Capítulo 10 || La Partida de una Estación

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"Aunque ya no estés aquí yo continuare, estaré bien porque ya se viene la primavera. Seré honesto, a veces maldigo que no pueda llorar por ti porque tu partiste con una sonrisa mi querido Mochi".

Uno no puede detener el pasó de la brisa, se puede interponer en su camino, pero terminará continuando con su propio rumbo.

El chico de mechón verde estaba un poco distraído, el maestro lo terminó sacando de la clase por lo mismo al notar como luego de preguntarle varias veces no supo ni siquiera por donde iba dirigida la lectura. A él no le importó y sin decir nada se salió del salón. Los demás estudiantes se notaron asombrados por ver como su compañero se fue, algunos lo siguieron, aunque el maestro les amenazó con un reporte igualmente fueron a verlo.

Medio salón se había ido de la clase, al final ellos iban a ser los afectados entonces porque no aprovechar aquello e irse de finta. Mientras los demás huían de la directiva, Morro se mantenía sentado en una esquina con la compañía de Echo, su rubio lo andaba mirando a lo lejos.

Muchos pensamientos, trataba de tener la mente en blanco sin embargo no lo lograba al estar literalmente en otro mundo. Estaba totalmente cansado al no haber podido dormir anoche, aunque el anciano lo mandó a acostarse seguía preocupado por él. Se supone se estaba mejorando, pero seguía sintiendo una molestia al sentirse impotente. «¿Por qué no me dejas cuidarte como tú lo hiciste conmigo?»

Bostezó, sabía cómo se irritaría con facilidad luego de regresarle las ganas de insultar al maestro en su cara. Debió advertirle a su amigo sobre ello para evitar peleas o meterse en un lio peor, ya era suficiente por haber provocado indirectamente una fuga de alumnos. Echo trataba de calmarlo, por su lado trató de concentrarse en su respiración hasta que llegó un cierto rubio a su lado.

Su cálida sonrisa seguía dejándole ciego. Le quedó claro cómo debía aventarle una sábana encima para evitar verlo directamente, pero no podía hacerlo en este momento.

—¿Lloyd? —Pregunté al ver a mi novio recargarse en mí.

—Tardaste en darte cuenta de mi presencia, Mochi —Se le notó cansado al mirarme—. —Si que has estado distraído, ¿no te duele?

Ni siquiera me había dado cuenta de cuando Echo se había cambiado de lado para darle hueco a mi rubio, lo hizo bastante rápido. Él se pasó de considerado al mantenerse al margen de los dos. Dejando eso de lado, me extraño la pregunta de mi rubio porque se trató nada más de sacarme sangre para unos análisis casuales, aun así, se preocupa por mí y eso me encanta.

Tengo una leve tendencia de querer llamar su atención, quedo claro como me cuesta sentirme solo, pero con mi rubio cerca es complicado por tratarse él de ser casi un stalker profesional.

—Me cuesta un poco mover el brazo, nada más —Le dejé en claro luego de mirar al suelo—. —Te me preocupas de más.

—Tú sabes que sí —Fue sincero.

—No quisiera romper su tiempo de parejas, pero debemos hacer algo —Cole llamó nuestra atención al notarse con prisa—. Bueno, nos vamos de finta o regresamos al salón.

—Como quieran.

Al ser unos buenos estudiantes ni siquiera nos dinamos a entrar al salón, vaya regañada nos llevamos por parte la directiva, pero al ser jóvenes responsables nada más aprovechamos nuestras faltas para salir por unos helados. Si mi rubio quería algo dulce yo lo iba a acompañar, sus amigos se vinieron a acompañarle, pero eso es lo de menos.

Jay trató de hacer reír a Echo, aunque Morro ya le había explicado cómo no iba a ser posible igualmente lo intentó y terminó en una misión fallida de su parte. Ahora debían pensar en otra forma de entretenerse en el parque.

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