el ángel.

Creyendo que todo se trataba quizá de un mal sueño fue hasta su baño a lavarse el rostro, se quedó mirando su reflejo en el espejo cuando escuchó que alguien llamaba a su puerta. Con notable molestia fue a abrir.

-¿Ángel?- Frente a él estaba su amigo peliblanco, parecía nervioso.- ¿Qué carajos haces aquí?, ¿Cómo carajos llegaste?.-

-Lenguaje querido...- El demonio rodó los ojos con fastidio mientras que Aziraphale se frotaba las manos con un más notable nerviosismo.- Yo solo, pues....- Desvió la mirada, ¿Era un sonrojo lo que notaba en su rostro?, no solo era eso, había algo más.- Tengo algo que decirte...-

-Al punto ángel.- Solo bastó inhalar profundamente para saber que algo no estaba bien con el peliblanco.

Así como Aziraphale podía sentir el amor a su alrededor a donde quiera que fuese, Crowley podía sentir el deseo y el odio que le rodeasen. El ángel no era capaz de sentir odio, ¡Era imposible!, por lo que percibir aquel deseo proveniente de su humano cuerpo solo hacía que el pelirrojo se maravillara y se preocupara pues él era un ser puro, ¿Qué no?.

-Anoche te fuiste sin avisar, no me diste tiempo de...-Aziraphale dio un paso dentro del departamento por lo que Crowley retrocedió tres, era embriagante aquella sensación, irreal, y tenía que alejarse de su fuente de origen. Entonces entendió que la noche anterior no había sido un sueño, en verdad había pasado y aquello estaba pasando nuevamente, nunca le había afectado aquello ¿Por qué ahora sí?.-Yo...yo siento...-

-No, no sientes nada...- El demonio cubrió su nariz y boca con el antebrazo, como si con eso pudiese evitar sentir aquello que lo estaba haciendo sufrir demasiado.-No des ni un paso más, no eres tú...-

-P-pero claro que soy yo, ¿Qué cosas dices?.- Aziraphale intentó retirar la mano con la que el demonio se cubría.-¿Por qué no me dejas...?-

-¡Porque es mentira! Tú no eres así.- El peliblanco se detuvo, se veía la decepción en el rostro de ambos, y vaya que Crowley se estaba arrepintiendo, pero sabía que aquello era una trampa del destino, algún juego planeado por fuerzas mayores, de lo contrario jamás estaría pasando.- Algo ha cambiado, en ti...-

-Crowley, Se que me he tardado y que te he echo esperar por tanto...- Nuevamente el principado se mostraba nervioso.- Pero estoy siendo...-

-¿Sincero?.- Crowley negó con la cabeza.- Te conozco desde hace más de 6000 años Aziraphale. Por eso se que este no eres tú.- Respiraba con dificultad, tenía que alejarlo rápido de ahí y averiguar que demonios pasaba con el ser celestial, y también consigo mismo.- Por favor...vete de aquí.- Pidió con un tono de suplica.

-¿Por... por qué?-

-Por que si en verdad estuvieras cuerdo, no dirías estas cosas...- No se dignó a verle al rostro, no podía, así que no se dio cuenta cuando a paso lento el ángel salió del lugar. Era mejor así, el pelirrojo soltó la respiración al fin, aliviado por librarse de aquel bochornoso momento.

Aseguró la puerta para que su amigo no se le ocurriera entrar de nuevo y fue nuevamente a lavarse el rostro, aquello era un imposible, seguro una treta de alguno de sus bandos por su traición. Pero habían pasado dos años, y aunque el tiempo fuera relativo para ellos era demasiado tiempo para que pusieran en marcha uno de sus planes, sin mencionar que ni el ángel ni el demonio habían tenido contacto con ellos.

Un ruido llamó su atención sacándolo de sus pensamientos. Apenas salía del cuarto de baño a revisar de que se trataba cuando nuevamente se encontró de frente con el ángel.- Lo siento querido, también es raro para mi...-

-¡¿Forzaste mi puerta?!-

-No, solo usé un, pequeño milagro para abrirla...-

-¡Eso es allanamiento de morada!.-

-¡Por Dios Crowley!, ¡Solo es una puerta!.-

-Es exactamente a lo que me refiero.- Se acercó un poco al peliblanco, quedando aún más cerca de lo que ya estaban.- ¿Por qué?, Tú no gastas un milagro en cosas así, tal vez en salvar niños en carriolas pero no en abrir la puerta de un demonio.-

-Te dije que tenía algo que decirte...-

El demonio negó con la cabeza sin estar convencido.- No lo digas.- Se alejó rápido, recordando en la situación en la que se encontraba.- No hables de algo que no estas seguro.-

-Pero lo estoy. Desde anoche he reflexionado sobre eso y...-

-Espera, ¿Qué dijiste?.- Se giró Crowley al escuchar aquello, interrumpiéndolo.

-Que he reflexionado sobre lo que...- Antes de terminar se vio interrumpido de nuevo.

-No eso, dices que desde anoche.- El ángel asintió con la cabeza lentamente, aquello lo acababa de confundir, por su parte el pelirrojo pareció entenderlo entonces.- Algo pasó en la casa de la niña bruja.-

-Ocultista querido.- Corrigió Aziraphale. -¿A qué te refieres?

-Digo que vamos a regresar a Tadfield, ahora. Tengo un mal presentimiento...- Se dirigió a su habitación no sin antes advertirle unas cosas al peliblanco.- Espérame aquí, no quiero err... accidentes en mi cuarto.-

El ángel se quedó en donde estaba, sin entender a que se refería por unos momentos, luego un sonrojo se mostró en su rostro junto a una sonrisa. Por su parte el demonio se recargó en la puerta de su cuarto, aquella situación lo estaba enloqueciendo y sabía que el trayecto a aquel pueblo iba a ser complicado, pero tenía que averiguar que estaba pasando, porque aquellas situaciones eran demasiado buenas para ser verdaderas.

Entre el Cielo y el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora