Capítulo 12

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Me tomo un tiempo pero finalmente me he decidido. Me despedí de Brittany y su esposo antes de salir de su casa e ir al monte, les dije que necesitaba un tiempo para pensar porque aún no podía evitar que me afectara el tema de mis padres, ambos fueron muy comprensibles y me dejaron ir el tiempo que quisiera. Lo siento, pero era solo una mentira para ir a buscar a Ryder.

Al estar frente a mi casa la miré un segundo y decidí entrar, fui hasta mi habitación y noté qué él nunca ha venido aquí, lo sabía porque la carta que le había escrito seguía en el mismo lugar, en la misma posición e intacta. Salí de nuevo y fui monte arriba hasta encontrar el estanque, estaba vacío...

-¿Ryder? -traté de llamarlo pero no hubo respuesta.

Normalmente aparece al primer llamado y si no es al segundo. Todo esto era extraño.

-¿Dónde está? -murmuré mirando el agua del estanque.

Pero de repente escuché los arbustos moverse, metí la mano en mi bolsillo, lista para agarrar la daga y luego, cuando aquella persona se mostró, abrí los ojos de par en par.

-Vaya, que sorpresa. Me he encontrado a un gran tesoro.

-¿Asher? ¿Qué... Qué haces aquí? -solté la daga y lo miré sorprendida.

-Vagando, dijeron que aquí hay muchas cosas interesantes y me gustó comprobarlo -me mira de arriba abajo-. Sí que encontré algo interesante... Pero, bueno, ¿tú qué haces aquí, princesa?

-No me digas así, por favor -pedí-. Nada más... vine a ver el lugar que me gustaba visitar con mis padres.

-¿Venían aquí? -preguntó acercándose.

-Sí... Nos gustaba mucho.

-Ya veo. Sí, es un muy hermoso lugar -intenté apartarme pero me tomó por la cintura y me acercó a él-. Pero creo que tú lo haces más hermoso.

-Asher... -lo intenté empujar pero simplemente no me dejaba ir-. Escucha, me gusta alguien más, ¿okay?

-¿Son novios?

-N..No, pero...

-Entonces aún puedo hacerte cambiar de opinión -se acercó s mi oreja con una sonrisa-. Aunque ser el amante tampoco me desagrada.

Lo empujé más fuerte, aunque él me dejó ir a propósito mientras reía entre dientes. Me alejé abrazándome a mí misma.

-No soy de las que son infieles -comenté.

-Mejor, demuestra que vales oro -responde.

-Tengo que irme...

Traté de volver a alejarme pero nuevamente lo impidió, me acorraló contra la roca atrás de mí y yo me estaba hartando. Iba a golpearlo como siguiera así.

-Asher, suéltame.

-Evett... -me toma por la mejilla y me mira a los ojos con una sonrisa.

De nuevo... de nuevo mi cuerpo dejó de responder, ¿por qué pasaba esto? Quería golpearlo pero ahora estaba sucumbiendo a su tentación otra vez. Acariciaba mi mejilla con delicadeza mientras su otra mano iba a mi cintura.

-Vamos, sabes que es esto lo que quieres. Una persona que se hace la fuerte suele desear a alguien que sea más fuerte que ella para dominarla, ¿no es así? -roza sus labios contra mi oreja haciéndome estremecer-. ¿O prefieres a alguien que se someta a ti, que te ruegue para hacerte sentir poderosa? Sea lo que sea, puedo cumplirlo...

-Asher...

-Dime, Evett... ¿qué es lo que quieres? -sus ojos, acercándose aún más a mí parecían brillar.

Era tan hipnotizante, tan hermoso... mis manos se movieron por sí solas hasta tocar su abdomen marcado y se deslizaron por debajo de su remera. Él sonrió, me había hecho olvidar de todos y de todo de nuevo. Mi mente, en blanco.

Sus labios estuvieron a punto de conectar con los míos de nuevo, pero al más mínimo roce, otra descarga proveniente de la pluma me hizo reaccionar. Lo tomé por el cuello y le di con la rodilla en sus partes nobles para luego golpear su nuca con mi codo y apartarme.

-No vuelvas a acercarte a mí.

Retrocedí mientras él solo reía, salí corriendo para alejarme pero aún podía oírlo. Riendo como un verdadero psicópata.

Tenía razón, todo en él grita peligro. Algo estaba mal con Asher, no debía estar cerca de él. Saqué la pluma de debajo de mi ropa y la miré... Ryder me ha dado esto como un regalo, ¿será que él sabe por qué esto puede protegerme?

Volví a guardarla, miré a todos lados esperando que nadie me estuviera siguiendo y volví a correr. De pronto escuché algo tras de mí, no era Asher... eran esas entidades.

-¡Mierda! -espeté.

Saqué mi daga mientras seguía corriendo, la primera en atacar lo hizo sujetando brazo. Le clavé la daga en el ojo y esta gritó de dolor, la siguiente jaló mi pie hacia atrás y luego me llevó monte arriba de nuevo, me di cuenta y corté su mano con la daga. Me levanté para huir pero recibí un golpe que me hizo rodar por el suelo, caí hasta que conseguí estabilizarme. Me levanté mareada, vi a mi lado aquella daga pero antes de poder alcanzarla otra entidad me toma del cabello y me levanta hasta que mis pies no tocaban el suelo.

Me deja frente a frente con él, su rostro era horroroso. Apreté los dientes y le di con el puño en el rostro, apenas le hizo daño porque soy humana pero fue lo suficiente como para que me soltara y pudiera agarrar la daga, para cuando se lanzó sobre mí pude cortar su pecho y hacerlo desaparecer. Jadeé cansada mirando el cielo estrellado, creyendo que había terminado.

-¡Ah! -me atrapan el pie y vuelven a jalarme.

Me aferré a una piedra y evité que me llevaran. Pero una mano con garras se clavan en mi brazo y otra en mi costado haciéndome soltar un grito de dolor, aún así me mantuve firme y divisé la daga a un lado. Quise alcanzarla pero me sostuvieron la mano por lo que solo tenía una para sujetar la piedra.

Apreté los dientes y miré al cielo rogando por ayuda, no quería que todo acabara aquí, aún no había encontrado a quien había matado a mis padres. No. Aún debía sobrevivir.

Me aferré a la roca y con todas mis fuerzas liberé mi brazo del agarre de estas cosas. Me di vuelta y pateé en el rostro a quien sujetaba mi pie, me dejó caer y pude sostener la daga. Corté el cuello de uno y luego el costado del otro, pero alguien más me aprisiona por detrás sujetando mi cuello y la daga.

-¡Tsk!

Golpeé mi cabeza contra la suya y liberé la mano con la daga para golpear su rostro con mi codo y luego clavar la daga en él. No resistí y caí de rodillas al suelo jadeando y quejándome del dolor por mi costado y mi brazo, miré a todos lados. Realmente no había nadie más pero no podía confiarme. Agarré la daga y salí corriendo como se me fue posible.

Conseguí llegar hasta mi casa pero no era seguro. Debía ir a lo de Brittany, pero... ya no podía dar ni un paso más. Miré el bosque con terror a que salieran más entes a atacarme, di mi último esfuerzo hasta estar en las escaleras de mi casa.

-D..Dios... -me quejé.

Miré la mano que cubría mi costado, estaba cubierta de sangre que goteaba en las escaleras. Solté otro quejido y traté de arrastrarme hasta la puerta, todo un poco dejando ver que un poco de sangre escapaba de mi boca. Masaje mi cuello, aún podía sentir como si me estuvieran estrangulando.

-Maldita sea, Ryder... ¿por qué te desaparecer cuando más te necesito? -murmuré agotada-. Voy a matarte...

Mis ojos se cerraban por sí solos, estaba agotada y la pérdida de sangre no ayudaba. Miré a mis alrededores y reí con amargura.

-Moriré en la misma casa que mis padres... sí que fue una mala idea venir a vivir aquí.

Apoyé mi cabeza contra la puerta y dejé que el sueño me invadiera, ya nada importaba. Estaba agradecida con todo después de todo, no tenía nada más que perder. Ya lo había perdido todo.

ENTRE CUERVOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora