𝖝𝖛𝖎𝖎𝖎. memories

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𝘰𝘰𝘰 ┊ 𝗦𝗛𝗘 ࿐ྂ
CAP. 018 recuerdos ❫ ˊˎ-

( escucha ghost of you de 5sos side verdad quieres llorar mientras lees esto

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si es así, en multimedia te he dejado la canción <3 )

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EL CRISPADO AIRE OTOÑAL ENVOLVÍA el cuerpo de Camille. El otoño era su estación favorita. Las hojas de los árboles pasaban del verde a diferentes tonos llamativos de rojo, naranja y amarillo. Los días empezaban a ser más cortos y las noches más largas. Se sentía como si fuera un nuevo comienzo de un libro; como el siguiente capítulo o la secuela. Sentía que era un buen momento para dejar atrás las cosas del pasado y seguir adelante.

Casualmente, en otoño era el cumpleaños de Cedric. Los dos solían celebrarlo saliendo a Hogsmeade o atiborrándose de tarta en las cocinas.

Una cosa que Camille sabía era que Cedric querría que sus seres queridos siguieran adelante y continuaran con sus vidas. Camille tenía miedo de eso. Le aterrorizaba la idea de olvidarle de algún modo, aunque en el fondo de su mente sabía que era imposible.

Así que allí estaba, en su lugar favorito, junto a un gran roble cerca del Lago Negro. Le venían muchos recuerdos a la cabeza, pero uno en particular le llamaba la atención.

Cedric Diggory amaba Hogwarts. Para él, era su segundo hogar. La sala común de Hufflepuff era muy acogedora y cálida. Estaba decorada con muebles amarillos y negros, ya que eran los colores de su casa. Los alumnos más mayores lanzaban un encantamiento de cambio de color sobre el fuego, de modo que se volvía de un amarillo vibrante en lugar del naranja ardiente. Aunque no parecía lo mismo sin su hermana pequeña ahí.

Camille Diggory proclamaba que odiaba Hogwarts. El colegio le quitaba a su hermano durante meses. Despreciaba no tener a nadie a quien acudir cuando tenía pesadillas o cuando veía un monstruo en su armario. Sus padres se limitaban a mandarla de vuelta a su habitación y a fingir que habían lanzado algún hechizo. Ella sabía muy bien que no había ningún encantamiento. Al menos Cedric la dejaba dormir a su lado cuando irrumpía en su habitación llorando.

El primero de septiembre llegó y ahora era el momento de las despedidas agridulces. Camille y Cedric compartieron sonrisas cómplices cuando entraron en el concurrido andén. Los dos Diggory idearon un plan. Para todo el mes de agosto, estaban organizando su —lo que ellos llamarían— mejor escapada hasta la fecha.

—Mamá, ¿puedo ir con Ced a ver el tren? —preguntó Camille con dulzura.

—Claro —respondió Cecelia Diggory—. Sólo asegúrate de volver aquí, ¿vale?

Camille asintió y salió corriendo con su hermano mayor. Se rieron con picardía cuando ambos entraron en el tren. Algunas personas les lanzaron miradas de desconcierto mientras caminaban por el pasillo del tren.

Camille, de diez años, ya estaba fascinada con el tren. Imagínate lo asombrada que se quedó al ver Hogwarts. Se quedó mirando el castillo con asombro. A la luz de la luna era absolutamente impresionante.

—Tendrás que quedarte aquí y yo volveré después del banquete —ordenó Cedric mientras conducía a su hermana a la cocina del colegio—. Puedes pedir comida a los elfos domésticos.

Camille miró alrededor de la habitación, con los ojos grandes como platos. La cocina estaba llena de elfos domésticos que vieron entrar a los dos. Durante una hora y media, Camille se entretuvo comiendo pasteles de chocolate y charlando con los elfos domésticos.

La rubia apenas iba por la mitad de su tercer pastel de caldero cuando la puerta de madera se abrió de golpe. Allí estaba Cedric, un poco asustado, con una mujer de su misma estatura. Tenía el pelo rizado y gris y vestía una túnica marrón claro.

—Millie, nos han pillado —informó Cedric cabizbajo, haciendo un gesto a su hermana para que saliera de la cocina.

Camille frunció el ceño con decepción. Pensó que su brillante plan funcionaría, pero estaba equivocada. Se despidió de los elfos y dejó su pastel.

—Puedes llevarte tu pastel del caldero, querida. —trató de asegurar la achaparrada mujer, al ver la expresión triste en el rostro de la joven— ¿Tenemos algún recipiente en el que la señorita Diggory pueda guardar su pastel?

Esto pareció alegrar un poco el humor de Camille. Una sonrisa se dibujó en su cara cuando la bruja mayor le entregó un recipiente con su pastel. Ella y su hermano empezaron a seguir a la profesora. Se detuvieron frente a la estatua de un águila.

—Sorbete de limón —dijo la profesora. La estatua empezó a moverse hacia arriba. Al moverse, apareció una escalera—. Seguidme —indicó mientras dejaba que los dos niños subieran por la escalera. Entonces les reveló una puerta de madera que se abrió inmediatamente cuando llegaron arriba del todo.

Camille se sobresaltó al verse envuelta en un abrazo de oso por su madre.

—Estábamos muy preocupados —exclamó Cecilia. Durante todo el día, ella y su marido habían estado buscando a su hija y tenía que admitir que nunca se había sentido tan aterrorizada. Tener a su joven hija en brazos fue un gran alivio.

La chica rubia sonrió al recordar aquello. En aquel entonces le pareció tan brillante, aunque mirándolo en retrospectiva, no lo era. Camille recordaba haber estado castigada durante al menos dos o más semanas después, ya que ella y Cedric habían provocado un infarto a sus padres.

—Hola —saludó una voz detrás de ella. Camille miró hacia atrás y sus ojos castaño avellana se encontraron con unos verde esmeralda.

—Hola —ella sonrió, y volvió a mirar el lago. Camille sintió que él se sentaba a su lado en la manta de picnic de rayas verdes y blancas.

—Parecías muy sumida en tus pensamientos —comentó Harry. La miraba fijamente, sus ojos estudiaban su cara.

—No mucho —respondió Camille—. Sólo evocaba algunos recuerdos de Ced. . . Te-tengo miedo —se volvió hacia él, encontrándose con sus ojos una vez más.

—¿De qué? —se preguntó Harry, con la curiosidad a flor de piel.

—De olvidarme de él —responde Camille con sinceridad—. Me da miedo seguir adelante aunque sé que él querría que lo hiciera.

Harry se quedó mirándola, sin saber qué decir al principio.

—Yo aún tengo recuerdos muy vagos de mis padres —empezó—. Como mi primer cumpleaños y ellos diciéndome que me querían. Tú estuviste casi quince años con él. Puede que los pequeños detalles se desvanezcan con el tiempo, pero tendrás todos los recuerdos que hicisteis a lo largo de los años. Luego podrás contarles a tus hijos todo sobre su tío Cedric y las travesuras que hiciste con él.

Camille soltó una pequeña carcajada.

—No sabía que fueras tan sabio —bromeó, dándole un codazo en el brazo a Harry.

—Hago lo mejor que puedo —bromeó Harry, con una sonrisa dibujada en la cara.

Aunque ella no lo admitiría en voz alta, las palabras de Harry la reconfortaron. Como una manta que traía calor a su cuerpo durante el frío invierno. Sintió como si todas sus preocupaciones y el miedo a olvidar a su hermano se desvanecieran por completo.

𝐒𝐇𝐄, harry potter. . . 🇪🇸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora