Capítulo diez.

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Timothée me miraba a los ojos mientras sonreía. La verdad era buen besador, no lo iba a negar, me había gustado aquel beso. Sin pensarlo mucho volví a inclinarme hacia adelante para besarlo una vez más. Él respondió al instante y nos besamos por un largo rato. Tres toques en la puerta nos hicieron separar.

"¡Ya pasaron los siete minutos! ¿O desean estar un poco más ahí dentro?" Unas risas se escucharon afuera.

Abrí la puerta bajo la atenta mirada de todos los presentes. Le agradecía al cielo no haber decidido ponerme labial porque sino estaría hecha un payaso. 

"¿Y?" Dijo una de las chicas.

Me encogí de hombros y me dirigí a la cocina a buscar algo para beber. Por alguna razón evitaba a Timothée, no sabía porqué ya que verguenza no sentía. O quizás sí y no lo quería admitir. Esquivé a los chicos que estaban jugando al beer pong y tomé uno de los tantos vasos rojos de plástico de la encimera para llevármelo a los labios. 

"¿Nina?" Una voz llama mi atención.

Al voltear, un esbelto hombre de ojos azules me regala una sonrisa. Casi me caigo al suelo al verlo, ¡era Samuel! Un chico con el cual estuve saliendo un par de meses hace algunos años. Me sorprendía verlo aquí ya que él era del vecindario donde crecí. El mundo realmente era un pañuelo.

"¡Samuel!" Dejé el vaso a medio tomar en la encimera y lo abracé tan fuerte como podía. Al separarnos, le dediqué una sonrisa "¿Qué haces aquí?"

Samuel señala a una chica que hablaba coquetamente con uno de los chicos presentes en la cocina "Mi hermana me forzó a venir. Sabes que no soy muy de fiestas."

Reí "¿Qué tal el profesorado de arte?"

"Muy bien de hecho, gracias por preguntar." Me respondió. Se alejó unos metros para mirarme de arriba a abajo "Estás bella, Nina."

"Tú tampoco te quedas atrás, Sam."

Él comenzó a acercarse a tal punto que nuestras narices se rozaban. Cerré los ojos esperando mi segundo beso de la noche cuando alguien me tira de la camiseta y me separa de él. Cuando volteo, veo a Timothée. Y otra vez volvía a maldecirlo.

"¿Qué pasa?" Mi voz sonó más agresiva de lo que sonaba en mi mente.

"No me siento muy bien, ¿podemos ir afuera?" Me dice, haciendo un puchero.

"Estoy algo ocupada, ¿podrías ir tú solo?"

"Es que de verdad me siento mal. Imagínate que me pase algo y tú..."

"Vale, vale. Dios santo." 

Miré avergonzada a Samuel y me disculpé antes de seguir a Timothée hacia el gran jardín de entrada. Nos sentamos en el césped y él tiró todo su peso contra mi costado, apoyando su cabeza en mi hombro. 

Timothée divagaba totalmente borracho mientras yo observaba el panorama. A los pocos minutos veo a Samuel salir con su hermana, ambos gritando y maldiciéndose. Sin querer me quedé atenta a su conversación. No entendía porqué peleaban pero parecía ser algo serio. Con un último insulto, ambos se subieron al auto y se fueron del lugar.

"¿Sabes qué, Sellers? Me siento mucho mejor creo que iré a por una cerveza." Dijo Timothée mientras se levantaba.

"¿Es broma?"

"¡No! El aire libre hizo que me sintiera muchísimo mejor. Ven, vamos a bailar."

"Te detesto, Chalamet."

Nos hicimos paso entre la multitud para encontrar un lugar donde poder bailar al ritmo de la música. Timothée se me acercó y posó su mano en mi cintura mientras bailábamos sincronizadamente. 

"Dicen que los borrachos siempre dicen la verdad." Balbuceó.

"¿Cuál es tu confesión, Timmy?"

"Creo... Creo que estoy enamorado de ti." Dijo, apoyando su frente contra la mía.

Me separé de él "Claro que no."

"Claro que sí." Rió.

"¡Claro que no!" Contraataqué.

"Bueno, no..." Se aferró a mi cintura nuevamente "O sí." Dijo sobre mis labios.

"Ya es suficiente. Quiero irme de aquí."

"¿Qué? ¿Solo debía decir eso para llevarte a mi cama, Sell?" Soltó una carcajada.

Me voltée a mirarlo hecha una furia y golpée su pechó tan fuerte como pude. Sin embargo, ni siquiera se tambaleó.

"¡Eres un cerdo!"

"Y tú una mojigata."

"¡Vete al carajo!" A este punto, todas las miradas se posaban en nosotros.

"Ya tuvimos esta discusión, Sellers. Y te responderé exactamente lo mismo: Vete a mi cama."

Solté un quejido de rabia mientras me dirigía a mi auto, siendo perseguida por él. 

"Todavía no me quiero ir." Se quejó como un niño pequeño.

"Yo sí. Fíjate como te vuelves tú."

Me subí al auto y arranqué dejando la figura de Timothée lejos. Hoy había sido una noche larga. 


// no me gustó mucho este capítulo pero mañana voy a subir uno más largo. Espero que sepan entender la demora ya que estoy pasando por un bloqueo de escritora bastante grande. Estoy muy enfocada en mis estudios y tengo poco tiempo libre para escribir. Les pido mis mas sinceras disculpas.

-cía//


¡Cállate, vecino! {timothée chalamet}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora