𝐒𝐇𝐄, harry potter. . . 🇪🇸

prólogo

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CAP. 000  ❪ prólogo ❫ ˊˎ-

PRIMER AÑO SIEMPRE FUE EL año más estresante del colegio. Bueno, y el más importante porque es donde se hacían las primeras impresiones que se mantendrían durante años.

El 2 de septiembre de 1991 era un día muy soleado. Jóvenes brujas y magos abarrotaban los pasillos del castillo mientras trataban de encontrar su camino a las clases. Camille Diggory sintió como su corazón se aceleraba por momentos. Asistir a Hogwarts siempre ha sido su mayor sueño desde que su hermano mayor regresó de su primer año. Todas las mágicas historias que le contó eran un poco exageradas, pero sin embargo, eran muy emocionantes.

—Entonces, ¿dónde nos sentamos? —le preguntó un chico de pelo desaliñado, conocido como Bradley Walsh.

—No muy cerca del frente, pero no demasiado atrás —respondió ella de manera objetiva.

Los dos se rieron al entrar en su segunda clase del día; Pociones. Su primera clase fue Herbología. La habitación estaba ligeramente iluminada con calderos en cada escritorio. Camille pensó que daba bastante miedo. Se sentía como si la habitación fuera algo sacado de una película muggle de terror.

No mucho tiempo en la clase, el famoso Niño Que Sobrevivió fue llamado por no prestar atención al profesor Snape. La habitación de aspecto aterrador se comparaba a la perfección con la intimidante actitud del profesor.

Pronto los estudiantes de primer año fueron puestos en parejas para hacer una poción simple a su elección. Camille se sintió aturdida dado que su compañero no era otro que Harry Potter.

—H-Hola —saludó Harry, sintiendo cómo su mente parecía que se apagaba ante la presencia de una chica guapa.

—Hola —Camille sonrió al chico con gafas redondas—. Así que, eh, ¿por qué no hojeamos el libro y buscamos una poción simple y fácil de hacer?

Con la sugerencia, los dos niños de once años hojearon sus libros de texto para encontrar una poción.

—¿Qué hay de la Pócima del Sueño? —sugirió Camille—. Parece bastante simple.

Harry, sin tener ni idea de qué hacer, estuvo de acuerdo. Sentía cómo su estómago se revolvía por los nervios. No se sentía incómodo cuando estaba con Hermione Granger, y ella es una chica. Se encogió de hombros ante la sensación mientras se abría camino para ayudar a conseguir ingredientes.

Sin embargo, a mitad de la clase, la pareja parecía llevarse bien, aunque Harry aún actuaba de manera extraña. Su poción parecía ir bien. Bueno, eso fue hasta que Harry golpeó torpemente el caldero y todo su contenido líquido cayó en cascada sobre el frío piso de piedra, provocando un fuerte estruendo que captó la atención de todos.

El profesor Snape, que estaba ayudando a los estudiantes de Slytherin, desvió su mirada hacia la conmoción.

—Pero, ¿qué es lo que tenemos aquí? —se mofó—. Veinte puntos menos para Gryffindor y Hufflepuff.

—P-Pero... —balbuceó Camille, aún procesando lo que acababa de pasar.

—Ya me ha escuchado, señorita Diggory. Les quiero ver a ambos en mi despacho una vez que terminen las clases. Así decidiré cuál será vuestro castigo —espetó Snape mientras se alejaba—. ¡Y limpiad todo eso!

Camille se tragó un nudo en la garganta. Lo último que quería era ser castigada en su primer día de clase y allí estaba ella. Su corazón latía a un ritmo rápido mientras limpiaba silenciosamente todo el desastre. Harry al ver esto, la siguió y se puso a limpiar.

—Lo siento mucho —se disculpó, alcanzándola después de la horrible clase—. De verdad que no quería-

—Guárdatelo, Potter —escupió como si su nombre fuera veneno. Fulminó con la mirada al azabache por última vez y se fue con Bradley, que se encontraba a su lado. 

Sí, pensó que estaba exagerando un poco, pero quería causar una buena impresión a todos los profesores, y un castigo el primer día de clase no era algo que garantizara eso. Su hermano mayor nunca había sido castigado en su tiempo en Hogwarts, y ella estaba planeando hacer precisamente lo mismo.