Cupón #5

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Joshua sonrió al ver la expresión conmovida de su esposo

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Joshua sonrió al ver la expresión conmovida de su esposo. Acababa de efectuar el canje de si quinto cupón, el que valía una cita en el centro comercial. A shopping date.

Esa no iba a ser una cita usual, no obstante. Ambos eran padres de un precioso bebé llamado Tyburce, quien contaba ya con dos años de vida.

Y sí, a pesar de sus dos años biológicos, tenía la apariencia de un niño de tres. Caminaba con soltura, y Joshua estaba seguro de que haría de las suyas en las tiendas. Sin embargo, sabía que una cita familiar sería algo hermoso para su esposo y para él. Últimamente habían tenido tantas obligaciones y cosas que atender que no habían podido salir a pasear como una familia normal.

Y Joshua lo quería tanto, oh.

Fueron al centro comercial, juntos. Sus hijos animalescos se quedaron con SoRa, a quien Joshua había contactado para que ellos pudieran tener un tiempo enfocados en Ty y en ellos mismos.

—No toques eso, muchachito —dijo Zeth al pequeño, quien estaba cargando un maniquí como si fuese una pluma.

—¡Pero, mommy! —se quejó Ty, haciendo pucheros.

—No uses los ojitos de cachorro con mommy, Ty —intervino el vampiro, tomando al pequeño en brazos y posándolo en el cochecito que empujaba Zeth—. Te dijimos que no puedes hacer eso fuera de casa.

—¡Pero, daddy! —volvió a quejarse el niño, con otro puchero.

Joshua se derritió, y le envió una mirada torturada a Zeth, quien terminó riendo y besando a ambos, padre e hijo. A veces, Ty los tenía en la palma de su mano. Ni Zeth ni Joshua se quejaban, porque su hijo era un travieso vendaval que les alegraba el alma.


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