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|Antes del postre|

Me llevo la copa hasta los labios mientras ponen los platos frente a nosotros. Su mirada no deja de analizarme—estoy demasiado húmeda—la mano en su bolsillo saca el pequeño control y me lo muestra como si no fuera nada.

—Pero que haces—gimoteo—van a vernos.

Las comisuras de sus labios se elevan en una sonrisa y yo me remuevo en la silla en cuanto desliza su dedo a cero. Suelto un suspiro por el orgasmo que se acumulaba en mi y tomo el tenedor para llevarme el puré de papas a la boca.

—¿Y quién dice que no quiero que nos vean?—toma mi mano y la acaricia con delicadeza—abre las piernas y muéstrame lo que ruega por mi toque.

Obedezco y si el vestido es corto en la manera que abro las piernas sube todavía más por mis muslos. El lugar está a tope y se lo recriminó porque siempre hace lo mismo.

Siempre le gusta correr el peligro de que nos encuentren follando.

—West—gruño mientras acerca su silla a la mía y sus dedos trazan formas en mi muñeca—si llevas la mano más abajo....

Suelto un gemido tan fuerte que capta la atención de la mesa junto a la nuestra.

—L-lo siento. Me he quemado con la comida—me excuso con las personas junto a nosotros.

West ríe y vuelve a aumentar la potencia del pequeño aparato. Toma el tenedor frente a él y lo deja caer al suelo justo debajo de la mesa. Me da una sonrisa llena de picardía y toma mi mentón entre sus dedos.

—Conten esos bonitos gemidos pequeña puta. Voy a revisar cierto lugar—besa mis labios de una manera lenta y provocativa.

Cuando se separa mira a su alrededor y se mete bajo la mesa. Es una suerte que está tenga un mantel y que no haya meseros al rededor porque de lo contrario hace mucho se habrían dado cuenta de sus intenciones. Cierro los ojos cuando siento sus labios en la cara interna de mis muslos, sus dedos se hunden en mi carne sin urgencia tira de la silla donde estoy sentada haciendo que mis piernas queden cubiertas y las sube sobre sus hombros.

Puedo ver cómo se relame los labios y se lleva un dedo a los labios en señal de silencio. Me da un toque en la rodilla y abro las piernas para él, no lleva sus labios a mi clítoris como añoraba si no que besa por encima de mi coño y se dedica a soplar con tal delicadeza que estoy por desmayarme.

—West por favor—me da una mirada divertida y sus labios tocan mi clítoris.

Me llevo la copa a la boca mientras West degusta mi deseoso coño de su polla. Muerde con delicadeza, pero sus dedos entran al ataque y cierro los ojos olvidando por completo dónde estoy. 

Para de hacerlo y tira con sus dientes mi clítoris—quiero decirle que vuelva a hundir la cara en mis muslos.

Silencio. Vuelve a gimotear bonita y tu trasero me las va a pagar.

Asiento y el vuelve a hacer car sus labios pero está vez utiliza la lengua y me preguntó si quiere hacerme un beso francés en los labios equivocados. Acaricio su cabello mientras me meto bocados de comida a la boca.

Empiezo a meser mis caderas buscando más de ese poco contacto y para de hacerlo deja un beso en mi húmedo y inflado clítoris mientras pasa ambos dedos recogiendo humedad. Se vuelve a sentar en la silla y se lleva los dedos a la boca como si fuera la grasa del pavo y no mis fluidos los que se lleva a la boca.

Vuelvo a encenderme completamente.

West acerca su boca a mi oído y yo casi me desmayó—entra al baño de damas. Abre la tercera puerta del cubículo siéntate sobre el baño y abre bien las piernas se obediente zorrita.

Asiento y me levanto de inmediato de la mesa mientras West finge degustar el plato como si hace nada no me estuviera dando sexo oral en un lugar público. Aprieto las piernas mientras corro al baño, cuando entro observo todas y cada una de las puertas detallando si está abierto o no.

Cuando lo he comprobado hago lo que le pidió. Me siento en el baño y abro las piernas apoyándolas en la pared del cubículo. Paso mis dedos por mi necesitado clítoris y lo muevo repetidas veces.

Estoy por venirme.

—Ni se te ocurra—brama West con enojo—y yo que pensaba ser bueno está vez.

—West—digo pero me ignora mientras saca su polla de sus pantalones y la acaricia de arriba abajo.

El glande está brilloso y está tan inchada que voy a desmayarme por lo que me espera. Sus manos van a mis muslos y cuando creo que va a entrar en mi coño cambia de parecer y entra en mi culo.

Duele. Me incómoda. Y el lo nota.

—Te lo advertí—dice entre dientes—este es el puto paraíso Megan. Es mi paraíso—dice mientras mueve sus caderas sin delicadeza alguna.

Llevo mis manos a su espalda mié tras el entra y sale como si yo fuera una muñeca—y adoro que lo haga—me aferró así cintura con las piernas mientras mi vista se nubla por las sensaciones de dolor y placer que me recorren por completo.

—Más—digo—dame más West—busco sus labios y el corresponde.

—Eres una puta—dice mientras su polla me empala con tal fuerza que voy a desmayarme—eres mi jodida puta.

—S-si. Lo soy—gimoteo cuando siento el orgasmo acumularse dentro de mí.

Llevo mis dedos a mi clítoris y mientras el aumenta las embestidas yo estoy rozando el cielo. Muerde mi hombro con fuerza mientras mi orgasmo es liberado dejando salir mis fluidos en gran cantidad hacia su pantalón me sonrojo y hecho la cabeza hacia tras cuando el sigue moviéndose y alargando los frutos de tan reciente orgasmo.

Saca su aún inchada polla de mi y me relamo los labios. West lo nota porque besa la punta de mi nariz y lleva sus dedos a mi maltratado ano, toma su semen y lo lleva a mis labios.

Cierro los ojos y chupo con gusto. Cuando los abro le da una sonrisa.

—Debemos volver antes del postre.




•••

Voy a arder en el infierno por pervertida AAAAAAA

Oigan amix ¿Hay alguien leyendome? Voten y comenten please. Eso anima a esta humilde servidora a seguir fantaseando.

Ush que feo sonó.

En fin. 👁️👄👁️

Déjenme en los comentarios que temática o sobre que les gustaría que tratará el próximo relato, si quieren continuación o si deplano doy pena.

Bye!!!!

Menos de dieciochoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora