Capítulo 13.~ Edvard

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Y pensar que el teatro era aburrido. En las películas siempre lo catalogan así, aunque para ser sinceros sólo lo hacen para cubrir el hecho de que ver las cosas en vivo hace que todo sea espectacular. Mis padres podrán tener mucho dinero y creerse finos y educados como un perro Yorkshire Terrier, pero jamás en su vida han ido a ver una obra de teatro. Lo que implica que yo de igual manera tampoco lo había hecho. No puedo creer que Sophie haya conseguido−bueno, robado−boletos para ver la obra desde un balcón, y lo mejor, en el mejor teatro de la ciudad; el The Norwich Theatre royal. No es tan magnífico como otros teatros del mundo, pero tiene lo suyo. Todos los asientos son rojos, aunque por fuera es azul y parece una estética gigantesca, pero de noche por fuera es muy conmovedor, todo el edificio prende en luces como si fuera un árbol de navidad. También hay altavoces donde ponen música clásica interpretada por orquestas desde estaciones de radio, algún día yo podría aparecer ahí. Algún día podrán escucharme.

−Somos de la alta sociedad -dice Sophie con sarcástico glamour.

Ha tenido la gran idea de vestirnos lo más elegantes que se haya podido ir a una obra de teatro. Es sólo por diversión, aunque robar vestuarios de teatro es cosa seria. Nos metimos por detrás de los camerinos, ella dice que la ropa que traemos no va a ser usada hoy, y tendremos tiempo para regresarlos, antes de que su madre o alguien se den cuenta de que faltan. Yo llevo puesto un traje de etiqueta, que no es para nada inusual, pero lo que Sophie lleva sobrepasa los límites: un vestido al estilo francés, de esos que usaban las mujeres en 1800. Es rojo, y muy esponjoso como una nube. En cuanto entramos, muchas personas nos siguen con la mirada, pero Sophie no les presta atención alguna. Además de eso, se ha puesto maquillaje a montones, y parece que acabara de caer de un edificio a un camión de harina. Me he olvidado de mencionar lo peor: ha tomado también unos prismáticos. No puedo imaginar lo ridícula que se verá en un balcón que está casi por arriba del escenario.

−Sus entradas, por favor -nos pide un hombre fornido que está a la entrada. Sophie se las da, y entramos.

Al llegar al balcón, todo se ve diferente. Tampoco es como si las personas parecieran hormigas, pero es una gran vista. Muy por encima del escenario, una mujer que viste casualmente, saluda sonriendo en dirección nuestra. Empiezo a preguntarme quien es, cuando Sophie me lo dice.

−Es la jodida de mi madre -habla entre dientes, sonriendo y volteando a ver a su madre.

−Creí que tu madre se enojaría si te veía así vestida.

−Oh no, es tan estúpida que ni siquiera lo ha notado.

La obra de ésta noche es un musical, uno en el que Sophie y yo concordamos que no podíamos perdernos. Es "Edward Scissorhands: el joven manos de tijeras el musical.", es la adaptación de la película de Tim Burton al teatro. Desde pequeño me gustaba, y de todas las películas de Tim Burton, ésta me parece la mejor. Y ahora podré verla en vivo (y con música). Finalmente, la obra comienza con el clásico "Hay todo tipo de tijeras. Inclusive hubo una vez un hombre que tenía tijeras por manos".

La obra acaba de terminar. Las personas se levantan y aplauden, inclusive Sophie y yo. Antes de salir, nos escabullimos por detrás del elenco hacía los camerinos para ir por nuestra ropa, pero cuando llegamos, la ropa no está.

−Cojones -maldice Sophie.

Paso la mirada por todo el camerino, pero no hay nada que pueda servirnos.

−Te dije que no era una buena idea −le digo observándola.

−No, no era una gran idea -habla una voz a nuestras espaldas, giramos sin querer al mismo tiempo, chocando, y ambos caemos al suelo.

Something Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora