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|Sobre el escritorio|

Pongo los papeles en el escritorio.

Me frotó las manos tirando de las mangas del suéter y cojo aire esperando que Thadeuss entre por la puerta del salón. Aprieto los muslos y tiro de la parte delantera de mi falda hacia adelante—es culpa del maldito por dejarme con la calentura—Thadeuss es mi novio desde hace dos semanas.

Dos semanas en las que me a puesto los nervios de punta.

Dos jodidas semanas en las que me a tocado a diestra y siniestra. Thadeuss era mi novio por correspondencia, si suena estúpido pero hace dos semanas no tenía idea de cómo lucía. ¿Cómo iba a saber yo que era un bombón pelirrojo?

Unas manos me rodean la cintura y suelto un chillido cuando me sienta de golpe en el escritorio. Tiene el cabello húmedo después de la práctica de Lacrosse y no puede verse más caliente con las mejillas rojizas y la mirada perdida en mi cuerpo.

—Crei que ibas a tardar más—digo pasandole los dedos por la nuca.

—He estado duro toda la práctica Amelyn ¿Crees que iba a esperar más por entrar en ti?—su aliento me choca en el rostro y huele maldita mente bien.

—¿Vas a darme mis bragas?—sus dedos se deslizan por mis muslos hasta llegar al dobladillo de mi falda me arqueo hacia el al instante—¿O-otra vez?

Asiente llevando su mano a mi culo mientras que con la otra sostiene mi cintura evitando que pueda moverme.

—En una de mis cartas te lo dije Amelyn. Voy a follarte cada jodido día de tu vida—estrella sus labios con los míos y es tan intenso que cuando su músculo bucal me invade solo soy capas de sostenerme de sus hombros con toda la fuerza que mi cuerpo me lo permite.

Separa su boca de la mía y un pequeño hilo de saliva se extiende por la comisuras de nuestro labios. Suelta mi cintura y en cuanto su duro cuerpo deja de sostener el mío me dejó caer sobre los papeles que había apilado hace poco mientras Thadeuss suelta una risilla.

—Abre las piernas Amelyn—dice mirándome de una manera tan intensa que creo voy a volverme una catarata.

Me cubro el rostro y el calor que me genera el suéter y la camisa bajo este me resulta insoportable, pone sus manos a la altura de mis hombros y acerca sus labios al cuello de mi camiseta.

—Mirame Amelyn—dice con dulzura.

Niego repetidas veces y Thadeuss toma mis manos llevando ambas por encima de mi cabeza me da una sonrisa torcida que le queda malditamente bien. El rubor se extiende por sus mejillas y no puede verse más atractivo.

Suelto un chillido cuando solo con una de sus manos sostiene las mías y lleva la otra por debajo de mi ropa, el vientre me arde y Thadeuss lo nota porque funde sus labios con los míos y sube el suéter hasta la altura de mis pechos, una pequeña gota de sudor se desliza desde mi cabeza hasta mi cuello.

—Aun no empiezo—rie mientras desabotona mi camiseta y saca uno de mis pechos dejando mi pezón al aire—oh Amelyn eres arte.

Lleva sus labios a mi pezón y lo succiona con tanta fuerza que creo que voy a desmayarme en cualquier momento. Rodeo su cintura con mis piernas y acaricio su cabello, mi tacto se siente extaciado al sentir la humedad y suavidad de su rojizo cabello.

Lo quiero dentro.

Deja mi pezón y deja besos húmedos en mi vientre chupa, succiona y deja marcar acompañadas con las de días anteriores.

—Asi sabrás que todos los días que te he tocado como lo mereces—habia dicho la primera vez que nos besamos.

Su lengua está sobre mi colo pero aún sin tocar mi clítoris y toda las parte que chorrea deseosa de él. Hunde sus dedos en mi culo, lo aprieta y lo amada solo besando por encima.

—Thadeuss—chillo con molestia y el empieza a besarme con más lentitud todavía—te prometo que voy a vengarme.

Suelta una risa he inmediatamente su mágica boca se hunde dejandome sin aire sus manos en mi culo acercan mi cuerpo más a él, estoy segura de que va a devorarme como lo a hecho sienta de veces ya. Me mira fijamente mientras lo hace y no puedo evitarlo me arqueo y me vengo en su boca. La misma sensación que me brindo la primera vez y la que no a dejado de brindarme una y otra desde la primera vez que nos vimos.

Thadeuss succiona y me sie yo avergonzada por mojarme tanto en su boca.

—¿Vas a vengarte?—se relame los labios lentamente y sopla sobre mi aún inchado clítoris para estremecerme—me has puesto a mil. Mi dulce Amelyn.

Suelta mi cuerpo y lo espero hecha un desastre sobre el escritorio observo como desabotona su pantalón y baja su ropa interior para mostrarme su inchada polla—no importa cuántas veces la vea es enorme—si bien es cierto Thadeuss y yo hemos tenido roces sienta de veces pero se niega a quitarme la virginidad.

Quiero su enorme polla dentro de mí.

—Aún no—dice cuando nota mi expresión de ansiedad.

—¿Porque no?—murmuro cuando siento como toma mi cintura y apoya su mano en la parte baja de mi espalda.

Cuando su polla toca mi humedad y siento lo caliente que es meneo la cadera y Thadeuss me toma del cuello. Me da una mirada de advertencia y rodeo su cintura con mis piernas me besa los labios castamente y me aferró a sus hombros mientras comienza a mover su cadera una y otra vez. La punta frota mi clítoris y creo que voy a deshacerme una y otra vez cuando sus caderas arremeten con las mías. Muerdo mi labio inferior y suelto un chillido cuando sus moviendo comienzan a hacerse más rápidos. Me las ingenio para levantar la cadera y siento como su glande entra solo por unos segundos porque Thadeuss me suelta y recuesta la parte superior de mi cuerpo alzando mi culo.

—Intento ser amable Amelyn—dice mientras observo de reojo y con recelo con su mano acaricia su miembro—pero al diablo con mi caballerosidad zorrita.

Toma mis caderas y alinea su polla en mi húmedo coño, y no es suave Thadeuss entra de golpe en mi y se que debería dolerme pero me vengo casi de inmediato al sentirlo tan duro y grande dentro de mí.

Dejó escapar aire y Thadeuss vuelve a arremeter una y otra vez contra mis caderas, sostiene mi cabello y muerde succiona y chupa mi cuello sin delicadeza alguna.

—Eres solo mía Amelyn—gruñe moviendo mis caderas a su antojo. Dejó caer mi cabeza y asiento abstraida sintiendo como la humedad se desliza por mis piernas.

Y todo se acaba para mí cuando sus movimientos se vuelven brutales y el dolor se mezcla cuando roso los dedos el sabor del orgasmo. Con Thadeuss aún dentro de mí me vengo y chillo cuando siento como se viene dentro de mí dejandome extasiada.

—¿Estás bien?—dice dándome besos en la mejilla sin salir de mí—te amo Amelyn. Te amo.

Asiento ida y Thadeuss sale de mí. Me dejó caer sosteniendo me del escritorio y por mis piernas escurre el hecho delictivo de tan delicioso acto.

Me toma entre brazos con la ropa reacomodada. Se ve precioso con los labios inchados, el es precioso, aún jadeando aprieto mi mejilla contra su duro cuerpo.


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Menos de dieciochoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora