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Aún me sentía confundido de tantas cosas...
Sé que Saúl sufrió ese accidente...
Estoy consciente de las cosas, pero nunca he logrado observar más allá del por qué no lo acepto...

Me estuve un rato sentado en la cama mirando el suelo gris pensando en todo y al mismo tiempo en nada

Me levanté de ahí y camine lentamente hacia el comedor, creo que no sirvió de mucho haber esperado a todos en la mañana, nadie está aquí ahora, me preparé mi propia comida y comí ahí mismo, solito en el comedor, aunque aún así, no dejaba de pensar en Saúl, en Dana, en Kail, en todos...

En mi teléfono tenía una lista de recordatorios, que automáticamente me mandaban notificación por si se me olvidaba hacer algo, y añadí que debo de ir con Dana a una fiesta, y el favor de la siguiente semana con Jessica

Termine de comer y lleve mi plato a lavarlo junto con el montón que ya había

Tenia las manos enjabonadas y estaba tallando un plato cuando de repente me perdí...

Mi mirada se centro solo y solo en el plato que tenía entre manos, estaba consciente de que estaba quieto, como si me hubiera congelado, pero ahí me mantuve, parado, frente al lavabo y en silencio, mis ojos no enfocaban, no podía hablar, no podía mover nada, solo miraba el plato entre mis manos en jabón, cuando sucede esto regularmente tengo un dolor en el pecho que no se quita con nada

De nuevo, en mi mente invadían las voces de Saúl
-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué? ¿Por qué? -Su voz no se detenía

No sentía ya nada, estaba quieto, sin poder hablar, con una expresión extraña y fija

Cuando me di cuenta que se trataba de un desmayo ya era demasiado tarde porque se me nublo la vista en ese momento, con una sensación de humedad, frío y hormigueo en los labios, realmente estaba seca...

Solo sentí como me deje caer al duro suelo, recibiendo un golpe que me dejaría marcado, además de que el plato que tenía entre manos cayó a un lado mío, que se quebró en el impacto y los trozos de cerámica salieron proyectados, uno de ellos me había dado a mi directo en la sien cortandome un poco...

Lo raro de todo, es que aún estaba consciente, sabía que estaba en el suelo, no veía nada pero sabía que estaba ahí

Espere a que alguien se diera cuenta pero tarde más esperando ayuda que levantandome solo...

Me fui a recostar a la cama y me sentía muy cansado; me quedé dormido...

Para cuando me desperté, ya habían pasado las horas más rápido de lo que pensé, eran cerca de las ocho de la noche y ya comenzaba a oscurecer

Cuando pude, recordé la fiesta con Dana por lo que me levanté de la cama aun desconcertado por tantas cosas, ya en la cabeza

Me desvestí y me fui a dar un baño, a ver si con algo se me quitaba, pero a mitad del baño mientras las frías gotas resbalaban por mi cuerpo, me invadió una profunda tristeza que se me nublo la vista y solo permaneci quieto, no pude evitar el llanto...

Al menos pude salir de ahí, me sequé y me vestí, en realidad nunca había ido a una fiesta, ni sé cómo eran, por lo que solo agarre lo primero que vi, una camisa, un mezclilla de pantalón y un suéter por si hacía frío

Cuando me mire al espejo, había algo que no cuadraba, no sabia ver bien que, pero ahí estaba...

Una infinidad de voces de diferentes personas resonaban en mi mente
—¿Ese eres tú? Te ves anormal —Dijo la voz de Daniel
—Te ves horrible, ¿No ves esa ropa? No te queda —Dijo la voz de Mi papá
—¡Quítate eso! —Me grito la voz de Dana
—¡Mejor ni vayas! —Un fuerte grito de mi madre
—¡¿Y quieres que me fijé en ti?! —Exclamo la voz de Jessica
—¡Ese...! ¡No...! ¡Eres...! ¡Tu...! —Dijo mi voz interior

Las Cartas de un SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora