Capítulo V

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Los días habían pasado como un flashback para Yoongi.

Su cotidianidad hacía que no sea consciente del pasar de los días. A veces podía ser un Lunes y sin darse cuenta, ya estaba comenzando un Jueves. ¿Así era la vida de una persona retirada?

—Me gusta este. —dijo Yoongi en voz alta, alzando un pequeño libreto de la estantería.

Había ido al pueblo por la única razón de encontrar nuevo material para leer.

Sus desgastados libros, ya no se mostraban tan interesantes cuando se leían por tercera vez.

—¿Va a llevar este? —preguntó una joven de cabellos chocolates, desde su atrás.

Yoongi miró a la recepcionista del lugar y asintió con la cabeza. Todavía no se lograba acostumbrar a la atención que le dedicaba la joven Kim.

—Debe ser muy bueno porque es la segunda vez que me lo piden. —dijo la muchacha con una sonrisa—. Hace unos días, vino el hijo menor de los Park y me pidió exclusivamente-...

Al escuchar el apellido, Yoongi inmediatamente tensó cada parte de su cuerpo. ¿Era una pequeña coincidencia? En Corea habían muchas familias que llevaban el mismo apellido y no tenían algún vínculo. ¿No debía alarmarse, cierto?

—...y aunque es una copia. Debe ser muy interesante. —concluyó la joven, alegremente.

—¿Quiénes son los Park exactamente? —preguntó Yoongi sin poder evitarlo.

Quería sacarse la duda de la mente. El mundo no podía ser tan ridículamente pequeño. Jihyo no podría estar en el único lugar más alejado de las cámaras. Era impropio de él.

—¡Oh! ¿Es que no lo sabe? —dijo la fémina haciendo un gesto para que se acercara—. Aunque mi hermano dice que no debo estar contando la vida de los demás... La verdad es que en este pueblo pasan cosas muy interesantes.

—Sueltalo, Jisoo. —dijo Yoongi mirando fijamente a la Kim.

—¿Conoce a Park Jihyo? —preguntó la joven emocionada, ajena al tono del pelinegro—. Fue un tesoro nacional, que ganó varias medallas de oro en la categoría de patinaje artístico sobre hielo. —pausó un momento para retomar el aire—. Ha venido con su familia hace unas semanas, en una especie de vacaciones temporales. Aunque han alquilado una casa muy-...

Yoongi alzo las manos, tratando de cortar la conversación.

¡Tenía que ser una puta broma!

Los ojos de Yoongi pasaron rápidamente por el lugar como si quisiera huir de ahí. Ya no le importaba el libro de un amor trágico sobre la nieve. Es más, hasta le pareció ridículo que hubiera querido comprar aquella cosa.

Su buen humor se había esfumado. No quería estar en ningún espacio donde el viejo de Jihyo hubiera siquiera respirado.

—¿Pasa algo, Suga? —preguntó nerviosamente la joven.

Yoongi la miró y trato de controlarse. Todo los habitantes del pueblo lo conocían como Suga, el tipo que parecía un mestizo y que tenía demasiado dinero como para vivir a un kilómetro alejado de todas las viviendas.

Además del dueño de una hermosa laguna y que nadie se atrevía a visitar.

Nadie, excepto una cabellera negra un poco revoltosa, que había dejado de visitarlo aproximadamente hace una semana.

—¿Dije algo malo? —volvió a preguntar Jisoo, agarrando un mechón de su cabello en señal de nerviosismo.

—Ya no voy a querer el libro, perdóname. —dijo Yoongi tratando de sonar amable—. Me tengo que ir, hablamos la próxima vez que venga. ¿Vale?

Copos de Nieve [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora