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|Pacey|

Mis padres salían cada martes a jugar bolos con sus viejos amigos en un burdo intento por reparar una relación fallida de más de cinco años. Y yo, esperaba anciosa esas siete horas de soledad para poder sumergirme en un espiral de lujuria en el PD23.

El PD23 es un vector visual capas de transportarte a salas de video, en las cuales no sólo tu mente es consiente, si no que cualquier sensación estimulante en el juego es capas de sentirse en todo tu cuerpo, hace seis semanas había ingresado a la sala de video de BDSM, pero nunca me había atrevido a entrar por miedo y un estúpido pudor que no era capas de perder. Cuando pongo el casco en mi cabeza el panel de atención aparece así que ingresó mi contraseña y nombre de usuario antes de ser capas de hecharme atrás. Suelto todo el aire que contengo y seleccionó la ropa del avatar, bueno, si no puedo ser una zorra en la realidad, virtualmente seria aceptable llevar un par de medias diseño ilimitado un sostén de encaje transparente y un plug anal de cola de gato.

Joder.

En cuanto el avatar está listo inconsciente also las caderas, y cuando la pantalla se vuelve verde caigo de rodillas frente al pavimento por la sacudida que mi elección poco practica le causa a mi cuerpo. Cuando consigo apoyar las palmas de mis manos en el suelo me muerdo el labio inferior y me pongo de pie con torpeza—oh si—siento como comienzo a mojarme a medida que doy torpes pasos por avenida 01. La sala de BDSM se divide en seis pisos el 06 que es el beta, 05,para jugadores experimentados, 04 y 03 para los amater el 02 el área de libertinaje y orgias y el 01 el área prohibida y vip. Había conseguido entrar luego de pedirle a mi padre seis mil, para un auto que nunca llegará.

Doy unos pasos havia adelante y terminó por sonrojarme cuando observó a una chica ser penetrada por dos hombres sin compasión alguna, casi puedo sentir como el plug se hunde en mis piernas de manera incomoda. No se porque lo hago, pero terminó por observar la situación unos segundos.

—Mira a nuestra pequeña mujer—dice el individuo que tira de su cabello y mece la pelvis sin delicadeza alguna—toda una zorrita lista para follar, ¿que diría tu papi si supiera que esa boca tuya no sólo es capas de soltar oraciones, si no también de pedir que te revienten el culo? ¿Huh?

La chica solloza y yo siento la necesidad de estar en su lugar, terminó por despegar los ojos de la escena y caminar hacia las puertas del pub en donde las luces fluorescentes me golpean el rostro a tan solo unos pasos de la entrada, el ambiente parece animado, así que terminó por acercarme a la barra. El aroma a cigarro, alcohol y sexo está por todo el aire, es capas de hacer que un remolino de emociones se evoque en mi vientre, volteo mi vista hacia la multitud que se magrea en la pista como si nada y doy unos pasos hacia los taburetes junto a la barra, cuando consigo centarme en uno mi ci tura agarrada por un par de manos que me hacen jadear al instante.

Su pecho toca mi espalda y sus labios se acercan a mi oído como si nos conociéramos de toda la vida.

—¿Que hace una pequeño ángel tan lejos del paraíso?

Sus dedos se deslizan por mí vientre hasta mis pechos y no puedo hacer más que inclinar el cuello hacia atrás.

—Esperando que un demonio sea capas de follarme—consigo decir mientras sus labios se pasean en mi mejilla.

Una risilla brota de su pecho y o Dios que voz, su aliento huele a vino y el aroma que su colonia emana es lo suficientemente fuerte como para aturdirme y dejarme manosear por un tipo que apenas conozco.

Menos de dieciochoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora