POV ERIKA—No puede ser, todavía me quedan veinte centímetros... —dijo furioso Cacique, soltando el pergamino, que recuperó su forma de rollito bien nice.
–Vos si sos flojo, muchacho, termina eso —le dije y me reí al ver que ya el cacique se había picado.
No aguanta juego.
—¿Dónde está, Hermione? —preguntó Harry, cogiendo la cinta métrica y desenrollando su trabajo.
—En algún lado por allá, al lado de la vaina esa, está entre el coso aquél, desde aquí la estoy viendo —respondí, señalando hacia las estanterías—, buscando otro libro. Será que quiere leerse la biblioteca completa antes del 24 de diciembre.
Harry nos estaba contando que Justin Finch-Fletchey, un chico de Hufflepuff lo había ignorado y se había alejado de él a toda prisa.
Cagado, pues.
—No sé por qué te preocupa, si siempre has pensado que era un poco idiota —dijo Ron, escribiendo con la letra más grande que podía para tirar el paro de que lo estaba terminando. Todas esas tonterías sobre lo maravilloso que es Lockhart.
Webonadas de ese tipo tenían que ser.
Hermione surgió de entre las estanterías. Parecía que estaba arrecha, pero dispuesta a hablar por fin.
—No queda ni uno de los ejemplares que había en el colegio; se han llevado la Historia de Hogwarts —dijo, sentándose al frente de Harry—. Y hay una lista de espera de dos semanas. Lamento haberme dejado en casa mi ejemplar, pero con todos los libros de Lockhart, no me cabía en el baúl.
—¿Para qué lo quieres? —le preguntó Harry.
—Para lo mismo que el resto de la gente —contestó Hermione—: para leer la leyenda de la Cámara de los Secretos.
—¿Qué es eso? —preguntó Harry de coñazo.
María pendrive.
—Eso quisiera yo saber. Pero no lo recuerdo —contestó Hermione, mordiéndose el labio—. Y no consigo encontrar la historia en ningún otro lado.
—No te compliques la vida, te explico cuando fundaron el colegio Hogwarts, había cuatro fundadores, vivían en armonía pero había uno que no, y...
No pude terminar de contar mi historia bestial, porque el cocuy de penca me interrumpió.
—Hermione, déjame leer tu trabajo —le pidió Ron desesperado, mirando el reloj.
—No, no quiero —dijo Hermione, repentinamente severa.
Si es arrecho.
—Ron, bro, hace tu vaina tú —le dije, moviendo la mano—. Has tenido diez días para acabar el bendito trabajo y por flojo no lo hiciste, cero uno pol pecho.
—Sólo me faltan seis centímetros, venga —musitó él.
Sonó la campana. Ron y Hermione se encaminaron al aula de Historia de la magia, discutiendo.
—Dios, me tienen cansada con su peleadera, hasta Harry está que se pega el mecate —Me pare en seco un momento. —Entren primero ustedes al aula y luego lo hago yo...
—¿Por qué? —preguntó Harry, acercándose a mi.
—Luego les explico. Por favor, vayan.
Entré luego buscando con la mirada a mi gafito favorito
—¿Qué paso, mi amor? —le dije a Theo y quité su bolso de la silla para poder sentarme.
—¿Dónde estabas, mojón? Te estuve buscando, te llegó una carta de...
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Venezuela en Hogwarts (Sangre Tricolor)
ComédieTres venezolanos, tres diferentes destinos, un mismo sufrimiento: Venezuela. Pero una salvación vieron al tener en sus manos la carta de Hogwarts. Los tres latinos se habían separado, las dos chicas por un lado y su amigo por otro, pero ellos... Una...