Capítulo 11

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–Te vengo a proponer algo pero antes quiero que respondas mis pregunta.–Dijo y alejo mi plato de comida, te odio.–Porque hace 2 años no hiciste tu prueba?

Deje salir un largo suspiro, ¿que quería en realidad Eric?

–Jeanine no me dejo, me dijo que era inmadura y le prohibió a mis padres dejarme hacerla–Pare y lo mire fijamente.–Me consideraba incontrolable sólo porqué odiaba que rompiera las reglas.

Por la expresión de su rostro noté que no estaba convencido.

–Ahora dime Eric, ¿por qué vienes a molestarme?–Pregunte

–Quiero proponerte a ser una Líder de Osadía.

–¿Líder?, ¿sabes apenas cuanto llevo en este lugar?, puedo contar los días con los dedos.

–Tienes tiempo de aceptar hasta que tu entrenamiento acabe.–Dice y se levanta de la mesa sin dejarme responder.

¿Líder yo?, debe ser solo un juego para molestarme, retar a Eric era peligroso, pero me gusta enfrentarme a él.

En mi campo de vista aparece Cuatro, me estuvo mirando todo el rato que hable con Eric, me levante y comencé a caminar hacía un pasillo con poca luz.

Una puerta corrediza se abrió y de ella salió un guardia de seguridad con una rubia, era Jeanine, ella me miro y se tapo la boca con una mano delicadamente.

–¿Katherine?, ¿eres tú?–Pregunto ella.

–Hola tía–Respondí, odiaba decir su nombre.

Exacto, mi tía.

–Mi querida sobrina–Dijo mientras se acercaba, me abrazó despacio y peino un poco mi cabello hacía atrás, algo que siempre me hacía.–¿Cómo haz estado?, ¿no te hiciste daño?

–Bien y no me e lastimado–Respondí y sonreí falsamente.

–Vi a tus padres hoy, se veían un poco triste creo que querían verte..

–¿Cómo están ellos?–Pregunte.

–Bien, haciendo papeleo cómo siempre.–Respondió y agarro mis hombros.–Debes de cuidarte mucho y más ahora que estás aquí, búscame si necesitas ayuda.

Asentí con la cabeza, no quería que me preguntará nada de mi vida ahora.

Ella comenzó a caminar hacía afuera pero pude escuchar su grito :

–FELIZ CUMPLEAÑOS KATHERINE

Solté un suspiro y me apoye contra la pared hasta sentarme en el suelo, pensé en mis padres, ellos querían verme.

Quería estar con ellos, hoy.

Escuche cómo unas pisadas se acercaban, mi mirada estaba hacía abajo y solo vi sus botines, al subir mi vista me encontré con unos ojos hermosos.

–Cuatro–Dije y me pare rápido del suelo.

–¿Jeanine es tu tía?

–No te perdiste nada de la conversación verdad–Respondí y cruce los brazos sobre mi pecho mirando hacía otro lado.

Cuatro se acerca a mi y pone su mano sobre mi mentón, haciendo que volteará a verlo.

Su tacto... me gustaba.

–No me dijiste que era tu cumpleaños.

–¿Porqué te lo tendría que decir?–Pregunte y muerdo mi labio, Cuatro lo nota y se aleja un poco de mí.

Mierda.

–Te hubiera dado el día libre.

¿Día libre? hubiera podido ver a mis padres o a Jake, hubiera sido lindo..

–Me tatué por mi cumpleaños.–Digo y levanto una manga de mi chaqueta, para mostrar la mariposa y el 28.

Él los toca suavemente haciendo que me erice la piel, unos nacidos pasan a nuestro lado y Cuatro deja de hacer ese gesto.

–Ven conmigo–Dice Cuatro caminado hacía afuera, por donde se había ido Jeanine, lo seguí.

Miramos que no hubiera ningún guardia, subimos unas escaleras hasta llegar al techo, el atardecer estaba hermoso, sus colores eran llamativos.

Cuatro se sentó en un borde y me hizo una señal para sentarme a su lado, me senté y respire profundamente, el aire corría tranquilo y pronto se haría más frío.

Mire el atardecer con Cuatro, ver su rostro era magnífico, cada parte de él era de mi agrado.

–Feliz Cumpleaños–Dijo y puso su brazo sobre mis hombros y acercándome a él, mirando las estrellas que aparecían en el cielo.

Nuestras miradas se encontraron y quería quedarme así más tiempo, disfrutaba esto.

Nadie nos molestaba, nadie sabía donde estábamos y no pensaba compartir este momento con otras personas.

Sentía mariposas en el estómago.

Se hacía más de noche, comenzaba hacer frío y al día siguiente tenía entrenamiento temprano..

Mala suerte.

–Tenemos que irnos antes que se haga más de noche–Murmura.

–¿Tenemos?–Alcé una ceja retadora.

–Debes descansar, Kath.

Cuatro se levanto y me extendió la mano para ayudarme a estar de pie.

No habían guardias y pudimos bajar las escaleras con cuidado y caminamos por el pasillo, era hora de despedirnos.

–Buenas noches cumpleañera.

–Adiós Cuatro–Dije y le di un beso en la mejilla, sé que no se lo esperaba.

Un lindo agradecimiento.

Comencé a caminar hacía el dormitorio, tenía que dormir.

Estaban todos acostados cuando llegue, me cambie rápido y me acosté hasta quedar dormida.

La pase lindo.

Katherine MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora