Capítulo 5 || ¿Enserio sigo dudando?

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"Claro que te quería Mochi, pero no sabía que era de la otra forma y tu seguías molesto conmigo". L.

La gente tiene una necesidad de interactuar, da igual si llegase a ser asocial. Necesita a alguien, no necesariamente a su lado o debe tratarse de un humano exactamente. La compañía es un factor importante, para cuidar la mente y sentirse querido.

El sentimiento de soledad en verdad es terrible, uno se siente incapaz, abandonado, hasta llegar a apartarse aún más de la gente por la misma desconfianza o engaño. Aunque estés rodeado de personas aún se puede sentir uno apartado de la misma sociedad. La mente se encarga de hacerlo, donde queda más claro cómo puede jugarte una mala pasada.

Lloyd lo comprendía bastante bien en los comienzos de la escuela, por ser un niño nuevo le comentaron como su padre no lo quiso y se fue. No tenía amigos, se concentró en lo suyo e intento llenar aquel hueco de ser rechazado con actividades y perdida del tiempo en internet. Pero con el paso del tiempo, empezó a notar como daba igual si se iba, nadie lo iba a extrañar.

"Nadie te quiere, te volvieron a dejar solo", "Miren, es el condón roto", "Su padre se fue por cigarros". Fueron algunos de las cosas que le decían a diario. Se supone apenas iban a comenzar a dejar la niñez, pero no comprendía nada del cambio, ni porque se empezaron a poner más violentos sus compañeros. En serio andaba desconcertado.

Antes si acaso había un curioso que le decía aquello o lo insultaba, pero empezó a ser lastimado con aquellas excusas. Su madre le decía cómo todo iba a estar bien, sin embargo, debía aprender a defenderse porque no quería llevarla a la escuela. No quería hacerla perder su tiempo con él, el hecho de tener a su tan amada madre de su lado era suficiente.

Se sentía como una leve luz de esperanza, donde recibía un cálido abrazo cuando menos se lo esperaba.

Poco a poco sus razones para continuar se iban juntando. Al momento de conocer a las personas indicadas logró seguir, simplemente tuvo un refugio temporal mientras atravesaba los cambios. Conoció a las amistades de encuentros casuales de su pasado, pero se quedaron apoyándolo aquellos años donde les importó un comino si los molestaban. Al menos estaban juntos.

Uno traía de amigo al otro, cuando se dieron cuenta de cómo llegaban a llevarse entre sí hasta llegar a integrarse bien. Se juntó el grupo de los denominados "extraños o los raros", siendo un apodo colocado por parte del resto del grupo.

Ya eran más donde estaban unidos y se defendían entre sí, si uno iba a cometer alguna travesura, ahí iban los demás para ayudarle o evitarlo. Se protegían como podían e iban viendo la comunicación y el favoritismo con los maestros para intentar aprovecharlo. Así llegaron a evitarse problemas gracias a sus propias barreras, hechas en base de conocimiento e impulsividad pura.

Se ocupaban más de estar unidos sin importarles los demás, claro tenían más amigos o diferentes condiciones, sin embargo, tenían un grupo principal al cual ir. Así si se necesitaba ayuda, querían contar un chisme o simplemente pasar el rato en los descansos, se ponían en contacto.

Ayudando claramente en situaciones amorosas donde el erizo ayudaba, pero sus ideas no eran las mejores, aunque funcionaran. Nadie entendía como llegaba a coquetear con las chicas de una forma tan natural, mientras Lloyd y Jay apenas podían hablar con amigos sin tartamudear.

En su siguiente etapa cuando pasó a otro grado. Cuando decidió ser un estudiante de su tío literalmente le vino de maravilla para continuar, ahí lograba recuperar su brillo e ir conociéndose a el mismo luego de un periodo complicado. Había encontrado un lugar donde estar y un nuevo amigo quien necesitaba su ayuda para integrarse.

Sabiendo un poco de su historia, Lloyd se sintió peor al notar como el intentando identificar sus sentimientos, igualmente había dejado a Morro solo. No supo si irse de finta por su parte fue un desahogo o una huida, pero lo delató al temer por él. Se había ido con los chicos problemáticos de otros grados, el rubio los reconocía perfectamente. En verdad no sabía que andaba pensando el de mechón verde en aquel momento, sin embargo, solo consiguió ser apartado.

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