11: La sonrisa de Yoongi

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Jimin observaba a Yoongi de lejos, tenía muchas preguntas acerca de lo que había pasado hace apenas unas horas, que Yoongi aceptase tan amablemente ayudarles con sus conquistas le hacía pensar demasiado en muchas cosas, además ¿por qué Yoongi le gustaría brindarles de su ayuda? Era una locura, ni siquiera se conocían en su totalidad, lo que ponía a Jimin con demasiadas dudas.

—Deja de verlo —menciono Taehyung en voz baja—, harás que se ponga nervioso.

—¿Por qué piensas que yo le causaría eso? —miro a su hermano quien le dedico una sonrisa—. ¿Qué?

—No sé, pero creo que le gustas a Yoongi —las mejillas del alfa se sonrojaron ligeramente—, deberías evitar mirarlo mucho, no debes de ponerlo nervioso —Taehyung soltó una suave risa al ver la vergüenza en el rostro de su hermano, lo había logrado—, ahí viene.

Jimin no volteo a mirarlo, en cambio Taehyung se acomodó en su asiento, cruzo sus piernas y por error pego su rodilla con fuerza por debajo de la mesa, provocando que le mesa saltase y moviera los vasos de agua, Jimin casi le daba un golpe a su hermano por aquel descuido, Taehyung soltó un quejido de dolor.

—Más les vale no destruir el restaurante mientras están aquí —comento Yoongi, dejo la comida de Taehyung frente a él, y luego la de Jimin, soltó un suspiro al verlos—, espero que disfruten la comida, si necesitan algo más no duden en pedírmelo.

—Jimin va a querer muchas cosas de ti —Jimin abrió los ojos en grande al escuchar a Taehyung, luego estiro su pierna logrando darle una patada—. ¡Auch! —Taehyung puede en verdad ser un imprudente de primera.

—N-no lo escuches, Yoongi —menciono Jimin para después soltar una risa nerviosa.

Yoongi levanto una ceja, esos dos sí que estaban algo raros ese día, pero lo dejaría pasar, no es como si le debiera de tomar tanta importancia al asunto, después de todo, los hermanos Kim son raros. Camino de regreso para atender otra de las mesas y verificar que nadie más pidiera comida, este día parecía sería de lo más tranquilo, no había tanta gente, aunque tener a esos Kim aquí le ponía un poco los nervios de punta a Yoongi.

—La comida esta deliciosa —comento Taehyung después de tragar un gran bocado.

—Comes como cerdo, Tae —se quejó Jimin al ver que Taehyung solamente se quería atascar con la comida.

—Y tú como una paloma, migaja por migaja —Jimin estaba a punto de decirle que se fuera al infierno, cuando escucho la puerta de la entrada abrirse, por desgracia de Jimin, allí estaba por quien ha estado suspirando durante meses.

Seo Youkyung paso al restaurante del brazo con su madre mientras sonreía, y Jimin no paraba de mirar aquella escena, parecía inclusive que la chica caminaba mucho más lento, Jimin podía escuchar como los latidos de su corazón comenzaban a acelerarse y como el calor subía a su rostro, Taehyung al ver a su hermano tan hipnotizado no dudo en mirar hacia lo que él observaba con tanto detalle, casi se atraganta con la comida al ver de quien se trataba, frunció el ceño, comenzó a toser para después tomar desesperadamente el vaso de agua y darle grandes sorbos y así calmar su tos, demonios, le ardió la garganta, miro a su hermano que apenas y había podido dejar de observar a la omega.

Para Taehyung, aquella chica omega, no le parecía en nada agradable, no entendía cómo era posible que Jimin tuviera un enorme flechazo por ella.

—Kim Jimin —el mencionado miro a su hermano, Taehyugn tenía sus brazos cruzados sobre su pecho mientras miraba a su hermano—, preferiría que mirases las piernas de Yoongi antes que te quedases como idiota viendo a esa omega.

—No empieces con los mismo, Tae —rodo los ojos, dio un vistazo rápido a la omega y soltó un suspiro—, ella me gusta.

—Sólo te gusta porque es bonita, ni siquiera te has atrevido a hablarle —Yoongi se acercó a la mesa.

—¿Estás bien? —pregunto a Taehyung.

—Estaría mejor si mi hermano no viera a su crush.

—¡Ya, Taehyung! —las mejillas de Jimin tenían un tono rosa como adorno, Yoongi parpadeo un par de veces antes de soltar una suave risa.

Sin que los hermanos lo esperasen, ambos vieron a Yoongi sonreír, lo que era muy pocas veces, casi siempre se mostraba serio con ellos, y al verlo soltar esa risa casi silenciosa, y ver esos ojos gatunos desaparecer, sólo querían sonreír por esas acciones, a Taehyung le parecía que Yoongi era un ángel caído del cielo, mientras que Jimin no dejaba de pensar en lo lindo que se veía sonriendo, sin querer, Yoongi había hecho que los corazones de ambos alfas se sintieran sumamente cálidos con una sola sonrisa.

—Bueno —no dejo de sonreír—, si no hay problema alguno, me retiro.

Yoongi no podía creer que esos chicos pudieran seguir peleando en los lugares menos esperados, y de hecho Taehyung hacia demasiado escandalo para todo, pero al menos le ponían algo de color y alegría al restaurante, después de todo, no hay muchos clientes como ellos siempre.

—¿Viste cómo me sonrió? —dijo Taehyung en un suspiro, pero Jimin frunció el ceño al escuchar eso.

—A mí es a quien sonrió —Jimin miro con molestia a su hermano—, a ti no te sonreirían de esa forma tan hermosa —volvió a pensar en la sonrisa de Yoongi, tan linda.

—Y mucho menos a ti, hermanito —dijo Taehyung mientras le miraba—, además, en la mesa de allá esta tu crush, déjame a mi disfrutar de Yoongi en mi soltería.

—También te gusta alguien, Taehyung.

—¿Y? —se encogió de hombros—. Eso no me impide admirar a mi lindo vecino.

—Entonces tampoco a mí me lo impide —gruño Jimin.

Mientras Yoongi les daba la espalda sin preocuparse por lo que fuera a pasar, muchos de los comensales alrededor estaban poniéndose levemente nerviosos al ver a esos dos alfas que parecían estar discutiendo, en cuanto los gruñidos y palabras se escucharon más, Yoongi miro por detrás de su hombro, esos dos ya estaban parados y casi a punto de querer golpearse.

—Alfas... —rodo los ojos, guardo la libreta en su bolsillo y camino hacia ellos—, ustedes dos...

Los alfas dejaron de gruñirse al escuchar la voz del omega, quien coloco sus manos sobre la cintura para luego mirarlos sin alguna expresión en su rostro, aunque claramente se encontraba molesto por la situación.

—Están en un establecimiento público, cero peleas, o me veré en la obligación de pedirles que se retiren —ambos alfas se sintieron avergonzados por la situación, ambos tomaron de nuevo asiento bajo la atenta mirada de Yoongi—, muy bien.

—Lo hiciste enojar, tarado —dijo Taehyung.

—Querrás decir que ambos lo hicimos enojar, tonto.

Al menos ya casi terminaba el turno de Yoongi, no quería seguir soportando a esos dos alfas.

¡Los Hermanos Kim!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora